Vergüenza
“La vergüenza de confesar el primer error, hace cometer muchos otros”.
Jean De La Fontaine (1621-1695), escritor y poeta fránces.
Vergüenza y orgullo
Decía mi papá (q.e.p.d.) cuando los comunistas del FSLN estaban en el poder en los años ochenta: “Si me pudiera sacar la sangre de nicaragüense, lo haría”, expresión que usaba para que no lo identificaran como nica en el período comunista, ya que todo mundo nos miraba con desprecio por causa de las atrocidades de los frentistas. Mi padre al igual que todos odiaba al gobierno de Daniel Ortega.
Hoy estamos en la misma circunstancia, muchos odiamos a este gobierno de Ortega y francamente da vergüenza que nos identifiquen como nicas y que lo relacionen como si uno fuera parte de las atrocidades del gobierno de Ortega.
Hay que luchar para devolver el orgullo de ser nicaragüense, sólo la unidad de todos hará posible que expulsemos al dictador Daniel Ortega.
Sergio F.O Connor
Por seguridad de Arnoldo
Desde hace varios días don Arnoldo Alemán anda recorriendo las comarcas de El Crucero. El domingo 1 de noviembre visitó el barrio Los Solís, el lunes el barrio Los Laureles y el martes 3 de noviembre visitó la comarca El Cañón.
Debido a la presencia de don Arnoldo en la zona, la Policía Nacional estaba requisando a las personas que transitan por los alrededores. Generalmente estas personas son los lugareños que se dedican a cultivar pequeñas parcelas de tierra o que trabajan como jardineros fuera de sus comarcas. El día martes el muchacho que nos ayuda en las labores del jardín de mi casa vino tardísimo y solamente para avisarnos que no iba a poder trabajar el día de hoy porque la Policía, por razones de seguridad para don Arnoldo, le había retenido sus herramientas de trabajo por considerarlas armas blancas. Sin éxito, el joven alegó hasta donde pudo que su machete, lima y tijera eran para poder hacer su trabajo. Quiero hacer énfasis en que la Policía Nacional no le extendió recibo por las herramientas.
Pero a través de LA PRENSA le pregunto a la Primera Comisionada de la Policía Nacional, doña Aminta Granera, ¿por qué la Policía Nacional requisa a un campesino y le arrebata sus herramientas? y ¿por qué la Policía Nacional no requisa a las turbas y les quita los morteros? Ya quisiéramos la mayoría de los nicaragüenses que todos los jóvenes de este país fueran como este humilde jardinero.
Graciela Blandón
Protección para animales
Me alegra mucho que al fin se forme una Comisión Nacional de Protección y Bienestar Animal, la que fue discutida en la Asamblea Nacional, como lo informó este Diario LA PRENSA el pasado 30 de octubre.
Ya es hora de hacer realidad en Nicaragua —como lo han hecho los países civilizados del mundo—, de prohibir el maltrato a los animales con esta Ley de Protección y Bienestar de los Animales, tanto para los animales silvestres, como para los animales domésticos y de trabajo. Pero no me parece que un ministerio, que ha demostrado ser ineficiente y parcializado, como es el Ministerio de Gobernación, sea el más indicado para que dicha comisión sea adscrita a éste.
Es una barbaridad que todavía en este siglo XXI se permita en Nicaragua las peleas de gallos, las peleas de perros y las corridas de toros. Estos deportes brutales y crueles, que se originaron hace miles de años, han sido abolidos y prohibidos en todos los países civilizados del mundo.
Para Mario Tapia, uno de los galleros presentes durante la discusión de esta ley, la cual no le resultó muy grata dijo: “No se puede en una ley suplantar al ser supremo, que es el hombre, y darle derechos a los animales”, pues tildó de “filosofía aberrante” el otorgar derechos a los animales. Pero la filosofía aberrante, cruel y salvaje es la del gallero Tapia. El único Ser Supremo es Dios, nuestro Creador, tanto del hombre como de los animales, y tanto el hombre como los animales tenemos derechos. El hombre no tiene ningún derecho de maltratar, torturar y matar a los animales sólo por el placer o para su lucro. El hombre sólo puede matar un animal para alimentarse.
En el Salmo 50, de la Biblia, Dios dice: “Míos son todos los animales salvajes, lo mismo que los ganados de las serranías; mías las aves de las montañas y todo lo que bulle en el campo. El mundo es mío con todo lo que hay en él”.
