Un día después que una fragmentada Sala Constitucional de la Corte Suprema emitiera una sentencia que a estas alturas todavía no se le encuentra ni pies ni cabeza, centenares de empleados públicos fueron llevados a la fuerza a las rotondas y otros sitios públicos a demostrar “su respaldo” al adefesio que allana el camino a una posible reelección.
Ese día, después del exasperante calor de la incipiente tarde, una fuerte lluvia cayó sobre los “manifestantes” y en una de las rotondas más concurridas intentaron dispersarse, pero una voz estentórea y llena del más bajo servilismo se dejó escuchar: “Nadie se va hasta que pase el hombre”.
Los servidores públicos, entre ellos mujeres de edad, y embarazadas, se vieron obligados a permanecer en el lugar soportando el tremendo aguacero que caía sobre Managua.
Magdalena, una joven a quien vi crecer profesionalmente en la universidad y que obtuvo con muchos esfuerzos su título, tiene un trabajo en el Estado en el cual todavía se mantiene debido a su capacidad. “Nunca en mi vida me había sentido tan humillada. Sentí una tremenda vergüenza”, me confesó luego de haber sido llevada a la fuerza y soportar estoicamente, “Me sentí impotente al igual que muchos de los que estábamos allí ”.
Vergüenza y humillación son dos palabras que deberían estar desterradas del vocabulario de un pueblo que ha sufrido múltiples tragedias, entre guerras, desastres naturales, dictaduras y otras desgracias, y sufrimientos y amenazado ahora con el castigo de la reelección.
Cada vez que los servidores públicos son obligados a rellenar rotondas para cumplir el ego de la familia gobernante y el séquito que los rodea, se producen graves violaciones a nuestra Constitución que es clara, y precisa cuando dice:
Artículo 5: “Son principios de la nación nicaragüense, la libertad, la justicia, el respeto a la dignidad humana ”
¿Es que acaso no se atenta contra la dignidad humana cuando se obliga a una persona realizar actos en contra de su voluntad?
Artículo 24: “Los derechos de cada persona están limitados por los derechos de los demás, por la seguridad de todos y por el bien común ”
¿Cómo se sentirían los corifeos del régimen si a ellos o su familia se les obligara a permanecer bajo la lluvia en una rotonda? ¿Quién les ha dado el derecho para decidir por los demás?
Artículo 26: “Toda persona tiene derecho a su vida privada, a la de su familia. Al respeto a su honra y su reputación ”
¿No se violenta la honra de una persona al obligarla a apoyar a un partido político contra su voluntad, privándola de su entorno familiar y de su espacio soberano?
Artículo 29: “Toda persona tiene derecho a la libertad de conciencia, y de pensamiento ”
¿No se transgrede también la Carta Magna al obligar a un ciudadano a participar en un partido o asistir a un acto político con el cual no está de acuerdo?
Artículo 30: “Los nicaragüenses tienen derecho a expresar libremente su pensamiento en público o en privado ”
¿A cuántos se les está privando de este derecho en su trabajo, en su barrio o en su centro de estudio?
Artículo 32: “Ninguna persona está obligada a hacer lo que la ley no mande ”
¿Qué autoridad y en qué ley se basan los grupos políticos de presión para obligar a los servidores públicos a participar en actividades que no quieren?
Hay más artículos que garantizan nuestros derechos, pero bastan los mencionados para constatar de la violación constante de la Constitución, y las cuales¨, como decía mi amiga, causa vergüenza y humillación, pero también coincidimos que habrá un momento en que la pesadilla termine, porque afortunadamente un pueblo que ha resistido tanto no puede permanecer impasible cuando sus derechos son conculcados.
Bien dice el refrán: “No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista”.
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