TEGUCIGALPA/AFP
Los hondureños votaban en calma este domingo en los polémicos comicios para elegir presidente organizados bajo el gobierno interino de Roberto Micheletti y desconocidos por buena parte de la comunidad internacional.
Tanto en la capital como en el resto del país se vivía un ambiente tranquilo en torno a los colegios electorales fuertemente resguardados por las fuerzas de seguridad, constataron reporteros de la AFP.
Dependiendo de los colegios electorales, había más o menos filas de gente, en las que se veían pocos jóvenes, que ejercían su derecho al sufragio para elegir al presidente que debería asumir las riendas de este empobrecido y dividido país a partir del 27 de enero próximo. También votan para elegir a tres vicepresidentes, 128 diputados y los integrantes de 298 corporaciones locales.
Joana Handal, de 54 años, fue de las primeras en depositar su voto en las urnas instaladas en la Escuela República de Honduras, en la ciudad de El Progreso, noroeste del país, donde tenía previsto votar el presidente de facto, Roberto Micheletti.
“Venimos a ejercer el sufragio libremente y a defender la democracia”, dijo a la AFP Handal, quien considera que todo está como en anteriores elecciones.
Unas 15 de las 300 personas censadas en ese colegio habían depositado su voto una hora después de la apertura, dijo José Diaz, uno de los miembros de la mesa que no destacó ningún incidente.
“Generalmente, la gente empieza a votar a partir del mediodía”, dijo sin mostrar preocupación por la poca afluencia en la mañana.
En la colonia El Pedregal, en la capital hondureña, uno de los bastiones de la Resistencia contra el golpe de Estado del 28 de junio, que depuso al presidente constitucional Manuel Zelaya, el ambiente también era de normalidad, constató la AFP.
En Olancho, la tierra natal de Micheletti y de Zelaya, la afluencia era menor a primeras horas de la mañana.
Una novedad con respecto a elecciones anteriores es que las fuerzas del orden permanecen dentro de los colegios electorales. Los votantes también son minuciosamente revisados antes de entrar a votar.