- La dinámica regional ha dado paso a sociedades que se sostienen en gran medida por remesas, según investigación
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CORRESPONSAL / COSTA RICA
Los proyectos revolucionarios en Centroamérica fracasaron y dieron origen a una sociedad regional compleja que —en parte— se sostiene por los réditos que deja la migración, asegura Abelardo Morales, investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) .
“En alguna medida la guerra en Centroamérica y el proceso de paz han implicado una coyuntura que contribuyó a cambiar la dinámica regional en algunos países simultáneamente”, dijo Morales, en una ponencia en el Centro Cultural España.
“Posteriormente a la firma de acuerdos de paz —hace 20 años—, los programas de ajuste estructural tuvieron distintas consecuencias. Una de ellas fue el impacto en los mercados de trabajo, sobre todo el impacto en la organización territorial de la mano de obra, de la fuerza de trabajo en los países centroamericanos”, añadió.
Para Morales, esa reorganización de la fuerza laboral en distintas direcciones —apoyada también con diversas actividades vinculadas a la economía transnacional—, no frenó la movilidad interna en la región y propició el aumento en la salida de personas hacia Estados Unidos, principalmente.
LA INYECCIÓN DE REMESAS
Para reforzar su tesis, reiteró que a raíz de los acuerdos de paz hace 20 años, hubo cambios importantes en los patrones migratorios de Centroamérica.
Por un lado, considera que los centroamericanos aún siguen esperando una sociedad más justa, más democrática, más estable y con menos violencia.
Esto se pretendía con la firma de los Acuerdos de Paz, pero como aún no ocurre a cabalidad, Morales piensa que es señal que los proyectos revolucionarios en la región fracasaron.
El investigador es consciente que en la región hay cierto grado de estabilidad política, pero este avance, según su tesis, no es precisamente por la madurez política del proceso democrático. Más bien se debe al saldo positivo que deja la migración “que coadyuva a esta estabilidad política, social y económica”.
Para el investigador eso se traduce a la inyección de capital en países como Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua mediante la recepción de remesas.
Mientras que la competitividad de los sectores productivos en Costa Rica en parte descansa en la mano de obra extranjera, principalmente la nicaragüense.
MIGRACIÓN TRANSNACIONAL
Esa complejidad de la sociedad centroamericana también supone nuevas lógicas y estrategias de sobrevivencia, según Morales.
“Yo diría que Centroamérica se está convirtiendo en parte de un campo social migratorio transnacionalizado, que tiene sus expresiones en la integración de los mercados de trabajo entre Nicaragua y Costa Rica por la vía de la migración —por ejemplo—, pero también por la vía de profesionales costarricenses que se insertan en la economía nicaragüense, o de medianas y pequeñas empresas que se insertan en las economías nicaragüenses y de otros países”, explicó.
Según Morales la migración en Centroamérica ya no es solamente una práctica social internacional, sino en una práctica interlocal transnacionalizada.
Ello se explica en el sencillo hecho de que hay nicaragüenses que conocieron primero San José u otra localidad costarricense, que Managua o familias nicaragüenses que interactúan frecuentemente con parientes en Costa Rica que con sus mismos coterráneos en Nicaragua.
“Hoy en día en Centroamérica tenemos un nuevo tipo de comunidad que es la transnacional, aquella comunidad cuyos vínculos sociales, culturales, económicos y políticos más importantes no necesariamente están fundados en su relación con su estado nacional, si no con otro territorio en el exterior”, señala el investigador.
Tras agregar que esto también en alguna medida está contribuyendo a un proceso de configuración muy intenso de las comunidades centroamericanas en una sociedad más compleja.