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La historia de la guitarra

Con hermosa cintura de madera y cuerdas este instrumento musical tiene una bonita historia Los orígenes de la palabra guitarra tienen cruzadas varias líneas donde convergen árabes, griegos y asirios y aunque no se puede definir con exactitud sus inicios, parece que guarda alguna relación con el sonido de la cuerda de un arco tensado […]

  • Con hermosa cintura de madera y cuerdas este instrumento musical tiene una bonita historia

Los orígenes de la palabra guitarra tienen cruzadas varias líneas donde convergen árabes, griegos y asirios y aunque no se puede definir con exactitud sus inicios, parece que guarda alguna relación con el sonido de la cuerda de un arco tensado al disparar una flecha.

Etimológicamente nace del árabe, de ahí viaja al arameo y de éste al griego, como cítara. Es un instrumento musical de cuerda compuesto por una caja de resonancia en forma de ocho, un mástil largo con trastes y cuerdas, generalmente seis, que se hacen sonar con los dedos.

Según los anales de la historia, en el siglo VII a.C. los asirios tocaban un instrumento conocido con el nombre griego de kithara (la cítara romana) pero con sólo 4 cuerdas. A España arribó por dos caudales: la cítara romana (de origen asirio y griego), que llegó antes de la invasión árabe y el laúd asirio llevado por los árabes.

Ambos instrumentos originaron la guitarra latina y la morisca, que ya aparecen en las Cántigas de Alfonso X el Sabio, pero en la segunda mitad del siglo XVI sólo se habla de guitarra española o simplemente guitarra.

Entre otros, el escritor Félix Lope de Vega (Madrid 1562-Madrid 1635), a Vicente Espinel (Ronda 1550-Madrid 1624) se le atribuye la adición de una quinta cuerda, la más aguda, un Mi agudo, también llamada “prima”, además del sistema de afinación. Después vino la sexta y definitiva cuerda, que es un Mi grave, llamado “bordón”.

La guitarra en el siglo XIX arriba a lo más alto del mundo instrumental y para el siglo XX se instala como la esencia y espíritu de la música flamenca, lo cual la convierte en un instrumento habitual en los conciertos de música clásica.

España adoptó la guitarra y sus fabricantes han adquirido fama en el mundo entero como los mejores guitarreros, pues pueden encajar las 6,000 piezas de las que consta cada guitarra y conseguir instrumentos catalogados como auténticas obras de arte.

Hay piezas musicales de extraordinaria belleza como el Concierto de Aranjuez (1939) para guitarra y orquesta de Joaquín Rodrigo. El músico cubano Leo Brawer logra una excelente ejecución de esta obra al arrancarle melodías insospechadas a su guitarra.

Con los años la guitarra evolucionó hasta llegar a la eléctrica, donde la vibración de las cuerdas se recoge y amplifica mediante un equipo electrónico. Esta guitarra surgió en 1932 y fue Adolfo Rickenbacker su creador a partir de una guitarra electroacústica, basada en la guitarra española, lo cual provoca que sus sonidos sean fácilmente distorsionados, esta cualidad lo mismo arranca arpegios maravillosos como irritantes.

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