CORRESPONSAL/Miami, Florida
El apoyo de la comunidad nicaragüense que radica en el exterior es vital para frenar el proyecto autoritario y los planes de perpetuidad del presidente Daniel Ortega, dijo en Miami Violeta Granera, del Movimiento por Nicaragua (MpN), al reunirse con miembros de la Unidad Nicaragüense Americana (UNA).
El apoyo que se requiere es moral y económico, enfatizó Granera, quien habló de las limitaciones a que se enfrentan las organizaciones de la sociedad civil en Nicaragua, debido a que los recursos que les destina la comunidad cooperante, para proyectos de desarrollo del país, no pueden ser destinados a financiar protestas contra el régimen orteguista.
Eduardo Pichardo, representante del MpN capítulo de Miami, informó que esa organización ya fue registrada en el estado de Florida y abrieron una cuenta bancaria en el Total Bank, número 0023241306, con el propósito de que los nicaragüenses interesados en apoyar la lucha contra la dictadura puedan hacerlo por esa vía.
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Granera y el ex candidato presidencial Edmundo Jarquín participaron en la caravana de vehículos que realizó la UNA en Miami, el sábado último, en repudio a la política autoritaria de Ortega y para continuar alertando a los nicaragüenses que residen en el exterior y a la comunidad internacional sobre el retroceso democrático que padece Nicaragua.
LAS DEBILIDADES DE ORTEGA
Agregó que las fuentes de poder que emplea el orteguismo están originando problemas a Nicaragua, país que atraviesa una crisis por el pacto entre el Frente Sandinista (FSLN) y el Partido Liberal Constitucionalista (PLC), que se selló con la reforma constitucional del año 2000; la dispersión de los partidos políticos; los recursos materiales que posee Ortega por la ayuda sin control que recibe de Venezuela y el uso de fuerzas violentas (turbas) para implantar el miedo en la población.
A juicio de Violeta Granera, es necesario aprovechar este momento las debilidades del orteguismo, entre las que destaca la pérdida de legitimidad total y moral dentro y fuera de Nicaragua; y la continuidad al reclamo del fraude electoral perpetrado por el Gobierno en los comicios municipales de noviembre del 2008.
Los días del presidente Daniel Ortega en el poder podrían estar contados. A juicio del ex candidato presidencial por el Movimiento Renovador Sandinista (MRS), Edmundo Jarquín, es inviable que el orteguismo logre establecer su proyecto autoritario en Nicaragua, debido a que es minoría y llegó al poder siendo una minoría.
Jarquín sostiene que es más fácil que un partido se mantenga en el poder cuando proviene de una mayoría y se convierte en minoría, pero ése no es el caso del Frente Sandinista, que llegó al poder con el 38 por ciento de los votos, en noviembre del 2006.
Aseguró que es difícil que Ortega logre mantenerse, cuando tiene en contra “a la sociedad civil, los medios de comunicación, la jerarquía y la Iglesia católica, la comunidad internacional”.
Otro punto en contra de Ortega, según Jarquín, es que gobierna en medio de un fracaso socioeconómico, y así no es posible mantenerse en el poder.
DIVIDIR ES SU ESTRATEGIA
Una de las estrategias mejor empleadas por el orteguismo ha sido promover la división de la oposición, explicó Jarquín, quien anticipó que Ortega pronto empezará a distribuir personerías jurídicas a los partidos políticos, a los que antes se las arrebató con el propósito de dividir a la oposición. “Nosotros no vamos a agarrar ese granito de maíz”, afirmó.
Agregó que es vital seguir promoviendo la unidad de los diversos sectores democráticos en Nicaragua. “Vamos a guardarnos las diferencias para luchar contra Ortega”.
La UNA realizó un desayuno en homenaje a Edmundo Jarquín y Violeta Granera, donde recaudaron fondos en apoyo a la marcha cívica que la oposición ha planificado para el próximo sábado 21 de noviembre.
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