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ESCUDOS DE ACERO

Ver Infografia > Por lo general, en el futbol siempre se destacan los aclamados e inolvidables goles, las atajadas épicas de los porteros, pero muy pocas veces se señala el trabajo de las defensas centrales. Y es que frenar a los veloces y ágiles delanteros del equipo rival no es una tarea fácil. El defensa […]

Por lo general, en el futbol siempre se destacan los aclamados e inolvidables goles, las atajadas épicas de los porteros, pero muy pocas veces se señala el trabajo de las defensas centrales. Y es que frenar a los veloces y ágiles delanteros del equipo rival no es una tarea fácil.

El defensa central se podría definir como el escudo protector de los porteros, es el obstáculo más difícil que deben pasar los delanteros. Para esta gran responsabilidad, el defensa debe tener algunas cualidades esenciales, entre ellas agilidad, rapidez, visión de campo, intuición o anticipación de la jugada ofensiva, capacidad de marcación y despeje, además de liderazgo, concentración y fortaleza física. Estas características hacen el defensa central perfecto, el cual desea todo equipo de futbol.

Nicaragua ha tenido lo suyo en el balompié, muchos nos asombraron en la cancha por su fortaleza e ímpetu en los juegos, pero de la excelencia, sobresalieron cuatro inmortales: Miguel Buitrago, Rosendo Díaz Bendaña, Eduardo Siero y Otoniel Olivas. Todos estos marcaron la historia del futbol nica, defendiendo los colores de la Selección Nacional e hicieron de la posición de defensa central el arte de ser un escudo de acero.

1. LA TÉCNICA Y FORTALEZA DE MIGUEL BUITRAGO

De las filas inferiores del Dinamo, salió el mejor defensa central del balompié nicaragüense en los sesenta. Miguel “Chocorrón” Buitrago. Un jugador que se caracterizaba por tener una condición física impecable.

A pesar que no poseía una gran estatura, su rapidez, fortaleza y técnica en el área defensiva era avasallante. “Buitrago era fuerte, difícilmente le pasaban, tenía voz de mando, ordenada, era un líder en el equipo, pero principalmente tenía una fortaleza física inigualable”, explica Eduardo Siero, quien jugó sus últimos años como seleccionado con Buitrago.

“Chocorrón”, aún recuerda esos tiempos de gloria, cuando su nombre era exclamado a través de los sonoros y ensordecedores gritos de la fanaticada futbolera de la época.

“Nunca fui alto, pero tenía velocidad, era fuerte en el área y tenía técnica. Me ayudó tener mucha disciplina, siempre hacia ejercicio y jamás me gustó mezclar el deporte con los vicios. Todavía recuerdo como si fuese ayer mis partidos con la selección y el equipo Dinamo, la UCA, el Triunfo, son victorias que se lucharon hasta morir, cuando se jugaba por amor al deporte”, relata Buitrago.

En la época de oro del balompié, Buitrago brilló como las estrellas y defendió los colores patrios vistiendo la camisa de la selección en aquel importante juego que ganó Nicaragua 2-1 frente a Estudiantes de la Plata, quienes en 1966 eran los campeones de la Copa Libertadores y de la Intercontinental.

Por su fortaleza, liderazgo, velocidad y técnica, Miguel “Chocorrón” Buitrago ocupa el numero uno de nuestro ranking al mejor defensa central que ha cosechado el futbol pinolero.

2. LA SINFONÍA DE ROSENDO DÍAZ BENDAÑA

Si el futbol se puede transformar en una sinfonía, Rosendo “Chendo” Díaz Bendaña es compositor ideal. Chendo es considerado como una de las mejores defensas centrales de Nicaragua en la década de los cincuenta.

Jugó y se crió en Estados Unidos, un país donde el futbol apenas empezaba a practicase, sin embargo, Bendaña es recordado por su agilidad. Relatan que una vez que entraba al campo de juego, su mente sólo tenía un objetivo, no dejar pasar a los delanteros del equipo contrario. Poseía seguridad, estudioso de sus atacantes y tenía una altura que le ayudaba a despejar los balones vía aérea.

“Chendo” Díaz Bendaña era un hombre con una plena seguridad en el campo, incomparable. Cuando se paraba en la línea defensiva era como un radar, tenía una visión de campo tremenda. Era alto, fornido, regio físicamente, con velocidad y una buena visión de los ataque aéreos”, así lo define Eduardo Siero.

Por su imperiosa seguridad, agilidad y visión de campo, Chendo Díaz Bendaña es el escudo numero dos de los mejores defensas centrales en el futbol nicaragüense.

3. LA VELOCIDAD DE EDUARDO SIERO

Cuentan algunos diriambinos que si existió un D`Stefano en Nicaragua, ese fue Eduardo Siero, conocido popularmente como “La Saeta Rubia” del futbol nica.

A diferencia de la leyenda D`Stefano, Siero no era delantero, era la legendaria defensa central del Diriangén en los cincuenta y de la Selección Nacional de futbol.

Como “La Saeta Rubia” fue bautizado por “El Negro” Julio Rocha, así el joven físicamente delgado, de mediana estatura, de cabello rubio y ojos azules, acaparaba la atención en el área defensiva.

“Siero era rápido, tenía mucha técnica, era un recuperador de balones, no dejaba que los delanteros entraran al área, tenía mucha agilidad en el campo y eso lo demostró también en las selecciones”, afirma Buitrago.

Una dosis de velocidad, concentración y un obstáculo muy difícil de pasar, Eduardo Siero es la mejor “La Saeta Rubia” defensiva que ha poseído el país.

4. OTONIEL OLIVAS, LA MURALLA INDIA

Si de carácter fuerte dentro y fuera de la cancha, sólo existe un hombre que podamos mencionar, Otoniel “El Indio” Olivas, el imperioso defensa central que militó en el Real Estelí, el Atlético de Honduras y la Selección Nacional.

“Otoniel era un defensa rudo, fuerte, siempre los comentarios eran que por el lado de él no se podía pasar. Aunque era un poco lento, pero imponente. Toparse con Otoniel era chocar con un muro, muy difícil de pasar, se ganaba mucho el respeto de los rivales”, asegura Sergio Chamorro, portero del Real Estelí.

Una de las anécdotas más recordadas por Otoniel fue en la fase semifinal del Campeonato Nacional de Primera División de 1997. El juego era Real Estelí versus Walter Ferreti, un duelo no acto para cardiacos, en el que Otoniel anotó sorpresivamente el gol que le dio la clasificación al equipo norteño.

“Estábamos empatados 1-1 y faltando como cinco minutos para terminar el juego, de tiro libre anoté el gol de oro, la victoria para el Estelí. Me sentí emocionado, porque en mi calidad de defensa central jamás me imagine anotarlo, fue inolvidable”, relata Olivas.

Por su fortaleza, imponente respeto e intimidante juego, Otoniel Olivas es considerado el mejor defensa central de la última década en el futbol nica.

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