Por Franklin Briceño
LIMA/AP
La policía peruana dijo ayer que desarticuló a una red que mataba a personas en remotos poblados de Perú para extraerles su grasa y venderla a supuestos clientes en Europa.
Tres miembros de la banda, entre ellos una mujer, fueron capturados y según la policía, en sus testimonios dijeron que vendían a 15,000 dólares cada litro de grasa que extraían a sus víctimas.
La banda, denominada por la policía como “Los Pishtacos del Huallaga”, actuaba desde hace cinco años en el departamento de Huánuco, a unos 250 kilómetros al noreste de Lima, donde se ha reportado en lo que va de este año la desaparición de hasta 60 personas, dijo la policía. Los detenidos admitieron ante la policía su responsabilidad en cinco muertes.
La Policía dijo que en agosto recibió las primeras informaciones de una banda que traficaba con grasa humana, lo que quedó confirmado al interceptar una muestra en una encomienda que llegó a Lima procedente de Huánuco.
El líder del grupo y otros cinco miembros todavía no han sido detenidos.
- Entrevista
- La sangre
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MACABRO RELATO
Según un parte policial, una de las detenidas relató que elegían a personas que transitaban solas por lugares desolados.
“Allí los matábamos, cortábamos la cabeza y cortábamos las piernas, sólo nos quedábamos con el tronco”, contó la mujer, y explicó que colgaban el tronco de la víctima boca abajo para eliminar completamente la sangre.
Además señaló que una parte de la grasa humana era enviada a Colombia, pero los investigadores aún continúan verificando la veracidad de sus declaraciones.
La policía dijo que sólo ha encontrado el cadáver de una de las víctimas identificada como Abel Matos, cuyos restos fueron hallados en una alejada localidad.
Según un antiguo mito andino, los “pishtacos” son hombres, por lo general extranjeros, que acostumbran asaltar personas solitarias y tras degollar a sus víctimas se comen su carne y venden la grasa.
Las autoridades dijeron desconocer de momento si existe un mercado negro de grasa humana en Perú, y que no tiene evidencia de que grasa humana haya sido vendida al extranjero.
Expertos médicos contactados por la AP expresaron sus dudas acerca de la existencia de un mercado negro de grasa humana en el mundo.
“No tiene sentido para nada, porque en la mayoría de países uno puede obtener grasa rápidamente y en gran cantidad, de personas que están deseosas de donar. Yo no veo la razón por la que existiría un mercado negro de grasa humana”, dijo Adam Katz, profesor de cirugía plástica en la Escuela de Medicina de la Universidad de Virginia.
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