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Clyde Williams fue el centro del espectáculo en la pasada Liga Profesional con los Indios del Bóer, a quienes llevó al título. ( LA PRENSA/G.MIRANDA)

¡Vuelve el show!

Artillero del Bóer espera volver a tronar en la liga [doap_box title=”La diversión” box_color=”#336699″ class=”archivo-aside”] Se ha vuelto común ver a Clyde Williams con su vigorón antes o después de los juegos. Asegura que la comida nica le ha encantado, lo mismo que el ambiente que se vive en los estadios pinoleros. “En Nicaragua el […]

  • Artillero del Bóer espera volver a tronar en la liga
[doap_box title=”La diversión” box_color=”#336699″ class=”archivo-aside”]

Se ha vuelto común ver a Clyde Williams con su vigorón antes o después de los juegos. Asegura que la comida nica le ha encantado, lo mismo que el ambiente que se vive en los estadios pinoleros.

“En Nicaragua el beisbol es más divertido. Lo disfruto más. Hay bandas musicales, la gente grita en las gradas y me gusta ver a las muchachas que bailan encima del dogout”, dice Williams.

“No coment (sin comentarios) se limita a decir Williams, cuando le preguntamos qué tanta atracción provoca entre la barra femenina del Bóer. “Soy casado”, dice mientras sonríe.

“Mi familia es feliz de que yo esté aquí. No está sorprendida de que la gente me tenga tanto afecto. No quiero lucir arrogante, pero ellos (su familia) saben que soy buen pelotero”, dijo.

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Williams espera brillar

Los fanáticos de las más recientes generaciones no habían sentido tanta atracción por un jugador desde los días en los que el bate caliente y la manopla segura de Nemesio Porras constituían la mejor invitación para ingresar al Estadio Nacional.

Los de mayor edad, aún lo miran con reservas, quizá porque el recuerdo que Marvin Throneberry dejó en sus memorias es demasiado fuerte y consistente. Y pese a que no existe comparación, algunos ya se animan a verlo y hasta lo han aplaudido.

Se trata de Clyde Williams, el violento bateador, que tras un inicio por debajo de lo previsto, se transformó en el imán taquillero de los Indios del Bóer y en la sensación de la pasada Liga Profesional, mientras devastaba a sus oponentes con el madero.

Williams, nacido en Orlando, Florida, está de vuelta en Nicaragua y aunque asegura estar consciente de lo que se espera de él, quizá aún no ha comprobado que es depositario de elevadas expectativas sobre su labor en la próxima liga.

“Desde el primer día que vine a Nicaragua pude percibir el entusiasmo de los fanáticos y de la prensa. Ha sido muy agradable la forma como he sido recibido. Pero a la vez, sé lo que se espera de mí y trabajaré para no decepcionarlos!, dijo Williams.

El año pasado Williams se repuso a un despegue lento y llegó a instalarse como el cuarto bate del Bóer, responsabilidad que cumplió con un promedio de 311 puntos, 13 jonrones y 40 carreras empujadas. En el Bóer esperan algo así, o quizá mejor.

“Yo mismo espero más de mí y me prepararé duro para eso, pero no me voy a presionar si las cosas no salen como deseo desde el inicio. Voy a dejar el día malo detrás de mí y vendré en busca de una mejor actuación al día siguiente”, señala.

Clyde fue firmado en 1998 por los Expos y después de luchar durante cuatro años por cumplir su sueño de llegar a las Grandes Ligas, quedó fuera del sistema y se ha dedicado a jugar en ligas independientes, desde donde vino a Nicaragua.

“Nunca imaginé que algún día vendría a Nicaragua. El año pasado vine sin saber hacia dónde venía en realidad, pero me gustó lo que miré y por eso he vuelto. En la pasada liga traje a mi esposa y mi suegra, ahora vendrán mis padres y otros familiares”, dice.

Los recuerdos parecen aflorarle de golpe a Williams cuando se refiere a las razones por las cuales no subió a las Grandes Ligas. Prefiere decir que se trata de una larga historia y atribuye a la falta de consistencia, el principal factor.

“No fui consistente. Eso fue lo que me afectó. Subir a Grandes Ligas es el sueño de todo chico, pero a mí me faltó la suerte para poder juntar más buenos momentos que malos. Sin embargo, aún no descarto eso. Sigo soñando”, afirma.

Aún cuando la caza y la pesca fueron atracciones que tuvo desde niño, el beisbol ocupó siempre el sitio preferencial entre sus predilecciones. Sus padres deseaban que estudiara, pero lo apoyaron cuando optó por el beisbol como modo de vida.

“Haber tenido un recibimiento como el que nos dieron los aficionados, cuando ganamos el campeonato en la pasada liga, me han hecho feliz de haber escogido esta profesión. Aún pienso en las Mayores, pero vivo día a día y lo disfruto”, indicó.

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