SAN ANTONIO/EFE Y AFP
Un soldado que sería enviado a Irak próximamente inició ayer un tiroteo en la mayor base militar estadounidense, Fort Hood, en Texas, matando a 12 militares e hiriendo a otros 31, anunciaron las autoridades.
“Un tirador abrió fuego. Contamos hasta el momento 12 muertos y 31 heridos, todos soldados estadounidenses”, declaró el general Bob Cone, comandante de la base de Fort Hood, en Texas, donde se produjo el drama.
El tirador es un psiquiatra militar, el comandante Nidal Malik Hasan, que inicialmente se creía estaba entre los muertos. Según la senadora del sureño estado, Kay Bailey Hutchison, este militar debía ser enviado próximamente a Irak.
El hombre abrió fuego hacia las 13:30 locales (misma hora Nicaragua) con la ayuda de dos armas de puño, en un recinto donde numerosos soldados eran sometidos a revisiones médicas previas a su partida en misión a Irak o Afganistán.
El general Cone no quiso pronunciarse sobre el móvil del tiroteo. “Lo ignoramos. Todo esto es objeto de una investigación”, dijo.
Según los testigos hubo más de un tirador. Horas más tarde, un portavoz militar indicó que dos soldados detenidos previamente habían sido liberados, pero que se mantenía a otra persona arrestada y bajo investigación.
- El comandante Nidal Malik Hasan, autor de la matanza cometida en la base militar de Fort Hood, en Texas, era un psiquiatra experto en trastornos de estrés postraumático que debía partir en los próximos días al frente.
El tirador, especializado en situaciones de desastre, no tenía una preferencia religiosa confesada.
[/doap_box]
El Pentágono difundió imágenes de heridos siendo evacuados en camillas e instalados en ambulancias, mientras que tiradores de élite rodeaban un edifico, acompañados de perros.
Durante una intervención en directo desde la Casa Blanca, el presidente Barack Obama calificó el hecho como un “horrible desencadenamiento de violencia”.
El secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, dijo estar “profundamente afligido” por el sangriento tiroteo.
“Puedo asegurar que el departamento de Defensa hará todo lo que esté en su poder para ayudar a la comunidad de Fort Hood a atravesar estos momentos difíciles”, añadió.
En Washington, en tanto, senadores y representantes en el Congreso guardaron un minuto de silencio en memoria de las víctimas. El gobernador de Texas, Rick Perry, ordenó poner hasta el domingo las banderas a media asta.
Faltaba sangre
Un hospital local, el Scott and White Memorial Hospital, hizo por su parte un llamamiento urgente a la donación de sangre, y precisó haber recibido a nueve personas heridas de bala procedentes de Fort Hood.
El departamento de Seguridad Interior, a cargo de la lucha contra el terrorismo, indicó que aún era demasiado pronto para determinar el móvil del tiroteo.
Situada en el centro de Texas, entre la capital Austin y la ciudad de Waco, Fort Hood es la mayor base del ejército estadounidense y cubre cerca de 880 km2, casi tanto como la ciudad de Nueva York, según se indica en su página web. Unos 50,000 soldados y 9,000 empleados civiles están destacados en ella, según la cadena CNN.
Ver en la versión impresa las páginas: 12 A