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Paz interior “Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera”. François de la Rochefoucauld (1613-1680), escritor francés.

Paz interior “Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera”. Diciembre Otro año más que está a punto de marcharse, dejando cosas buenas y cosas quizás nada agradables. Sin embargo pese a la situación no muy grata por la que estamos pasando debido a la economía del país, no debemos perder […]

Paz interior

“Si no tenemos paz dentro de nosotros,

de nada sirve buscarla fuera”.

Diciembre

Otro año más que está a punto de marcharse, dejando cosas buenas y cosas quizás nada agradables. Sin embargo pese a la situación no muy grata por la que estamos pasando debido a la economía del país, no debemos perder la esperanza de que Nicaragua pueda caminar por el progreso, el desarrollo y el beneficio común de los nicaragüenses.

Este diciembre difiere al parecer de años anteriores, dado que el ambiente se ve triste y con poco colorido al finalizar una etapa más de aciertos y desaciertos. Tal vez el incremento en la pobreza, la falta de empleo, personas que han tenido que emigrar a otros países a buscar un mejor futuro, los problemas entre políticos que como siempre en su mayoría buscan solamente sus intereses partidarios en vez del beneficio de la población y también el encarecimiento en la canasta básica, sean algunos de los principales problemas en que el país se encuentra sumergido y es por lo que todos en conjunto debemos luchar como ciudadanos.

En este diciembre debemos pensar en un buen futuro, tomar conciencia en lo que seriamente queremos para nuestros hijos, para nuestras vidas, nuestras familias y para nosotros mismos. Para una parte de la población diciembre significa alegría, paz, amor, prosperidad, celebrando todos unidos en familia y obsequiando regalos a nuestros seres queridos, especialmente a los niños.

Pero, ¿se han puesto a pensar en aquel niño de escasos recursos que quizás no tiene a sus padres, o que sólo observa detrás de una vitrina aquel juguete que tanto le gustaría obtener, o en aquellas personas enfermas, en las familias pobres que no les alcanza ni para una humilde cena y compartirla con sus pequeños hijos?

Debemos reflexionar y agradecerle a nuestro Creador y a la Virgen María por habernos regalado un año más de vida, por todas las cosas que logramos hacer y por las que no hicimos, por lo malo y lo bueno que nos pasó, dar gracias porque tenemos salud, orar por la unión de todas las familias y que ilumine a nuestros gobernantes para que estos puedan guiar por buen camino a Nicaragua.

Róger Salinas Gallegos

Crítica a Blanco y Negro

Leí el artículo de la columna Blanco y Negro (de Eduardo Enríquez) titulado Que la verdadera Aminta Granera se ponga de pie, publicado en la edición de LA PRENSA del sábado 22 de diciembre del corriente año y al respecto me permito hacer los siguientes comentarios:

Los hechos que motivan su escrito son lamentables y en eso hay coincidencia general. Opino que no se deben repetir y para ello es necesario que los actores respeten el papel que juegan en el momento y el lugar de los hechos.

Enfocar la situación partiendo del presupuesto que la actuación del periodista fue correcta y la del dispositivo de seguridad fue incorrecta no es, en mi humilde opinión, lo más objetivo, y siendo la objetividad la base sobre la que debe descansar la labor periodística, considero que este hecho lamentable puede servir para reflexionar sobre el quehacer periodístico y su profesionalismo.

En nombre de la libertad, de la justicia, de la libertad de expresión y de otros nobles ideales y anhelos de la humanidad se han cometido terribles crímenes. La base de ellos ha sido creer que el fin justifica los medios. Que somos dueños de la verdad y la razón absolutas. Por eso no comparto el actuar de algunos periodistas que en nombre de la libertad de expresión y de información, violentan la dignidad humana exponiendo al escarnio público la tragedia de las personas, o violan las normas de seguridad como en el caso que nos ocupa, o colocan las cámaras y grabadoras en la cara, literalmente, de las personas entrevistadas, justificando “que andan haciendo su trabajo”, dejando el aspecto ético en entredicho.

Tanto respeto merece el periodista que profesionalmente desarrolla su trabajo, como cualquier otro trabajador en ejercicio de su profesión u oficio, sea un obrero, médico, enfermera, policía, etc. Por ello considero que el fin de informar que perseguía el periodista Jorge Loáisiga no justifica el medio empleado, tal fue violar un perímetro de seguridad establecido, hecho irrefutable y muy poco o nada mencionado en su artículo y que desencadenó la reacción del dispositivo de seguridad.

