- Poesía Nicaragüense
Margarita López
A mi nieto Jalil Alejandro
Desde chiquito
advertí tu delicada figura,
bella levedad entre juguetes.
Te adueñaste de mi iris
mediante contornos de belleza
que no cesaba de admirar.
Buscabas mi protección
y mi ternura trasvasada.
Como que sabías
de mis noches en vacío.
Más de una vez
dejé tu espacio cálido
pensando en apropiarme
la castaña coronita de tus rizos.
Y no me pareció entonces
al perfilarte de varón
el despojo irreversible de tu aura ensortijada.
Delgadito, travieso,
agudizas las palabras
marcando tu frágil presencia.
Porque a veces no escuchamos
a nuestros pájaros infantes.
Por eso, mi voz ya gastada
desearía para tu oído
antiguas sonoridades.
Yo también fui pequeña
y hablaba y jugaba sola
en mi retazo imaginario.
Era distinto el paisaje
y mis tejados lluviosos
y el aire silbante y fresco.
Para tus ojos oscuros,
hermosos y cargados de ansiedades
quiero el verde de mis cerros
y mi parque
y mis atardeceres
con vientos y campanas.
Quiero verte alegre subir a la vida
Compartiendo mi ángel
y soñando
que puedes escoger,
como un juguete más
en esta partida de dados.
Octubre del 2005