El presidente Daniel Ortega no expulsó al Embajador de Estados Unidos, Robert Callahan, como varios de sus seguidores le piden desde hace días, pero anoche justificó la violencia desatada por sus turbas y virulento exigió al presidente Barack Obama que respete.
“No somos nosotros los que empezamos esta polémica que ha llevado a protestas en el país. Fueron ellos (los EE.UU.) los que empezaron con la declaración de Washington y el discurso del Embajador en Managua”, justificó Ortega en la ciudad de León.
Luego sacó su repertorio antiimperialista ante una docena de voces que le gritaban que expulsara a Callahan, mientras otros ruidosos aplaudían cada palabra de su discurso al entregar mil 500 títulos de propiedad en la comunidad de Sutiaba.
El mandatario hizo referencia a la decisión de seis magistrados sandinistas de la Corte Suprema, la que Callahan calificó de inapropiada y un motivo de preocupación para los Estados Unidos.
“Nosotros no nos andamos metiendo con los fallos que dan los tribunales de justicia de los Estados Unidos. No nos metemos a quién eligen ellos en esos tribunales de justicia, que si le responden a un partido, que si le responden a otro partido, ese es problema de ellos”, dijo Ortega.
“Les exigimos relaciones respetuosas. Esperamos que se puedan construir estas relaciones. No somos nosotros los que empezamos esta polémica que ha llevado a protestas en el país ”, añadió el Presidente.
Ortega endureció su discurso y dijo que respetaban la decisión de EE.UU. de recortar la Cuenta Reto del Milenio.
Según él, ese dinero las autoridades estadounidenses lo enviarán a la guerra de Irak y Afganistán. Pero Ortega calló sobre la causa del corte de esa ayuda de EE.UU.: el fraude electoral cometido por el régimen orteguista en las elecciones municipales de noviembre pasado.
Por la misma razón, la cooperación europea mantiene suspendidos los desembolsos de más de 100 millones de dólares en ayuda para Nicaragua.
Ortega se incomodó más en su comparecencia de anoche y responsabilizó al Presidente de EE.UU., Barack Obama.
“Queremos construir un nuevo tipo de relación con los Estados Unidos, atendiendo lo dicho por el presidente Obama cuando nos reunimos con él (en Trinidad y Tobago) y fui claro que debíamos de respetarnos y recordé que Estados Unidos le debe a Nicaragua más de 17 mil millones de dólares”, dijo.
Ortega minimizó la construcción de escuelas y toda la ayuda norteamericana en el país, pues tomó eso como un abono suave a esa deuda. “Aunque construyan escuelas y dejemos desfilar a sus tropas el día del Ejército, se tratan nada más de abonos suaves”, recalcó.
EL “MAESTRO” ORTEGA
Para cuestionar a Obama, Ortega implementó un extraño cuestionario. Parecía un profesor con niños de primaria.
—¿Cuál es nuestra Bandera Nacional?
La azul y blanco, respondía la multitud y él asentía.
—¿Cuál es nuestro Escudo Nacional?
Continuaban las respuestas.
—¿Cuál es el Ave Nacional? ¿Cuál es el Himno Nacional? No es el himno de los Estados Unidos, es el de los nicaragüenses. Es sencillo, respétenos presidente Obama-, repitió.
CALLAHAN: “SEGUIRÉ EN EL PAÍS”
Horas antes del discurso de Ortega, Callahan dio por superados los incidentes y ratificó, en declaraciones a Canal 12, que sigue comprometido con el país.
La situación comenzó a calmarse después de un encuentro privado entre el diplomático y el canciller Samuel Santos.
“Hay tranquilidad, tenemos un compromiso fuerte y constante con el pueblo nicaragüense y va a continuar… Y yo me quedo aquí para trabajar en mis funciones como Embajador de Estados Unidos”, añadió.
Callahan pidió que no hubiese más violencia y dijo que le preocupaba la seguridad de las personas que trabajan con él.
“En democracia todos los pueblos tienen derecho a protestar, pero de una forma pacífica. El jueves pasado nadie tenía derecho de atacar una embajada; una embajada es el territorio soberano de otro país y la manifestación fue violenta, fue muy fea e hizo mucho a la embajada y nadie tenía derecho a hacerlo. De manifestarse sí, por favor, pero pacíficamente”, añadió Callahan.
“Ojalá los nicaragüenses sigan teniendo el derecho de manifestarse, pero ojalá que sea de modo pacífico. Mi trabajo, mi responsabilidad principal, es mantener buenas relaciones con Nicaragua y voy a hacer todo lo posible, todo dentro de mi poder, para hacerlo”, prometió.
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