Esmeralda Cardenal
Dominica y Dominicana
Cada vez y cuando en las páginas de este Diario se comete el error de confundir la isla de Dominica con República Dominicana. La última vez que esto sucedió fue el domingo pasado, en donde aparece un amplio reportaje sobre la moneda sucre.
Valga aclarar que Dominica es una islita en el mar Caribe, al sur de la isla de Guadalupe y al norte de Martinica. Su extensión territorial es de 750 km y su población es de un poco más de cien mil habitantes. La capital es Roseau y el idioma oficial es el inglés. En 1965 alcanzó el estatus de colonia autónoma británica; en 1967 se convirtió en Estado asociado de Gran Bretaña y el 3 de noviembre de 1978 se proclamó la independencia, constituyéndose Dominica en una república parlamentaria, dentro de la Commonwealth (Mancomunidad de naciones británicas).
De otro lado, República Dominicana comprende la parte oriental de la isla de Santo Domingo o Haití, en las Grandes Antillas, en el mar de las Antillas o Caribe, ubicada al oeste de Puerto Rico. Su extensión es de 48,442 kilómetros cuadrados y su población es de alrededor de 8 millones de habitantes. La capital es Santo Domingo y el idioma es el español. Su forma de estado es de República.
Por lo tanto, hay una gran diferencia entre una nación y la otra. El Estado miembro del Alba es Dominica, no República Dominicana, y el representante ante esta alianza bolivariana es Roosevelt Skerrit, Primer Ministro de Dominica, no Leonel Fernández, quien es presidente de la República Dominicana.
Adolfo Bonilla
Despidos y sentencia
La Constitución Política en el Artículo 80 Cn. dice en una de sus partes conducentes: “El trabajo de los nicaragüenses es el medio fundamental para satisfacer las necesidades de las personas y es fuente de riqueza y prosperidad de la nación”, y el Artículo 82 Cn., inciso 6, estatuye: “Los trabajadores tienen derecho a condiciones de trabajo que les aseguren en especial: Estabilidad en el trabajo conforme a la ley e igual oportunidad de ser promovido”, y la Ley No. 476, Ley del Servicio Civil y Carrera Administrativa es protectora en lo que compete en la inamovilidad laboral. Entonces, cuando exista de parte del trabajador, eficiencia, probidad, honradez y respeto a su patronal, no veo por qué se le deba estar despidiendo.
Por ejemplo, que el diputado Gustavo Porras no continúe reprimiendo a los trabajadores. Ahora les da la espalda. Con las aptitudes de Porras está creando conflicto, fisura sindicalista y no es remoto se venga un levantamiento de obreros y/o trabajadores y que desemboque en una insurrección civil. El mandatario Ortega debe ponerle atención a Gustavo Porras y su equipo de trabajo, cuidado es una conspiración encubierta para irlo derrumbando solapadamente.
Y la sentencia dictada en materia de amparo por la Excelentísima Corte Suprema de Justicia, interponerlo no constituye irregularidad de las partes recurrentes, pero, “ Dura lex, scripta tamen ” (Dura es la ley, pero así está escrita). Por ejemplo, el caso del Artículo 147 Cn., inciso (a), donde se establece la no reelección presidencial. La Corte sentenció inaplicable dicho precepto constitucional, creando un precedente, que se pueden reelegir en el 2011 y 2012, los 109 alcaldes sandinistas y el actual mandatario. La “sentencia ley legisladora” viola a la Constitución, y debería ser recurrida por inconstitucionalidad, por ser una ley la que se dictó, y así enmendar el error que cometieron los magistrados de la Sala constitucional. Equivocarse es de humano, pero es más humano reconocer el error.
Existe un procedimiento para derogar total o parcial a la Constitución, el Artículo 191 Cn y siguientes. En derecho nada está escrito en piedra, los errores de derecho y hecho pueden ser subsanables con la ley misma por el bien de la estabilidad del país ante un conflicto de poderes o competencia como el actual. O lo que quieren es una insurrección civil.
Bayardo Quinto Nuñez
Cultura hispánica
Desde la norteña ciudad de Matagalpa, a través de este prestigioso Diario LA PRENSA envío mis sinceras felicitaciones al licenciado René González, presidente del Instituto Nicaragüense de Cultura Hispánica, lo mismo que a todos los que trabajan en su compañía, por los 50 años que están celebrando, al servicio de la cultura española y nicaragüense.
Salvador Pérez González
Ver en la versión impresa las páginas: 10 A
