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Honor a quien lo merece

La Asamblea Nacional otorgó ayer la Medalla de Honor al doctor Jaime Incer Barquero, con motivo de sus cuarenta años de estudio y promoción de los recursos naturales. Anteriormente, por los mismos y otros méritos el doctor Jaime Incer Barquero recibió las órdenes municipales de Managua Fulgencio Vega (1996) y Diocleciano Chávez (2004), así como la distinción Semper Virens que le otorgó en 1997 la Presidencia de la República, y la Orden Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, de la Asamblea Nacional, en el año 2000. Además, el doctor Incer Barquero recibió en diciembre del año pasado el reconocimiento de Líder de la Conservación en Latinoamérica 2006, por parte de la National Geographic Society de Estados Unidos.

Sin duda que el doctor Jaime Incer Barquero es acreedor a muchos honores, por los méritos que ha acumulado a lo largo de su fecunda vida como maestro, escritor, académico, científico en diversas disciplinas, geógrafo, explorador, etc. Inclusive como funcionario público, pues el doctor Incer Barquero fue Ministro del Ambiente y Recursos Naturales (Marena) durante el gobierno de la ex presidenta Violeta Barrios de Chamorro. Y cabe recordar que en aquella oportunidad la capacidad intelectual y la honestidad profesional y personal del doctor Incer Barquero, brillaron en medio de las intrigas y la mediocridad propias de la burocracia pública, las cuales le impidieron aplicar sus conocimientos y talento de manera mucho más efectiva a la administración de los recursos naturales y la protección del medio ambiente de Nicaragua.

“Las honras consisten no en tenerlas, sino en sólo arribar a merecerlas”, escribió el célebre autor chileno-español del siglo XVI, Alonso de Ercilla (1533-1596) en el Canto 37 de La Araucana. Pero el doctor Jaime Incer Barquero no sólo merece las honras sino que también se le han concedido mediante los premios y reconocimientos antes mencionados. Y para el Diario LA PRENSA, que en enero de este año proclamó al doctor Jaime Incer Barquero como “Personaje del año 2006”, es un gran honor tenerlo en su Consejo Editorial, al que pertenece desde hace muchos años.

Pero, en realidad, el doctor Jaime Incer Barquero es el personaje nicaragüense de todos los años y de todo el tiempo. En una época como la que vivimos actualmente, de declinación de valores y principios —además del deterioro del medio ambiente y los recursos naturales—, es ejemplar la vida y obra del doctor Incer Barquero, quien por su personalidad modesta y su vocación de servicio ha sido ajeno a la búsqueda del lucro personal y la vanidad mediática. Conducta que, por cierto, es característica del auténtico sabio, pues, como dijera Lucio Anneo Séneca (1-65 dC) en sus Epístolas: “Se puede ser sabio sin hinchazón ni envidia”.

En la actualidad el doctor Jaime Incer Barquero está impulsando una iniciativa que merece ser apoyada por todas las instituciones, organizaciones cívicas, empresas privadas y personas particulares de conciencia ambientalista, sentido de responsabilidad social y buena voluntad. Se trata del Fondo Nicaragüense para la Conservación de la Naturaleza (Fondo Natura), cuyos objetivos específicos son: uno, salvar el Lago de Nicaragua; dos, recuperar el caudal de los ríos; tres, conservar las áreas protegidas; cuatro, promover la recuperación forestal; cinco, desarrollar programas de educación ambiental.

Sin duda que esos propósitos del Fondo Natura, que encabeza el doctor Incer Barquero y es “secundado por un grupo de organizaciones ambientales nacionales, empresarios privados y entidades conservacionistas internacionales”, para que pueda tener éxito en todos y cada uno de sus eslabones requiere del indispensable respaldo institucional del Gobierno y el Estado. Pero la obligación, el compromiso y el esfuerzo tienen que ser de todos los nicaragüenses.

Al respecto cabe señalar finalmente la paradoja de que mientras otro gran científico contemporáneo, el astrónomo británico Stephen Hawking, está convocando a la humanidad a huir hacia el espacio exterior ante la posibilidad, según él inminente, de que la Tierra sea barrida por el desastre de la destrucción medioambiental; el doctor Jaime Incer Barquero, en cambio, nos convoca a trabajar por la salvación de nuestra tierra, de nuestras aguas, de nuestros bosques y de nuestro aire, porque todavía hay oportunidad de hacerlo y aún es tiempo de que lo hagamos.

Por eso el doctor Jaime Incer Barquero, insigne amigo de la naturaleza y la humanidad, es nuestro gran científico nicaragüense.

Editorial
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