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Ulises Huete Maltés

Las calles no tienen dueño

Los sindicalistas proclives al actual gobierno, que tienen una carga de corte totalitario y bélico por naturaleza, han venido diciendo que “las calles son del pueblo”. Esto es preocupante, pues coarta la libertad, pero reafirma que realmente todos los nicaragüenses son dueños de las calles. Esta es una concepción netamente sectaria, intimidatoria y real, porque se ha presenciado a ciudadanos heridos, con brazos fracturados, periodistas agredidos, que no los dejan ni siquiera “arrancar” en sus manifestaciones cívicas, pertenecientes a partidos políticos y a la sociedad civil, palabra a la cual temen y atacan, sin darse cuenta que todos somos sociedad civil y nicaragüenses.

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  • Las calles son de todos los nicaragüenses, no tienen dueño, existe libre movilización, pues no estamos en una cárcel ciudadana

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Entonces, una vez que en el teatro de operaciones —las calles— las cosas no salen como se planean y los sentimientos primitivos acumulados. A veces no se rompen por donde se cree y se planifican, como por ejemplo en la guerra del futbol, entre El Salvador y Honduras. A este respecto recuerdo que, siendo estudiante de Medicina en la universidad de Dijon, Francia, unos compañeros de la facultad no ubicaban dónde quedaba mi país, Nicaragua, pero uno de ellos dijo: “Fue donde hubo la guerra por un partido de futbol”, entonces, les expliqué, eso fue entre El Salvador y Honduras.

La tesis del filósofo Ortega y Gasset, en su libro La rebelión de las masas , es interesante, pues el concepto de “masa” no coincide para nada con el de clase social y se opone al concepto marxista. Así: “Cuando el individuo ve amenazada su soberanía en muchos sentidos —a veces ya arrasada—, la “masa” abraza transversalmente a hombres y mujeres de distintas clases sociales, igualándolos en un ser colectivo en que se han fundido, abdicando a su individualidad para adquirir en la colectividad un todo y ser así: parte de la tribu, de esta manera la masa se desindividualiza y actúa, más que por razones, por reflejos condicionados, emociones, pasiones e instintos”. Ahora bien, el soberano es el tejido social como un todo que se ve representado en el funcionamiento de las instituciones, ésta es la esencia del Contrato Social de Rousseau, y no en grupos de cortes estalinianos, sedientos sus líderes de poder, riquezas y perpetuidad política.

En consecuencia, no creo sea necesario el uso de catalizadores, tales como, el asesinato del doctor PJCh, los ataques crueles de la guardia somocista a Monimbó, cuna de la insurrección, entre otros, y de esta manera enardecer a las masas tal a como lo concibe Ortega y Gasset, porque entonces se podría desembocar en una insurrección civil, para no volver a las masas abdicadas de su clase social. Espero que no lleguemos a esa insurrección de masas civil, espontánea. De tal suerte, exhorto a los líderes, políticos, asesores e ideólogos, que en sus movilizaciones enarbolen la bandera de la paz y no tiñan de sangre y dolor a las familias nicaragüenses; que respeten la bandera de la democracia, pues dentro del marco del derecho todos los ciudadanos tenemos potestad para usar las calles. Las calles no tienen dueño, existe libre movilización, pues no estamos en una cárcel ciudadana.


El autor es médico y escritor

COMENTARIOS

  1. Juan Chanchullo
    Hace 14 años

    Cualquiera que sea el filósofo que querramos invocar, el resultado final de lo que sea es que las calles no son de nadie en particular y que a esos que hoy creen que las tienen, no se quejen de que después no van a querer estar en las calles.

    Ahora, todos apelan al raciocinio de Ortega y a que el entienda lo que se debe interpretar por ciudadanía y civismo, ó a algun grado de sentimiento, pero si Ortega no sabe de civismo, no le importa si lo entienden, si demasiado le estamos pidiendo, la verdad es que se apartan ó se apartan, no tiene el pueblo por qué estar implorando consideraciones. Si ellos no quieren la paz, si la quisieran no estarían arrojando piedras, morterazos. Y Ortega no lo estaría permitiendo, pero eso a él le interesa, pues no es solidario al dolor del pueblo. Y mi pueblo, presidente? A pedradas lo recibimos.

  2. Roberto J.
    Hace 14 años

    Quieren imponer el sistema que experimenta el sufrido pueblo cubano, donde durante 50 años no pueden manifestarse libremente como se acostumbra en los pueblos democráticos, el engendro de dictador le tiene pánico a eso que se llama movilización del pueblo verdadero, no al que él le llama pueblo que no es más la sumisión de los que necesitan trabajar y eso el estado tiene presionado a gran cantidad de gente.
    No existe mal que dure cien años ni pueblo que lo resiste, viendo los medios de comunicación orteguista, da ira ver como son manipulados intelectuales de todos los generos, asociaciones pro-orteguistas que se llenan sus ego al adular al dictador con mensajes vacíos hacia el pueblo, no conciben que una manifestación donde se organiza solamente con la voluntad de un pueblo cansado de observar tantas mentiras, robos y degeneración en la aplicación de las leyes, no esa marcha que llaman de las victorias donde cuentan con todo menos con Dios (Ruben Darío en Oda a Roosevelt).

  3. Rosa
    Hace 14 años

    Desde las 8 de la mañana, ya habian cerrado la carretera a Masaya frente al hotel Princess. Teniamos congestionada la via y tuve que entrar a Altamira para llegar a mi sitio de trabajo. Estaban poniendo una inmensa tarima. No saben que entre mas autoritarismo despliegan, mayor es el rechazo que producen?

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