14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Doña Tina con los niños y jóvenes de la academia de beisbol. (FOTOS LA PRENSA/E. RODRÍGUEZ)

Tras otro Vicente Padilla

La madre del big leaguer con una modesta academia [doap_box title=”Gente capaz” box_color=”#336699″ class=”archivo-aside”] Entrenadores como Julio Espinoza, Alfonso Catín y Pedro Reyes, trabajan con la mamá de Vicente Padilla en su programa de desarrollo de jugadores. Recién ganaron el campeonato nacional de beisbol infantil y ahora se alista para asistir a otros eventos en […]

  • La madre del big leaguer con una modesta academia
[doap_box title=”Gente capaz” box_color=”#336699″ class=”archivo-aside”]

Entrenadores como Julio Espinoza, Alfonso Catín y Pedro Reyes, trabajan con la mamá de Vicente Padilla en su programa de desarrollo de jugadores.

Recién ganaron el campeonato nacional de beisbol infantil y ahora se alista para asistir a otros eventos en categorías superiores.

El último regalo de Vicente Padilla a su mamá fue una camioneta Toyota Land Cruiser 2008, pero el más grande será una casa de 10 habitaciones con todos los lujos posibles.

[/doap_box]

La cantidad no se recuerda con exactitud, pero seguro que no llegaba a 300 dólares. Sin embargo aquella cifra, ero lo más que Vicente Padilla podía disponer después de recibir su primera quincena de salario con los Mavericks de High Desert en categoría Clase A.

“Averiguate dónde queda un Western Union por aquí y se los mandás todos a mi mamá aunque me quede sin nada”, indicó Padilla a su agente César Batista, y horas más tarde, doña Florentina recibió aquel aporte para ayudarse en medio de sus dificultades.

Desde aquel 1999, los envíos han seguido llegando. Ahora con más frecuencia y no tan limitados en cantidad. Doña Tina no sólo tiene ahora para solventar sus necesidades y las de los suyos, sino que también es capaz de compartir lo que recibe de su hijo.

“Vicente ha sido una bendición para nosotros como familia. Él es nuestro soporte, está pendiente de todo con nosotros y yo comparto lo que puedo con los demás, como una forma de darle gracias a Dios por lo que ha hecho con mi hijo”, asegura doña Tina.

Esta señora, que ha sido madre y padre para sus seis hijos incluyendo Vicente, se mueve ahora en una camioneta Toyota, vive en una cómoda casa en un reparto de Chinandega y se alista para mudarse más adelante, a una lujosísima casa en las afueras de la ciudad.

“Yo le digo a Vicente que por qué hizo una casa tan grande (se afirma que cuesta más de dos millones de dólares). Para mí que exageró. A mí me parece muy lujosa, pero él dice que lo mejor que tiene es su familia y que nos quiere ver viviendo bien”, explica.

Y para que las bendiciones a su hijo sigan multiplicándose, doña Tina comparte a través del beisbol. Tiene un programa que incluye cinco equipos, uno de los cuales acaba de ganar el campeonato nacional de beisbol infantil en Granada, superando a Managua.

“Lo que hace esta señora es tremendo. Arma los equipos, les paga los entrenadores. Les da uniformes a los chavalos, los pasa recogiendo en su camioneta para ir a entrenar y a jugar. Les da refrigerios y les paga los jueces y los anotadores a la liga”, afirma Léster Loáisiga, ex jugador del Chinandega y ahora coach en uno de sus clubes de niños.

Pero no todo ha sido fácil en esta etapa. En más de una ocasión ha estado a punto de irse y dejar abandonado el proyecto, que poco a poco comienza a mostrar sus frutos. Varias organizaciones de Grandes Ligas han puesto sus ojos en sus talentos y les han atraído.

“No crea, a veces es difícil estar en el beisbol. Mi único objetivo es ayudar con lo que Vicente me ayuda, pero usted sabe cómo es la envidia. Hay gente que se incomoda al ver que uno se supera y hasta me han dicho soy bruja”, asegura.

No obstante, varios padres de familia se han unido para animarla a seguir y por lo visto hasta ahora, espera continuar con el programa, más ahora que uno de sus hijos menores, Carlos, se ha incorporado al proyecto y espera seguir los pasos de su hermano Vicente.

“A Carlos no le gusta entrenar, pero se le ha metido que quiere una camioneta. Yo ya le dije cómo Vicente obtuvo lo que tiene. Así que si él desea comodidades, tiene que irse a entrenar duro, y parece que se ha motivado”, indica doña Tina.

Pero también cada uno de los niños quiere ser como Padilla y con ese objetivo entrenan cada tarde en el campo La Florida, a donde en ocasiones se ha presentado Vicente para estimular a los chavalos que un día quisieran seguir sus pasos.

Deportes

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí