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Alexis Argüello, de rodillas sobre el ring, después de haber derrotado al boricua Alfredo Escalera el 4 de febrero de 1979 en Rímini, Italia, donde expuso su cetro ligero Jr. (130 libras), del CMB. LA PRENSA/Archivo

Muere Alexis Argüello

El tricampeón mundial de boxeo se quitó la vida de un disparo en la cabeza. Tenía 57 años

Después de situar a Nicaragua en la geografía deportiva mundial, emocionarla hasta el extremo con su boxeo elegante y llenarla de orgullo con su carisma y comportamiento impecable, Alexis Argüello la hizo llorar este miércoles, cuando a través de un disparo se quitó la vida, cubriéndola de luto y provocando mil especulaciones.

Nacido en Managua hace 57 años, Argüello saltó a la fama mundial tras capturar tres coronas universales y protagonizar épicas batallas en los más renombrados escenarios boxísticos; pero se había introducido en el sentimiento popular desde sus inicios, por su sencillez y su habilidad para destruir oponentes. Desde el asesinato del doctor Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, en 1978, Nicaragua no salía a las calles espontáneamente a expresar su dolor, como ahora, ante el deceso de Alexis.

“El Flaco Explosivo”

Surgido de entre la pobreza más extrema, Argüello encontró en el pugilismo un escape a las limitaciones que siempre le rodearon y alcanzó la excelencia con su boxeo limpio y poder devastador, que le permiten dejar huellas indelebles no sólo entre los aficionados a este deporte, sino entre todos aquéllos que algún día contemplaron su don de gente y caballerosidad.

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Aunque cuando entró al boxeo, en 1968, no lo hizo propiamente como un prodigio, debido a que perdió dos de sus primeros cinco combates ante Osmar “Cachorro” Amaya y Miguel Espinoza, Argüello eslabonó luego una cadena de 20 éxitos, para volver a tropezar ante el mexicano Jorge Reyes. Sin embargo, reaccionó con trece éxitos y disputó una primera corona mundial.

Se cubre de gloria

El 16 de febrero de 1974 el nica, para entonces bautizado como “El Flaco Explosivo” por Edgar Tijerino, cayó derrotado por el panameño Ernesto “Ñato” Marcel, pero en noviembre de ese mismo año destronó a uno de los ídolos del boxeo mexicano, Rubén Olivares, y se convirtió en el primer nicaragüense campeón mundial.

Tras ese éxito en el casillero pluma (126 libras) vinieron dos coronas más, capturadas luego de vencer en una pelea explosiva a Alfredo Escalera, en el peso ligero junior (130 libras), y en un combate muy sobrio pero elaborado a Jim Watt, para entonces monarca ligero (135 libras).

Familiares lloraron junto al cuerpo de Alexis Argüello, por la partida inesperada del tres veces campeón del mundo. LA PRENSA/RENÉ ORTEGA

Nicaragua, acostumbrada a sus éxitos, tardó en asimilar sus dos caídas posteriores ante Aaron Pryor, a quien pretendía despojar del cetro welter junior, para convertirse en el primer boxeador de la historia en colocar cuatro coronas sobre su cabeza. Pero ese título no hizo falta para continuar convertido en el ídolo de los nicaragüenses.

Ese orgullo y afecto a Alexis le fueron manifestados siempre por sus seguidores, incluso por aquéllos que no aprobaron su salto a la arena política. Pero es que Argüello ya era parte de la mitología popular, así que ya no se equivocaba, aunque se equivocara en realidad.

Policía concluye que fue suicidio

Al caer la tarde de ayer, la Policía Nacional confirmó en una versión preliminar que Alexis Argüello se suicidó, según un dictamen también preliminar que emitió el Instituto de Medicina Legal (IML), el cual establece que falleció a consecuencia de herida provocada por proyectil de arma de fuego que perforó el tórax con laceración de corazón y pulmón izquierdo.

Extraoficialmente se conoció que la autopsia duró seis horas y que en la misma participaron tres médicos forenses.