La Policía Nacional tiene facultades, funciones y misiones establecidas en la Constitución como máxima ley de la República y otras normas del ordenamiento jurídico del país. Entre ellas se encuentran proteger la integridad física del Presidente de la República, y de las personas en general, lo cual se ha garantizado aún a costa de la vida de oficiales de la Policía Nacional como Luis Cruz, protegiendo en ese entonces al candidato a la Presidencia, doctor Arnoldo Alemán, y otros oficiales que dieron su vida tratando de salvar la de miembros de la familia del doctor Alemán en aquellos hechos trágicos ocurridos en su casa hacienda.

No dudo que esa es una, entre otras, de las razones que motivan la tristeza de la directora de la Policía Nacional ante el enfoque que se ha dado a este hecho, cuestionando una institucionalidad que se ha venido construyendo a lo largo de 28 años de existencia de la Policía, institucionalidad tan necesaria para la consolidación del Estado de Derecho y reconocida por el pueblo nicaragüense en la reciente encuesta realizada por la encuestadora internacional Cid-Gallup.

En cuanto a su estado de confusión ante la tristeza expresada por la directora policial, pienso que la respuesta la da usted mismo al responder su pregunta: ¿Cuál es la verdadera Aminta Granera?: “La mujer con una carrera intachable”, “la dama en todo el sentido de la palabra”, “una mujer con un carácter que ya quisiéramos que tuvieran hombres en posiciones de poder de nuestro país”. Porque se requiere carácter para exponer y defender la actuación policial ante un grupo de periodistas que por sí y ante sí, de previo, emitieron su juicio. Y esa valentía de expresar el punto de vista institucional, mismo que no coincide con el que usted comparte, es lógico que, después del primer momento en que a todos nos afecta la capacidad de análisis, nos haga reflexionar.

Para concluir quiero expresar que a los dos últimos párrafos de su artículo no les encuentro relación con los hechos y que si en ellos lo que usted quiere decir es que la directora de la Policía se rebele contra el Presidente de la República, no estoy de acuerdo con su planteamiento porque iría contra la subordinación de la Policía al poder civil, establecida en la Constitución Política, subordinación tan necesaria para la vida democrática.

Adolfo Joel Marenco Corea

Respuesta de E. Enríquez

Estimado señor Marenco: Le agradezco que haya tomado parte de su tiempo para leer mi artículo del sábado 22 de diciembre y aún más le agradezco sus comentarios. Creo sin embargo, que hay tres premisas en su respuesta que no son exactas:

1.- Como ya lo ha dicho no sólo Loáisiga sino redactores de la competencia, como en el caso de Ary Neil Pantoja, de El Nuevo Diario, no hubo tal “violación al perímetro”, ni Jorge “irrumpió de manera intempestiva”. Ellos pasaron ante la vista y paciencia de los policías.

2.- Desde el primer momento yo he dicho que si ha sido un policía quien lo detiene la discusión sería otra, pero fue un grupo de civiles que no tiene ninguna autoridad o potestad para hacer lo que hicieron. La Policía primero se limitó al papel de observador, y luego, cuando ya varios periodistas habían identificado a Loáisiga como colega de larga trayectoria, procedieron a esposarlo.

3.- He tenido la oportunidad de expresar en público (en el programa Primera Plana) que el jefe de la Policía es el Presidente de la República y que nosotros por 17 años hemos reclamado el control civil sobre el militar y eso no va a cambiar ahora, pero por encima de la obediencia al superior jerárquico está la obediencia a la Constitución y las leyes. La potestad de proteger al Presidente es exclusiva de la Policía. Si hay grupos de apoyo, su trabajo no es reprimir a nadie, en todo caso, es la Policía, como siempre he dicho, la que debe ejercer ese control.

Eduardo Enríquez

Aclaración

Foto equivocada

En nuestra edición del sábado 22 de diciembre, en el artículo del señor José Velázquez E. titulado: Managua: lo que pudo ser y no fue, por una lamentable equivocación no pusimos su foto sino la del doctor José Luis Velázquez Pereira.

Lamentamos el error cometido y ofrecemos nuestras disculpas a los señores José Velázquez E. y José Luis Velázquez Pereira.

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