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LA PRENSA/JULIO MOLINA

Una mujer que inspira

En este mes de la mujer presentamos a Francesca Mosca, que ha combinado con éxito su carrera y su vida familiar [doap_box title=”• LOS PLACERES DE LA VIDA” box_color=”#336699″ class=”archivo-aside”] Le gusta nadar, ir a la playa y jugar billar. Natación. Desde niña nada. Los fines de semana que tiene libre aprovecha para nadar. La […]

  • En este mes de la mujer presentamos a Francesca Mosca, que ha combinado con éxito su carrera y su vida familiar
[doap_box title=”• LOS PLACERES DE LA VIDA” box_color=”#336699″ class=”archivo-aside”]

Le gusta nadar, ir a la playa y jugar billar.

Natación. Desde niña nada. Los fines de semana que tiene libre aprovecha para nadar. La relaja. También le gusta visitar San Juan del Sur con su esposo. A ambos les encanta el mar.

Lectura. Le gusta leer y por su trabajo lee más textos sobre realidad centroamericana. Los náufragos de Esquipulas, escrito en francés, es la última obra que leyó, aunque también recuerda la novela (histórica) La fiesta del chivo.

Nicaragua. Le encantan Granada y León. Le gustaría conocer Selva Negra.

Billar. Aprendió a jugar billar en Nicaragua. En casa de unos amigos jugó por primera vez “y me encantó”, afirma. Ella fue quien impulsó a su esposo a jugar billar, algo que ahora él hace muy bien.

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Francesca Mosca, Jefa de la Delegación de la Comisión Europea para Centroamérica y Panamá es como buena italiana, una mujer a la que le encanta el mar. Le gusta bailar ritmos latinos aunque no es tan buena en eso porque “todo lo baila igual”, reconoce con humor.

Habla cinco idiomas: italiano, francés, inglés, alemán y español. Esta diplomática de 59 años es doctora en Leyes, egresada de la Universidad de Milán y fue reclutada como oficial de la Comisión de la Unión Europea en 1973.

La Comisión Europea tiene alrededor de 130 delegaciones en el mundo y sólo diez por ciento son dirigidas por mujeres. “Sé que hay políticas para intentar aumentar esta cifras, claro que no se puede invertir la tendencia de repente porque siempre estamos buscando a las personas sobre la base del método y su competencia”, reconoce.

Es parte de un grupo reducido de mujeres en muy alto nivel. ¿Cómo le hace sentir eso?. “Para nosotros es un puesto que da muchos desafíos, es la delegación casi más grande del mundo (es la más grande de América Latina). Es súper interesante, pero también hay muchísimos retos. El hecho de poder justamente trabajar bien es algo que da satisfacción, no es muy fácil, pero las mujeres pueden hacer muchas cosas al mismo tiempo y eso es algo bueno de nosotras”, dice con satisfacción.

Francesca ha logrado combinar con éxito su carrera y su matrimonio. Tiene casi 35 años de casada con el padre de sus dos hijos varones de 27 y 30 años. Su esposo es economista. Es de origen italiano y su nombre en español es Héctor. Francesca atribuye gran parte de su desarrollo profesional al apoyo que le ha dado la Comisión Europea.

Cuando inició su carrera en la Comisión Europea lo hizo con un trabajo de medio tiempo para poder dedicarse también a la crianza de sus hijos. Ocho años trabajó medio tiempo. Cuando Francesca fue designada para hacerse cargo de la Delegación de la Unión Europea, su esposo tomó una jubilación anticipada para venirse con ella a Centroamérica.

¿Su esposo le dio prioridad a su carrera?, preguntamos, a lo que contesta: “Yo creo que no es que mi esposo se puso atrás para dejarme a mí adelante, creo que son momentos de la vida, él seguía su carrera cuando yo estaba ocupándome de los hijos gracias a que tenía un trabajo de medio tiempo, pero es una oportunidad que la Comisión me ha dado, pude hacer mi carrera al mismo tiempo que cuidaba a mis hijos”, reconoce.

En el desarrollo profesional destaca la importancia de la educación. “Todo empieza con la educación. Yo nací y crecí en un hogar donde tenía una madre muy independiente, que había estudiado y no había tomado una carrera, se quedó en la casa. Ella me decía: tú y tu hermana tienen que estudiar y después tendrás que trabajar y sólo después tendrás que casarte, pero tienes que tener tu independencia financiera”. El mensaje marcó la vida de Francesca.

“Las mujeres tal vez nos ponemos obstáculos a nuestro mismo crecimiento profesional, eso se tiene que empezar desde dentro de la familia”, sostiene. “El papel de las mujeres es un papel importantísimo para el cambio en la sociedad. Tal vez las mujeres que han llegado a un cierto nivel no se acuerdan de las demás y se convierten en hombres. Lo más importante es estar juntas y hacer nuestras batallas conjuntamente. Podemos seguir adelante y mejorar la sociedad para que sea más pacífica y más justa”, afirma con seguridad Francesca Mosca.

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