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“En el cuerpo se encontró evidencias de impacto único. Por las características del orificio de entrada se puede determinar que el disparo se produjo con contacto firme del cañón sobre la piel. Desde el punto de vista médico legal, se trata de una muerte violenta de etiología suicida”, concluyó el IML según lo que dio a conocer la jefa de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), comisionada mayor Glenda Zavala. La jefa policial dijo escuetamente que no encontraron evidencias de violencia.

Según dijo Zavala, de acuerdo a las evidencias recolectadas y a las entrevistas realizadas en el lugar, “desde el punto de vista técnico científico, relacionados a criminalística, y eso nos da la conclusión, de acuerdo al dictamen también que tenemos de Medicina Legal, que se trata de un suicidio”, sostuvo Zavala.

Llegó muerto al hospital

Pese a que en la versión policial se habla de que el incidente ocurrió en la casa de habitación de Argüello en Residencial Pamplona, en el kilómetro 11 y medio de la Carretera Sur, donde realizaron parte de las investigaciones policiales, no se ubica el lugar exacto de lo que los peritos llamarían la escena del crimen, donde Argüello se encontraba al momento de adoptar la decisión fatídica.

Zavala manifestó que Argüello fue conducido a eso de las 2:15 a.m. de ayer “por sus familiares” al Hospital Carlos Roberto Huembes, de la Policía, pero otras fuentes sostienen que fue el conductor de éste quien en realidad lo llevó al centro asistencial.

“Al llegar al hospital se comprobó que el alcalde Alexis Argüello Bohórquez había llegado en estado fallecido”, manifestó Zavala, tras indicar que una vez que conocieron del hecho, de inmediato la Policía Nacional conformó un equipo investigativo integrado por miembros de esa especialidad, así como del Laboratorio Central de Criminalística, que acudió tanto al hospital como a la casa del fallecido.

Miles de ciudadanos llegaron al Palacio Nacional de la Cultura a darle el último adiós al tricampeón mundial de boxeo, Alexis Argüello. La plaza quedó pequeña para albergar a la multitud. LA PRENSA/MANUEL ESQUIVEL

Zavala se limitó a decir que en el lugar donde ocurrieron los hechos efectuaron una inspección ocular técnica. También entrevistaron a las personas que estaban presentes al momento del disparo y a otras que lo auxiliaron para el traslado al hospital.

Reiteró que en el dictamen se establece que “hay un impacto único con orificio de entrada en la región anterior izquierda del tórax y orificio de salida en la región posterior del tórax del lado izquierdo y que siguió con la trayectoria de adelante hacia atrás; por lo tanto es evidente que hay un disparo, y que hay un orificio de entrada y de salida, con una trayectoria, que de eso está pendiente también los análisis de balística, por parte del Laboratorio de Criminalística”.

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Como parte de las evidencias ocupadas por la Policía destaca la pistola marca Ceska, calibre nueve milímetros, sobre la cual Zavala no precisó si la misma era propiedad de Argüello. También fueron encontrados un casquillo percutido correspondiente a cartucho nueve milímetros, restos del revestimiento de un proyectil nueve milímetros, prendas de vestir, manchas hemáticas y detectadas brechas de disparo que indican la pasada de un proyectil.

Sobre las brechas de disparo, Zavala no aclaró si se refería a la pared o a ventanas, aunque fuentes extraoficiales indicaron que los vidrios de un ventanal de la casa estaban rotos.

Entre las evidencias que fueron remitidas al Laboratorio de Criminalística están las muestras de parafina que los peritos le practicaron al fallecido, y de las cuales aún están pendientes los resultados, confirmó Zavala. Igualmente estimó que el Instituto de Medicina Legal le practicó análisis toxicológico.

“Éste es un resultado preliminar, por lo tanto estamos esperando los resultados finales de la autopsia”, dijo la jefa policial.

Pueblo desbordado

Desde tempranas horas de ayer, después que los medios de comunicación empezaron a informar sobre la muerte de Argüello, la población empezó a llegar al portón de la parte trasera del IML, a la espera de la salida del carro fúnebre que conduciría sus restos mortales a la funeraria Monte de los Olivos, donde inicialmente habían dispuesto sus familiares que se realizaría la vela.

Muchos de los que acudieron al sitio eran trabajadores de la comuna, que eran llevados en camiones propiedad de la misma, o en buses de instituciones estatales. Otros llegaron por su cuenta.

