- Desde el 2001 quedó atrapada en el mundo de la belleza y la moda
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De carácter fuerte, sonrisa amplia, decida y un poco impulsiva diría ella, así es Reneé Fabiola Dávila, primera finalista de Miss Nicaragua en el 2001 y actualmente Directora de pasarela y maquillista oficial del mismo concurso; además, copropietaria de una tienda de ropa femenina. Asegura que su primer contacto con las pasarelas fue en el 2001, por influencia de su hermana Fátima, ya que antes solo había hecho algunos comerciales y fotografías, desde entonces, ese mundo la ha atrapado.
Cuenta que jamás se imaginó participar en un concurso de belleza pero ella es una mujer que vive y disfruta el presente. No sé planificar para el futuro, vivo el presente, eso de programarse no es vida, así vivo tranquila.
Cuando llegó el momento de estudiar una carrera, eligió diseño gráfico, pero luego descubrió que no era su vocación, así que por un tiempo trabajó como sobrecargo en vuelos nacionales e internacionales, hasta que se involucró en el concurso. Lo del concurso de Miss Nicaragua salió por casualidad, pero no estaba interesada en concursos de belleza, fue un cambio radical porque no es cuestión de llegar y verse bien sino que lleva mucho trabajo físico y mental, después quedé como primera finalista, representé a Nicaragua en varios concursos a nivel internacional, Japón, Toronto, Canadá y después de eso no pude salir, es algo que me encanta, me atrapó.
Antes de entrar a Miss Nicaragua tenía otra percepción de ese tipo de concursos. Pensaba que había requisitos muy estrictos, lo miraba como que quitaba mucho tiempo porque había que estar pendiente de que el cabello ande perfecto, el vestuario impecable, lo veía como algo muy egocéntrico, ahora me doy cuenta que es diferente, uno tiene que andar bien pero no es esclava de la belleza, señala.
En cuanto a su trabajo como Directora de pasarela, asegura que trata de ser neutral con cada una de las muchachas, aunque hay afinidades con algunas, trata de ser pareja en cuanto a la preparación.
De su vida personal cuenta que tiene cuatro años de casada y una hija de año y medio, Renata, quien es la razón de su vida. Es la menor de cinco hermanos y asegura que su familia siempre ha sido lo primero, pero hace una semana la vida le dio uno de los golpes más fuertes de su vida: su papá falleció, con ello su prioridad por la familia ha crecido aun más porque no sabe lo que Dios depara para mañana.