Con el corazón quebrantado una multitud se congregó este lunes en el templo católico de la Ciudadela Solingalpa, 6 kilómetros al suroeste de la ciudad de Matagalpa, donde fue la ceremonia religiosa por el alma de la niña Keiling Dayana Granados Castro, de 9 años, cuyos sueños fueron truncados por desconocidos que la estrangularon el fin de semana.
Para algunos es todavía increíble que la niña cariñosa, obediente y buena alumna, haya perdido la vida de forma violenta. El o los agresores la violaron, estrangularon y luego la semienterraron detrás de unos matorrales en el Sector 2 del Valle Las Tejas, con dirección a las comunidades Limixto y Jucuapa.
La consternación se confunde con odio entre algunos habitantes de la zona donde vivía la niña. Hablan de que hay tres sospechosos del crimen y dicen que sólo esperan verlos antes que la Policía. Otros exigen la aplicación de justicia y que la muerte de Keiling Dayana no quede impune.
Si entre amigos y vecinos el dolor era evidente, Jamilet Granados, madre de la niña, estaba destrozada. Con la fortaleza de la fe en Dios pidió a las autoridades que capturen al o los responsables del crimen.
“Yo sé que mi hija está en el reino del cielo, que el Señor se la llevó, pero de esta forma es terrible para mí, pido justicia, que a como sea agarren a esos hombres, porque lo que le hicieron a mi hija no es justo”, dijo.
DESPEDIDA
Keiling Dayana fue velada el domingo en la casa donde vivía con su abuela materna, Paula Granados y un tío a quien llamaba papá: Francisco Javier Granados. Desconsolados, ambos se sumaron al clamor de justicia
Ayer, el cuerpo de la niña fue llevado a la Escuela de Las Tejas, donde cursaba el tercer grado de primaria. Sus compañeros de clase le rindieron honores póstumos.
“Vamos a ver con los maestros un plan de atención sicológica para los niños y también una recomendación a los padres de familia y profesores para alertar sobre el riesgo que corren los niños cuando salen de la comunidad a la escuela o viceversa”, dijo la delegada departamental del Ministerio de Educación, Isaura Chavarría.
Paz Aráuz, del Grupo Venancia y Janeth Castillo, del Movimiento Comunal Nicaragüense, ambas integrantes de la Red de Mujeres de Matagalpa, demandaron el pronto esclarecimiento del caso y la aplicación de justicia en contra de los responsables.