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¡No lo ahogues de cariño!

¿Quiere estar siempre con él, acompañarlo a los juegos del fin de semana, formar parte de sus salidas con los amigos?, ¿se molesta cuando él hace alguna actividad de ocio sin incluirla? ¡Cuidado! Él necesita su propio espacio piedefoto: Compartir tiempo juntos es muy importante en una relación de pareja, pero también es necesario que […]

  • ¿Quiere estar siempre con él, acompañarlo a los juegos del fin de semana, formar parte de sus salidas con los amigos?, ¿se molesta cuando él hace alguna actividad de ocio sin incluirla? ¡Cuidado! Él necesita su propio espacio
    piedefoto: Compartir tiempo juntos es muy importante en una relación de pareja, pero también es necesario que cada uno tenga sus propios espacios. Modelos: Meyling Castro y Sergio Rodríguez.
    Agencia: Academia Eleganza. LA PRENSA /M. Lorío

Brindar atenciones y complacer al esposo, preocuparse por su bienestar y procurárselo, es sin duda una bonita actitud que fortalece una relación de pareja, pero ¡cuidado! para todo hay límite y es probable que en lugar de hacerlo sentir bien, lo esté asfixiando.

La sicóloga Adriana Trillos, especialista en terapia individual y de pareja, indica que el problema inicia cuando se convierte en la misión de la esposa. Esto puede ocurrir debido a la forma en que hemos sido educadas y por los roles que la sociedad nos ha asignado a lo largo de la historia, según la psicóloga.

Explica que en nuestra cultura, hay diferentes roles con los que las mujeres obtienen más valor y reconocimiento social. Uno de ellos es cuando se convierten en esposas.

“Debido a este modelo de pensamiento, miles de mujeres van perdiendo poco a poco ‘pedacitos’ de su identidad y es así como terminan desplazando de sus vidas proyectos personales importantes, abandonando actividades de ocio individuales, círculos de amigos habituales, y hasta renunciando al apellido de la familia”, señala.

La vida en pareja es un constante aprendizaje y muchas veces, en ese proceso cometemos errores. Los casos en que los esposos pasan a ser el centro de la vida de la mujer son muy comunes. “Ella actúa en función de las decisiones, intereses y gustos de él y puede llegar a invertir tantas energías en él que lógicamente querrá ser recompensada en algún momento, esperando recibir lo mismo. La sorpresa ocurre cuando el hombre no cumple con estas expectativas”, expone.

Los especialistas definen esta situación como “simbiosis”, en alusión al proceso biológico en el que las especies se fusionan para obtener un mutuo beneficio. Y es en estas “relaciones simbióticas” que algunas esposas suelen adoptar el papel de madre y asumen la postura de dar o quitar permisos a sus esposos. Pueden pretender que ellos desistan de hacer algo sólo porque a ellas les molesta, o hacer lo posible por marcar su presencia al lado de su esposo, especialmente en público.

No obstante, llenar de atenciones a la pareja no es malo, siempre y cuando se conserven y respeten los espacios de cada uno. “Precisamente para no olvidar que siguen siendo personas con historias independientes de la relación de pareja y con poder de decisión sobre su vida”, aconseja la especialista.

Recomendaciones

Si siente que ha sacrificado ciertas cosas por él, pero no ha sido agradecida, es porque usted ha asumido por sí sola que él debe actuar igual, aunque nunca lo hayan acordado antes. En ese caso, es importante que revise qué ideas le impulsan a pensar y actuar desde el rol de madre.

Si le molesta que su esposo salga y se divierta sin usted, probablemente es el momento de retomar aquellos espacios que usted tenía antes de conocerlo. Esta es una manera de nivelar la relación, de adulto a adulto.

Preste atención al tono de voz y a las palabras que utiliza cuando le reclama algo. Un tono autoritario y preguntas de interrogatorio indican una actitud parental. Si logra identificarlo en el momento, haga lo posible por detenerse para encontrar un equilibrio. Por ejemplo, en lugar de preguntar: “¿Y por qué no me querés llevar?”, diga: “¡Cómo me gustaría ir con vos!”.

Evite pedir reportes de cada actividad o movimiento que hace su pareja durante el día. El control sobre la pareja genera una falsa sensación de seguridad. Lo que en realidad hace es que la persona sea prisionera de sus temores.

Si valora que a pesar de sus múltiples intentos por romper los roles parentales, no obtiene los resultados esperados, considere iniciar una psicoterapia. Actualmente, existen muchas técnicas de manejo emocional que facilitan el proceso y que ayudan a aumentar la calidad de nuestras relaciones de pareja.

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