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El público quedó encantado con la presencia de “El Buki” en el país. Un regalo del presidente Daniel Ortega para su pueblo, pagado por el mismo pueblo. (LA PRENSA/ MIGUEL LORÍO)

El Buki cantó como contratado

Complació a sus fanáticos con cada uno de sus temas más apreciados [doap_box title=”¿Por qué no en la Plaza de la Revolución?” box_color=”#336699″ class=”archivo-aside”] Resulta extraño que el Gobierno haya decidido realizar el concierto en la Carretera a Masaya y no en la Plaza de la Revolución, donde se llevó a cabo el año pasado, […]

  • Complació a sus fanáticos con cada uno de sus temas más apreciados
[doap_box title=”¿Por qué no en la Plaza de la Revolución?” box_color=”#336699″ class=”archivo-aside”]

Resulta extraño que el Gobierno haya decidido realizar el concierto en la Carretera a Masaya y no en la Plaza de la Revolución, donde se llevó a cabo el año pasado, el concierto del colombiano Carlos Vives. La plaza pudo resultar más cómoda que las calles cercanas al Hotel Hilton Princess, que fueron escenarios de recientes hechos violentos causados por el FSLN .

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Un buen concierto. El presidente Daniel Ortega invitó al mexicano Marco Antonio Solís, pero nosotros pagamos. “Vamos a pedir por él (Ortega) por representar a un país que ha tenido mucho sufrimiento, vamos a pedir por él para que Dios lo ilumine y haga cosas buenas por este país”, dijo Solís, vestido de impecable blanco, como buen contratado.

“Tremendo pachangón del Poder Ciudadano”, es la primera frase que se escucha en las calles cercanas al Hotel Hilton Princess, justo a las 7:00 p.m. Después de las típicas preguntas necias para tratar de animar al público: “¿Dónde están las solteras?” (…) en seguida sale al escenario el grupo tex mex Chúkaro y arranca la fiesta.

Un payaso de expresión cansada y rostro surcado por múltiples líneas de expresión, baila con una mujer gorda, de nalgas respingadas y absolutamente redondas.

La pareja es el espectáculo más entretenido para quienes se encuentran alrededor tomando cervezas, ron o aguardiente, esperando a “El Buki”.

En seguida, el fotógrafo y yo buscamos otro lugar desde donde sea posible obtener un panorama del escenario que pueda ser captado por nuestro lente.

Una mujer flaca, de labios gruesos y cabello alborotado aplaude sincronizadamente al ritmo de la música: Te atraparé bandido…

Nos dirigimos hacia uno de los policías que resguardan el perímetro, para pedir autorización de hacer fotos desde ángulos más cómodos pero fuera de nuestros límites. Malas noticias. La respuesta es brusca y negativa. “No se pueden hacer fotos, sólo se permiten cámaras de televisión”, asegura, de manera tajante, el uniformado.

MÁS VICTORIAS

Luego de un buen set de covers interpretados por Chúkaro, el animador estrella regresa a la tarima: “¡Vamos por más victorias! ¡Un grito por el Poder Ciudadano! ”, la repuesta del público es algo pobre.

Luego, el presentador anuncia que “El Buki” está a punto de salir, y entonces los asistentes reaccionan.

Pero todavía nada, sólo hay un leve murmullo de la gente y el ruido de los motores que alimentan los grandes focos que iluminan la avenida.

Las luces se van apagando poco a poco, empieza a estallar la pólvora en forma de luces de colores en el cielo, los fanáticos se emocionan. El humo del escenario anuncia la aparición de Marco Antonio Solís.

El concierto fue muy bueno. “El Buki” regaló sus temas nuevos y viejitos, lo que provocó la emoción de sus admiradores. Desde O me voy o te vas hasta Si no te hubieras ido.

“Abrazos cariñosos para mis hermanitos de Managua”, saluda el cantante. Repertorio completo en la voz de un gran intérprete, música de calidad y un público emotivo. La voz de “El Buki” se escuchó casi perfectamente.

Mientras Solís interpreta una de las primeras canciones, un hombre en estado de ebriedad se queda quieto, con la vista perdida en el escenario, en posición de orar: manos juntas en el pecho, murmurando palabras extrañas. Al parecer el cantante es capaz de causar tal impacto en sus admiradores, pues con su cabello largo y traje blanco pudo haber parecido una visión. O tal vez todo había sido efecto del licor en aquel hombre.

Espectáculo

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