Por Hijalmar Ruiz Tückler
Consultor en telecomunicaciones
A finales de 1999 la UIT (Unión Internacional de Telecomunicaciones) creó un conjunto de normativas para la tercera generación (3G) de tecnologías de acceso móvil inalámbrico, que proporcionaron el auténtico acceso de banda ancha con su oferta simultánea de voz y transmisión de datos de alta velocidad.
Hoy las tecnologías de acceso móvil inalámbrico han avanzado al punto que hay que tenerlas en cuenta, como competidoras en el mercado de bucle local de banda ancha. La cobertura geográfica, el ancho de banda disponible, las técnicas de corrección de errores y las plataformas multiservicios han influido en estas transformaciones.
En el 9º Simposio Mundial de la UIT para Organismos Reguladores se habló de la necesidad de que los países abran sus mercados a una mayor competencia y recurran a incentivos para estimular las inversiones en las redes de banda ancha, que se están convirtiendo rápidamente en un elemento esencial de la economía del conocimiento.
El director de la Oficina de Desarrollo de la UIT señaló que la penetración móvil alcanzará el 67 por ciento de la población mundial, a finales del 2009, lo que representará 4,600 millones de abonados móviles, porque hoy más de la cuarta parte de la población mundial utiliza internet. Esto indica que invertir en redes de acceso (fijo-móvil) inalámbrico de banda ancha, así como en plataformas de gestión de servicios de valor agregado, es el camino correcto en los mercados emergentes.
Las empresas mejor posicionadas, en esta ruta, son las que brindan servicios de telefonía celular, las que con una estrategia de “evolución tecnológica” se reinventan como “operadores integrales” (fijo-móvil, internet, vídeo bajo demanda, contenidos), incorporando a sus redes la tecnología HSDPA, que es una evolución de la tecnología UMTS (Universal Mobile Telecommunications System) de tercera generación (3G), y está destinada a ofrecer un mayor ancho de banda para las comunicaciones de redes móviles y fijas.
HSDPA, igual que 3G, se pensó para ser utilizada como acceso a la red celular de alta velocidad en dispositivos móviles, a fin de facilitar el uso en éstos de contenido multimedia y dar soporte a videoconferencias, pero la mayor privacidad, cobertura, movilidad y falta de dependencia de redes basadas en transmisión física (cable, línea telefónica o fibra óptica) la han convertido en una conexión ideal para ordenadores portátiles y, sobre todo, para la nueva generación de NetBooks.
La integridad de los datos está encomendada a HARQ (Hybrid Automatic Repeat-Request) y la seguridad es mayor que en una conexión a redes Wifi, ya que por un lado la autenticación está basada en una tarjeta SIM (la misma del teléfono), con su correspondiente clave de acceso (PIN), y por otra los operadores pueden utilizar diferentes algoritmos de autenticación, lo que unido a la movilidad de estos dispositivos hace que la detección, decodificación e injerencia en la conexión sea sumamente difícil.
En los próximos meses veremos en nuestro país la introducción de nuevos servicios basados en estas tecnologías. Es necesario que los organismos relacionados con políticas públicas sectoriales tengan incidencia en ello.
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