CORRESPONSAL/ COSTA RICA
El negocio de venta de verduras de la nicaragüense Guadalupe Vanegas volvió a convertirse en altar con la imagen de la Virgen María al centro.
Aquí, en pleno centro de San José, cerca del Mercado Central, decenas de católicos nicaragüenses, en medio de la curiosidad de los costarricenses, rezaron y cantaron a la Purísima que desde las 12 del mediodía se empezó a celebrar en el negocio de Vanegas, una de tantos inmigrantes que trajo consigo la tradición.
Aunque es una de las más populares que se realizan en San José, ésta no es la única celebración que se hace en el país. En La Carpio, por ejemplo, desde el 28 de noviembre la Iglesia católica de la localidad inició la novena a la Inmaculada Concepción de María y ayer, muchos hogares de nicaragüenses decoraron sus altares para recibir a los devotos.
Pero sin duda la más grande y publicitada de todas es la que desde los años noventa viene realizando la Embajada de Nicaragua en Costa Rica.
La de este año fue el domingo 6 de diciembre, donde unos cuatro mil nicaragüenses acudieron a venerar a María y recibieron su tradicional gorra cargada de chicha, caramelos, matracas, indios, naranjas, cajetas y bananos.
Como ocurre desde hace cuatro años, cantos como Tu Gloria Tu Gloria , Por eso el cristianismo y otros más fueron acompañados de mariachis, pero esta vez no hubo propaganda oficial.
Ayer la celebración se extendía a diversas parroquias y comunidades del país, negocios vinculados a los inmigrantes y organismos como el Servicio Jesuita para Migrantes.
Otra celebración publicitada es la que realizaría en el barrio Cristo Rey, en San José, el padre Sergio Valverde, quien dirige una fundación caritativa y el año pasado llevó regalos a niños pobres de Nicaragua, tal y como lo hace en su país.
El matrimonio mixto compuesto por el tico Gerardo Velasco y la leonesa Cecilia Borge también lideran la gritería en el barrio Inmaculada, ubicado al norte de San José, cuyo nombre se debe a esta celebración que realizan desde hace 29 años.
Aquí la particularidad es que más costarricenses que nicaragüenses veneran a la Virgen. En algunas celebraciones se vive el mismo alboroto que se observa en Nicaragua, la gente pidiendo o reclamando porque “a mí no me han dado”.
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