- Futbol fracasa bajo la misma dirigencia
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“No podemos hablar de fracaso por haber sido eliminados de Liga de Campeones”, expresó en una ocasión el jugador español Rubén Baraja, en una ridícula excusa para aplacar la decepción del Valencia, cuando fue eliminado de los cuartos de final en la competencia de clubes más importante de Europa.
Estas palabras son las que se han convertido en el eslogan oficial de los directores técnicos y el presidente de la Federación Nicaragüense de Futbol, Julio Rocha López.
Al parecer el conformismo pobre se ensaña en el pensamiento del grupo que dirige el balompié nacional.
La reciente actuación de la selección Sub-17 que participó en las eliminatorias para el mundial de su categoría reflejó con claridad lo lejos que se encuentra Nicaragua en desarrollar verdaderamente su nivel futbolístico.
Asimismo el tan elocuente discurso de “acortar las distancias” de la federación quedó anulado tras el fracaso total que obtuvo Mauricio Cruz en esta clasificatoria.
El juvenil azul blanco quedó en el grupo A, junto a Costa Rica, El Salvador y Guatemala. Con dos meses de una cuestionable preparación sin partidos de fogueo, ni elementos suficientes para enfrentarse a clubes fuertes, la selección volvió a fracasar con el mismo estratega, que en su carrera con las selecciones nacionales no produce resultados positivos.
Ante Costa Rica, Nicaragua fue goleada con 7-0, ante los salvadoreños cayeron 5-0, pero la más catastrófica fue el 13-0 ante Guatemala. Una vez más la producción de goles y defensa pinolera fue nula, dejando una imagen empobrecida del futbol nica a nivel internacional.
¿Qué se puede aspirar en el futuro? ¿Por qué la necia insistencia de mantener a técnicos que no han agregado resultados positivos al futbol?
La respuesta se relaciona directamente desde la presidencia de la federación, la dirección técnica, plan de preparación de selecciones y los mismos polos de desarrollo de futbol, que hasta hace pocos meses no funcionaban en su totalidad.
Si se mantiene el mismo círculo rutinario y un personal deficiente, la empresa tiene un fracaso asegurado. El futbol urge el cambio, un proyecto que asegure verdaderos frutos, trabajando con gente especializada en la materia.
Todo proyecto requiere inversión. El estadio de futbol que tiene más de cuatro años en construirse es un pequeño paso en avance infraestructural. La pregunta es ¿se jugará buen futbol en este estadio?
El reto será formar buenos jugadores, pero con buenos técnicos. Si se persiste en mantener a la mediocridad, el balompié nacional bailará siempre al paso del cangrejo y tendrá un fracaso asegurado en sus participaciones internacionales.