- Su mira continúa puesta en las Ligas Mayores, pero el reto es enorme
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Ofilio Castro ha probado aquí que puede batear. Ahora necesita mostrárselo a los Nacionales de Washington.
Desde muy chavalo, este artillero capitalino se convirtió en un destacado prospecto que a menudo encabezaba a los bateadores en los torneos juveniles.
Y cuando saltó a Primera División, se adjudicó el título de bateo con Estelí. Después pasó a la Liga Profesional, y lideró a los bateadores enfundado en la casaca del San Fernando.
Pero entonces, ¿puede o no puede batear?
“Sí puede, pero necesita hacerlo de forma consistente”, ha dicho Tim Raines, el otrora gran robador de bases, convertido ahora en coach de los Nacionales en las Ligas Menores.
Castro se marcha hoy a Melbourne, Florida, donde se unirá a los mejores prospectos de los Nacionales que han sido convocados para un campamento de desarrollo acelerado.
Y quizá lo esencial, es que Ofilio va claro de su misión. Sabe que tiene que batear allá, en Estados Unidos, donde se tomarán las decisiones respecto a su futuro en el beisbol rentado.
“Yo sé que tengo que batear. Los demás aspectos de mi juego andan bien, pero mi bate es el que me puede llevar a las Grandes Ligas. Para subir hay que batear. Eso yo lo sé”, señala Castro.
¿Y cómo anda el resto de sus herramientas? Así las ve Ofilio.
BATEO
“Creo que soy un buen bateador, es decir, tengo la habilidad para pegarle a la bola y he trabajado para reducir mis errores ”.
Castro es sobre todo un bateador de líneas, que utiliza la parte derecha del terreno para conectar sus batazos. Aún trabaja para reducir el daño de pitcheos adentro, pero tiene buena aptitud para aprender.
PODER
“Pienso que tengo una considerable fortaleza, pero en un afán de lograr un buen promedio, no busco tanto conectar batazos largos, me preocupo más bien por hacer un buen contacto”.
Si nos remitimos a las estadísticas, Ofilio no tiene poder. Tiene 10 jonrones en 1273 turnos y ninguno en sus últimos 411. Quizá tenga que ver lo que él explica, que sacrifica poder pensando en hacer buen contacto.
DEFENSA
“Creo que es mi principal herramienta. Me considero un fildeador seguro y no tengo miedo al irme de frente ante cualquier batazo. Sé que puedo fildear”.
Ofilio tiene una defensa de nivel de Grandes Ligas. Sus manos suaves, sus reflejos extraordinarios y su cobertura amplísima. Es, además, versátil. Puede jugar en todo el infield.
BRAZO
“Es otro de los atributos que tengo. Mi brazo es fuerte y muy controlado. A veces boto una bola, la recojo y el brazo me saca a flote. Es decir, considero que tengo un brazo responsable y con mucha precisión”.
Sólo su guante es mejor que su brazo. Castro tiene un cañón y es exacto en sus disparos. Tiene además la virtud de que transfiere rápido la pelota del guante al brazo de tirar y eso incrementa su efectividad. Su brazo es cosa seria.
VELOCIDAD
“Cuando los scouts me miraban antes de firmar, siempre hacían énfasis en que era un poco lento, pero siento que he mejorado. No soy veloz, pero tampoco soy lento”.
Castro hacía 7.1 segundos en las 60 yardas. El average de Grandes Ligas es 6.8 segundos, aunque hay corredores que hacen hasta 6.5 o 6.4. Ciertamente ha mejorado mucho, pero correr no es una de sus principales virtudes.
HÁBITOS DE TRABAJO
“Dios me dio un talento, pero también me dio entusiasmo para trabajar y pulirlo. Yo he llegado hasta donde estoy porque he trabajado duro”.
Y así es. Castro es quizá el jugador nica profesional que más trabaja, quizá porque ha entendido que entrenar es lo que hace que el talento se convierta en capacidad.
FUTURO
“Los Nacionales han demostrado que yo les intereso, prueba de ello es que el año pasado fui agente libre y me han vuelto a firmar ahora. Así que espero crecer y llegar a la meta, que son las Grandes Ligas”.
El año pasado no deslució en Doble A y ahora con más experiencia debe rendir mucho más. Su futuro podría ser como jugador utility en Grandes Ligas, pero tiene material para llegar. Ya lo verán.