Los funcionarios de la Alcaldía de Managua, que a la vez hacían de activistas del partido de Gobierno, empezaron a repartir banderas rojinegras que fueron llevadas en grandes cantidades. Uno de los que permaneció cerca del portón del IML fue Henry Castillo, asesor de Argüello y con 40 años cerca del tricampeón. Él fue uno de los que se mostró sorprendido por el deceso. La noche anterior lo había visitado. “Llegué un rato a verlo, pero nadie esperaba eso”, comentó.

Las calles capitalinas se vieron desbordadas por pobladores que salieron a despedir a Alexis Argüello, en el trayecto del Instituto de Medicina Legal a la Funeraria Monte de los Olivos. LA PRENSA/O. NAVARRETE

¿Estaba enfermo?, se le consultó a Castillo, y él respondió: “No, no, por eso digo vamos a esperar los resultados, lo que diga Medicina Legal. Espero que no cambien la noticia, porque el corazón de él fue un corazón muy grande, como el tamaño del mundo”.

Castillo señaló que tampoco lo observó deprimido. Dijo que, como era común, hablaron de proyectos.

Muy consternada la concejal suplente María Modesta Rojas, quien dijo conocer a Argüello desde que éste tenía 18 años y a quien acompañó durante los nueve meses de campaña electoral municipal, manifestó que no esperaba este desenlace. “Nunca, nunca lo esperé, pero qué vamos hacer”, dijo Rojas.

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La población salió a las intersecciones por donde pasaría la caravana fúnebre, sobre todo de barrios occidentales como Santa Ana y Monseñor Lezcano, que vieron crecer a “El Flaco Explosivo”, para decirle el último adiós.

Fue común observar muchos rostros curtidos con lágrimas bajando por las mejillas y otros notoriamente afectados por la partida de Argüello, a quien Román González, “El Chocolatito”, anunció le dedicará su pelea del 14 de julio próximo.

“Los “camisas azules”

Algunas horas después de que la Primera Dama de la República, Rosario Murillo, anunciara que los restos de Argüello serían llevados al Palacio Nacional, miles de personas llegaron a ese lugar, donde esperaron bajo el sol la llegada de los restos del tricampeón mundial de boxeo, Alexis Argüello.

Cuando el féretro llegó al Palacio Nacional, las personas empezaron a amontonarse en la entrada del mismo, creando desorden por la desesperación de entrar a ver a Argüello.

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Los llamados “camisas azules” (seguridad personal de Daniel Ortega), encargados del resguardo, indicaron a los ansiosos admiradores del campeón que entraran y salieran rápido a darle el último adiós, y para asegurarse de que fuera así, empujaban a los ciudadanos. A su salida, muchos expresaron su molestia por el hecho de que el ataúd se encontraba cerrado.

Al darse cuenta de esto, quienes aún no entraban a ver a Argüello empezaron a gritar repetidamente: “¡Que lo abran!”, “¡que lo abran!”. Pues el deseo de todos era ver el cuerpo del tricampeón.

Hubo quienes se retiraron al darse cuenta de este desplante para ellos, los que llegaron desde temprano y hacían fila bajo un sol inclemente.

Los restos “inmortales”

Otros tuvieron paciencia y entraron a dar un rápido vistazo al féretro, aunque el rostro de “El Flaco Explosivo” no pudo ser observado por ellos.

No fue sino hasta después del anochecer que se abrió el ataúd y los admiradores de Argüello al fin pudieron ver su rostro. Muchos ya se habían ido sin poder hacerlo.

La guardia de honor era hecha por trabajadores de la Alcaldía de Managua y miembros del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).

Poco antes de la salida del féretro, a eso del mediodía, también acudió al Instituto de Medicina Legal (IML) la primera dama Rosario Murillo, para integrarse a la caravana que acompañaría los restos mortales de Argüello hasta la funeraria Monte de los Olivos.

El vehículo en el cual se movilizaba Murillo iba detrás del carro fúnebre, y a pie los “camisas azules” le custodiaron el vehículo en que ésta se movilizó todo el trayecto desde el IML hasta la funeraria Monte de los Olivos, pese a que la caravana fúnebre era ampliamente resguardada por la Policía Nacional.

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