Por José Luis Varela
[/doap_box][doap_box title=”Campaña oficialista de desprestigio” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]
- Una denuncia contra el principal candidato opositor de Bolivia, Manfred Reyes Villa, por supuesto intento de manipulación de votos enturbió ayer la primera jornada de reflexión electoral a tan solo un día de los comicios generales del 6 de diciembre.
El portavoz del candidato opositor, Erick Fajardo, rechazó en declaraciones a Efe esta acusación y denunció a su vez que se trata de un montaje del Ejecutivo.
Fue el ministro de Gobierno (Interior), Alfredo Rada, quien dio a escuchar a los medios el contenido de la conversación donde se oye la supuesta voz de Reyes Villa ofreciendo esa suma a una persona no identificada para que aumente en un 21 por ciento el caudal de votos que reciba el domingo.
[/doap_box][doap_box title=”¡Actualizate!” box_color=”#336699″ class=”aside-box”][/doap_box]
LA PAZ/ AFP
El presidente Evo Morales es amplio favorito para ser reelegido este domingo en Bolivia y su apuesta es conseguir una mayoría absoluta en el Congreso y lograr un porcentaje tal de votos que barra a la oposición, a la que atacó durante la campaña.
Los sondeos coinciden en que el mandatario tendrá un 55 por ciento de los votos contra un 18 del ex militar derechista Manfred Reyes Villa y un 10 por ciento del empresario centrista Samuel Doria Medina, en una elección para la cual están convocados 5.1 millones de votantes.
Con tan poca incertidumbre en la presidencial en el país más pobre de Sudamérica, la atención se ha desplazado a la elección parlamentaria, donde el Gobierno de Morales ha enfilado baterías para asegurar el control de la nueva Asamblea Legislativa Plurinacional.
Según los sondeos el MAS, partido de Morales, está cerca de hacerse con esos dos tercios de las curules.
Morales, que inició su presidencia en 2006, convivió con un Senado con mayoría opositora y eso generó problemas de gobernabilidad de los que dijo sentirse cansado. De allí su afán por lograr un control total del poder.
OMNIPRESENTE
Hasta el jueves, último día de campaña, Morales era omnipresente: aparecía en actos desde la primera hora hasta la noche en una frenética búsqueda de votos por todo el país que lo ha llevado incluso a un discurso intolerante frente a sus opositores, especialmente Reyes Villa.
Reyes Villa tiene un proceso por presunta malversación cuando fue prefecto del departamento de Cochabamba, con lo cual la Justicia le prohibió salir del país en noviembre, una medida polémica pues le impidió hacer campaña en el exterior.
Esta semana la ofensiva contra ese candidato se acentuó: Morales dijo el martes que modificaría las leyes para llevar al “delincuente Reyes Villa” a la cárcel, y el jueves el Gobierno lo acusó de haber comprado un pasaje para fugarse el lunes hacia Miami.
Finalmente este viernes el Gobierno sacó una extraña acusación, según la cual Reyes Villa habría ofrecido 150,000 dólares a un interlocutor no identificado para que se inflaran sus resultados electorales.
“Esto es un amedrentamiento y persecución que hace el Gobierno a toda la oposición. ¿A dónde estamos yendo, a un totalitarismo?”, dijo Guillermo Paz, candidato derechista al Congreso.
Morales, quien enfrentó una dura resistencia en 2008, derrotó desde entonces a la oposición, concentrada básicamente en Santa Cruz, la región más rica del país.
Álvaro García Linera, vicepresidente de Bolivia, considera que “la oposición ya fue derrotada” y está sin proyecto político pero con poder económico y eso la habilita a que “vuelva a rearticular otro proyecto”.
Sobre la elección de este domingo, el ex presidente Carlos Mesa, un reputado intelectual, señala que “aún los más férreos críticos del régimen asumen que es un triunfo cantado” para Morales.
“Su fuerza es ya una mezcla de símbolo y mito, pero lo es también para una comunidad internacional embobada con la idea de que a un país de indígenas le corresponde un presidente indígena, olvidando que el país tiene casi la mitad de su población no indígena”, agrega.
“La oposición que fracasó en 2008 en su intento de desestabilizar no democráticamente a Morales se ha visto arrinconada por la identificación emocional de la mayoría con el Presidente y su partido. La oposición respira un aire derrotista”, añadió Mesa.
Ver en la versión impresa las páginas: 8 A