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Estimule la imaginación y creatividad de sus hijos

Múltiples estudios han demostrado que los niños que se dedican a alguna actividad artística mejoran sus capacidades en los demás ámbitos de su vida. Patricia Belli, artista visual y Directora de la Escuela de Artes Plásticas Grafos, señala que las artes visuales fomentan el sentido estético, la creatividad y la agilidad tanto visual como manual. […]

Múltiples estudios han demostrado que los niños que se dedican a alguna actividad artística mejoran sus capacidades en los demás ámbitos de su vida.

Patricia Belli, artista visual y Directora de la Escuela de Artes Plásticas Grafos, señala que las artes visuales fomentan el sentido estético, la creatividad y la agilidad tanto visual como manual. Sin embargo, se recomienda a partir de los seis años porque en esta edad los niños adquieren madurez para dedicarse a una actividad, aunque si se trata de un talento nato, puede iniciar antes.

“Cuando iniciamos lo hacemos con barro, plastilina, pintura lúdica, collage, lo cual estimula su imaginación, creatividad y sus capacidades de motora fina”, señala Belli.

La artista señala que un niño que tiene capacidades promedio y recibe un curso de artes visuales se le pueden reforzar y estimular sus capacidades, lo cual contribuye a su vez a que desarrolle sus capacidades de lecto-escritura, ya que éstas son artes que tienen que ver con la coordinación ojo-mano.

Por otra parte, un niño que tiene dificultades para que ejercite su capacidad motriz y viso-motriz, se le estimula a que alcance un nivel promedio. Cabe señalar que el desarrollo de estas capacidades tiene que ver con la frecuencia con que asistan a los talleres.

Estímulo de la imaginación

Belli señala que la etapa de estimular la imaginación se da entre los seis y los once años, lo cual se hace con diferentes ejercicios que van subiendo de nivel de dificultad. Afirma que no les orientan a representaciones de la realidad antes de los doce años porque por un lado sus capacidades no están maduras y por otra parte sus intereses no están por ahí, al menos que tenga particular afición por las artes visuales y tenga el impulso de hacer dibujo o pintura realista, como fue el caso de Belli, quien a los ocho años ya estaba en eso.

“Hasta los doce años empezamos con dibujo y pintura realista, antes son pinturas muy lúdicas que parten de su propia experiencia, vamos empujando la confianza en sí mismo, la sicomotricidad, la relación ojo-mano, la experiencia con los materiales, etc. Después de los doce años ya empezamos a construir capacidades que tienen que ver con la disciplina a un nivel adecuado a su desarrollo neurológico y motriz, a esa edad sí ya los empujamos hacia la representación que tiene que ver con transferir la realidad visual de tres dimensiones a dos dimensiones, se trabajan con diferentes materiales, ya es un programa igual que el de los adultos”, afirma Belli.

Según la directora de Grafos, la afición por las artes es natural para todos, ya que todos tenemos ganas de jugar con los materiales, aunque pueden darse algunas excepciones como niños que tienen mayor interés por los deportes y sienten que no es en las artes donde desean impulsar su energía.

“Tiene un atractivo intrínseco para el ser humano, todos queremos dibujar, es una cosa absolutamente natural, los niños desde los dos años empiezan a hacer garabatos y se van afinando con el tiempo hacia la representación de la figura humana, es un impulso natural, no es algo que se tenga que enfocar, lo que hacemos es que eso genere una experiencia gratificante, constructiva que incida en su autoestima y que sirva también para impulsar cierta capacidad motriz”, señala la artista.

En la primera etapa, según Belli, lo que interesa es estimular la imaginación del niño, ya que poner a dibujar representativamente a niños chiquitos es un error, porque en ese tipo de formato no se estimula la creatividad, que es lo que está floreciendo en ese momento. Además, con esa actitud puede desanimar al niño, ya que lo está forzando a una disciplina rigurosa. “Lo natural sería estimular la imaginación, a parte la relación de ojo-mano está apenas empezando a madurar y es mejor no forzarla”.

En caso de que note que el niño hace las cosas con demasiada rapidez o de mala gana, Belli aconseja ponerlo a hacer otra cosa, ya sería un error obligarlo a hacer lo que no quiere. “El error es no identificar el origen. Uno tiene que ver si es que no puede hacerlo y tratar de ver por qué, si no quiere, no obligarlo”.

Imaginación en casa

Belli recomienda a los padres estimular la imaginación y creatividad de sus hijos en casa, ya que si en los talleres que ofrece Grafos no se aceptan antes de los seis años, es por que a esa edad necesitan atención muy individualizada.

“Los padres en casa pueden hacer muchas cosas como forrar una pared o el piso con papel para que los niños pinten ahí, porque ellos a esa edad quieren rayar todo, es bueno darles un espacio, que entiendan que ésa es su pared y todo lo demás está vedado, eso les da una gran felicidad y les da una posibilidad de expresarse; no es bueno restringirlos a un papel en una mesa, porque no tiene el mismo atractivo para un niño limitarse a una hoja de papel que tener una pared donde puede usar no sólo sus manitos, sino sus brazos, pueden hacer gestos más amplios”, señala la artista.

Además del espacio, Belli recomienda proporcionarles los materiales a los niños para que puedan echar a andar su imaginación cuando lo deseen, ya que la niñez es la clave para desarrollar muchas de las habilidades que se tienen de adulto.

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