Por Noé Leiva
TEGUCIGALPA/AFP
El presidente interino de Honduras, Roberto Micheletti, anunció anoche que organizó el gobierno de “unidad y reconciliación” conforme los acuerdos de solución de la crisis política, sin ministros del depuesto mandatario Manuel Zelaya pero le dejó la abierta la posibilidad.
“Hemos finalizado la conformación del gabinete de unidad y reconciliación dentro del límite establecido dentro del cronograma del Acuerdo Tegucigalpa/San José” el 5 de noviembre, precisó Micheletti hacia las 13H50 (05H50 GMT).
Zelaya había dado -06H00 GMT del viernes-, para que ser restituido, como condición para dar nombres con los que se pudiera organizar el Gobierno de unidad y reconciliación que establece el acuerdo firmado el 30 de octubre pasado.
Se integró un gabinete con “el amplio espectro ideológico y político de nuestro país, cumpliendo estrictamente con la letra del acuerdo”, aseguró Micheletti.
A la vez, dejó abierta la puerta para que después se integren al gabinete los recomendados de Zelaya, que se encuentra refugiado en la embajada de Brasil desde el 21 de septiembre.
“A pesar que el señor Zelaya no envió a los miembros de la Comisión de Verificación los nombres de los ciudadanos y ciudadanos que pudieran integrar nosotros mantenemos abierta la buena voluntad la oportunidad para que otros hondureños también puedan integrar el gobierbo de conciliación nacional”, dijo.
Ahora, la pelota está en el tejado del Congreso Nacional. Su presidente, José Alfredo Saavedra, aseguró que “no va a dar dilatorias ni va a evadir la responsabilidad histórica” de someter a votación el acuerdo.
Sin embargo, se negó a dar fecha para la sesión extraordinaria en la que los 128 diputados tendrán que decidir sobre el futuro político de Zelaya.
El Congreso resolvió, como lo permite el acuerdo, buscar la opinión de la Corte Suprema de Justicia, y de otras tres instituciones, antes de pronunciarse. Ninguna de estas instituciones tampoco tiene plazo para pronunciarse.
El mandatario derrocado exige que el Congreso se limite a derogar cuanto antes un decreto del 28 de junio que lo depuso y colocó en su lugar a Roberto Micheletti.
Según el ex presidente chileno, Ricardo Lagos, uno de los integrantes de la Comisión de Verificación, Micheletti ofreció renunciar al cargo una vez instalado el gobierno de unidad nacional.
“Una vez constituido (el gobierno de unidad), obliga a la renuncia del presidente de facto, Micheletti.
Es un paso muy importante, en la conversación que tuvimos con él, ofreció la renuncia”, dijo el ex presidente chileno en una conferencia de prensa en Santiago de Chile.
En medio de tanta incertidumbre, Venezuela y otros aliados de Zelaya, como Brasil, Ecuador, Bolivia y Nicaragua han empezado a presionar a la Organización de Estados Americanos (OEA) para que no se reconozcan las elecciones del 29 de noviembre en caso de que el presidente depuesto no sea restituido antes.
Sin embargo, según el senador republicano Jim DeMint, Estados Unidos sí reconocerá el resultado de las elecciones hondureñas aunque Zelaya no haya sido restituido, o si ello ocurre después de los comicios. Algo que todavía no han afirmado o desmentido desde la Secretaría de Estado.