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Alejandro Ramírez. ()

Nueva taquilla

Con un maduro mercado mexicano, Cinépolis lleva su negocio al sur Ciudad de México Alejandro Ramírez no es cualquier cinéfilo. Cuando va al cine, presta mucha atención al largo de las filas para comprar boletos y cronometra el tiempo de la transacción. Hace fila en las dulcerías para evaluar la atención y, cuando ya está […]

  • Con un maduro mercado mexicano, Cinépolis lleva su negocio al sur

Ciudad de México

Alejandro Ramírez no es cualquier cinéfilo. Cuando va al cine, presta mucha atención al largo de las filas para comprar boletos y cronometra el tiempo de la transacción. Hace fila en las dulcerías para evaluar la atención y, cuando ya está viendo la película, se preocupa de la calidad de la imagen y del sonido, además de la temperatura de las sala.

Y es que como presidente de Organizaciones Ramírez, propietaria de Cinépolis, la operadora de salas de cine más grande de América Latina, el mexicano de 37 años no sólo se sumerge en las historias de las películas, sino en todos los detalles de la proyección. “Hay que pensar en la experiencia total de ir al cine y adelantarse a las necesidades de los clientes”, explica.

Un hábito que ha ido desarrollando a medida que Cinépolis empezó a dominar el mercado mexicano (actualmente tiene el 39.7 por ciento de las pantallas del país —que sumaban 3,672 a fines de 2006—, un 52.2 por ciento de los ingresos de la industria nacional y un 49.3 por ciento de la asistencia, y ha ido ingresando a los de Panamá, Guatemala, Costa Rica y El Salvador.

En todos ellos suma 1,700 pantallas, lo que la convierte en la mayor cadena de salas de cine de América Latina y la quinta a nivel mundial, después de Regal Entertainment Group, AMC Theatres, Cinemark y Carmike Cinemas. No obstante, para Ramírez esto es sólo el primer capítulo de su expansión latinoamericana. En abril de 2008 ingresará a Sudamérica con su estreno en Bogotá, Colombia.

Allí, Cinépolis instalará nueve salas en el centro comercial Los Hayuelos en la capital colombiana, para lo cual invertirá US$4.5 millones en una primera etapa, y no descarta abrir nuevos locales.

“Colombia está dentro de los mercados más atractivos porque está creciendo muy rápido y está relativamente desatendida”, dice Ramírez. Según datos del Ministerio de Cultura de Colombia, este país tiene 487 salas de cine para 40 millones de habitantes, con una asistencia de 0.4 veces al año por persona.

“Hay espacio para el crecimiento de salas en Bogotá, así como en varias ciudades del país que no tienen salas de cine comercial”, dice David Melo Torres, director del departamento de cine del Ministerio de Cultura de Colombia.

En ese país, Cinépolis se enfrentará nuevamente con la estadounidense Cinemark, pero su principal rival será el exhibidor colombiano Cine Colombia, que tiene un 37.8 por ciento del mercado en cantidad de salas de cine y más del 50 por ciento en taquilla. “La llegada de Cinépolis va a dinamizar el mercado”, dice Gilberto Gallego, gerente comercial de Cine Colombia.

¿PASAJE A BRASIL?

La llegada a un mercado fresco como el colombiano es necesaria para Ramírez, que aún obtiene la mayor parte de sus ingresos en México. Y no es que este país sea un mal lugar para estar. Según cifras de la distribuidora 20th Century Fox Latin America, México genera el 40 por ciento de los ingresos regionales. Además sus espectadores tienen la mayor frecuencia de asistencia al cine, con 1.6 vez al año por habitante, seguido por Argentina con 0.9.

Son cifras bastante pequeñas en comparación con las 4.9 veces al año que van al cine en Islandia y las 4.7 veces en Estados Unidos, pero hay que considerar las realidades económicas y la negativa influencia de la piratería en la región. Sin embargo, es un mercado limitado. “La demanda de pantallas en México tiene un límite de 4,800”, dice Ramírez.

Sólo con las 450 que Cinépolis busca instalar entre este año y el próximo, el mercado podría presentar rápidamente una sobreoferta. “Con el ritmo actual de crecimiento de nuevas salas es posible que se produzca una saturación en el corto plazo”, dice Héctor Ramírez, de KPGM México.

Aunque Alejandro Ramírez asegura que no hay planes concretos para ingresar a otro país de Sudamérica, dice que el próximo paso natural sería Brasil. Con cerca de 190 millones de habitantes y alrededor de 2,000 pantallas, la demanda en salas de cine en Brasil está lejos de ser satisfecha, lo que según Ramírez influiría directamente en la baja asistencia al cine.

“Cinépolis vende tantos boletos como el total que vende la industria en Brasil”, dice Ramírez, refiriéndose a los 87 millones de entradas que comercializó su compañía en 2006. “Y la asistencia en Brasil es de sólo 0.5 vez al año, lo mismo que tenía México hace 14 años, cuando no había tantas salas modernas”, destaca.

Patricia Balvanera, gerente de ventas de 20th Century Fox Latin America, coincide. “Brasil es un país que requiere muchas pantallas”, dice.

CON PEGONES

Pero como todo buen guión, el papel de Ramírez ha tenido también sus frustraciones, como cuando en julio pasado Organización Ramírez intentó adquirir Cine Hoyts, que opera en Chile, Argentina, Uruguay y Brasil.

No obstante, la licitación fue adjudicada al fondo estadounidense Linzor Capital Partners —de los chilenos Alfredo Irigoin y Tim Purcell—, que se quedó con un 85 por ciento de Hoyts y se asoció con la familia venezolana Ulivi, controladores de Cines Unidos de Venezuela, que posee el 15 por ciento restante.

“Analizamos a Chile y Argentina en ese momento porque apareció la oportunidad, pero no porque fuera el orden en que queríamos crecer”, añade.

Fuera de América Latina, Ramírez dice que India es un mercado muy atractivo, pero que por ahora se enfocarán en crecer en los mercados en que ya están y en Colombia. Aunque eso signifique atacar los segmentos más populares y con precios más bajos, como lo harán en México. “Vamos a la base de la pirámide, ya que por su naturaleza el segmento alto es mucho más pequeño”, dice Ramírez.

En Sudamérica comenzarán en los sectores de mayores recursos y seguramente replicarán sus servicios innovadores. Hace cinco meses Cinépolis lanzó Cineticket Móvil, para comprar boletos a través del celular a cambio de un mensaje SMS con el código de barra de la entrada, que permite al cliente ir directamente a las salas sin pasar por la taquilla.

Cuentan también con Cinema Park, un parque educativo y de entretención de seis salas de cine que permite la interacción de los usuarios entre ellos y con las pantallas. Además, Cinépolis fue la primera empresa en traer las salas VIP a América Latina, con reposeras de piel y mesas laterales, servicio de alimentos “a la butaca” y asientos numerados.

Ramírez sabe que las innovaciones no pueden terminar allí. Por esto, el también joven líder del World Economic Forum está muy interesado en la transición hacia el cine digital, que ya ha comenzado en su empresa con pantallas Imax.

Pero sabe también que no será fácil por los altos costos del recambio de los proyectores y porque es necesario que todos los miembros de la industria vayan por el mismo camino. De esto dependerá que su guión continúe hacia un final feliz, para Cinépolis y la industria.

Economía

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