La Fiscalía pidió la pena de 18 años y medio de cárcel para Carlos Francisco Díaz Flores, homicida del policía Gerald Francisco Zeledón Zavala, de 27 años, quien murió el pasado sábado cuando intentaba frustrar un asalto en los semáforos de Enitel, en Jardines de Veracruz.
Díaz Flores, de 29 años, se declaró culpable en la audiencia preliminar realizada este lunes, ante la juez suplente Tercero Distrito de lo Penal de Audiencia de Managua, Ericka García.
La fiscal Edith Leytón lo acusó por los delitos de homicidio en perjuicio del oficial Zeledón Zavala, y por robo agravado en contra de los hermanos René José y Juan Carlos Arellano García, de 24 y 21 años respectivamente.
Díaz Flores admitió la acusación y pidió ser enviado a la cárcel Modelo de Tipitapa.
“Estoy arrepentido de lo que ha pasado, me hago cargo de los delitos para ver si se me pone la pena mínima”, dijo Díaz Flores a la juez García.
De acuerdo con el Código Penal vigente, el homicidio se castiga con penas de entre 10 y 15 años de prisión, mientras que el robo agravado con penas de tres a seis años de cárcel.
La fiscal Leytón pidió 12 años y medio de cárcel contra Díaz Flores por el homicidio y seis años por el robo agravado.
El otro acusado por el homicidio del oficial Zeledón Zavala es José Luis Muñoz Centeno, de 40 años, quien fue dejado bajo prisión preventiva por la juez García, y la audiencia inicial le será realizada el próximo jueves 17 de diciembre, a las 9:30 de la mañana.
De acuerdo con la acusación de la Fiscalía, quien disparó contra el oficial Zeledón Zavala fue Carlos Francisco Díaz Flores, quien al momento del crimen portaba una pistola Makarov, calibre nueve milímetros, sin serie.
Pero la Fiscalía acusó a Díaz Flores y a Muñoz Centeno como coautores de los delitos de homicidio y robo agravado.
El hecho se produjo a las 7:00 a.m. de este sábado cinco de diciembre, en los semáforos de Jardines de Veracruz, ubicados en el sector de la planta de Enitel.
La Fiscalía indica que René Arellano conducía un microbús Chevrolet, blanco, placas M 115 588, e iba acompañado de su hermano Juan Carlos Arellano, quien viajaba en el asiento de copiloto.
Como los semáforos estaban en rojo, René Arellano detuvo el microbús para esperar la luz verde, pero José Luis Muñoz Centeno se puso de pie cerca del vehículo, “cuidando que nadie se acercara”, dice la acusación.
Carlos Díaz Flores, portando la pistola Makarov, se acercó a la ventana de Juan Carlos Arellano, indicando que era un asalto y apropiándose con la mano izquierda de un bolso impermeable negro con franjas de color gris, en el que había sólo tarjetas de control de cobro de ventas de electrodomésticos.
René Arellano aceleró el microbús, y Carlos Díaz realizó un disparo, impactando el proyectil en la parte superior de la palanca de cambios del microbús, pero al no detenerse el vehículo, Díaz realizó otro disparo que impactó en la llanta trasera izquierda.
QUISO INTERVENIR
Fue en ese momento que pasó por el lugar el oficial Gerald Zeledón Zavala, a bordo de una motocicleta roja, y trató de intervenir en el asalto, pero Díaz Flores le realizó un disparo que le impactó en el tórax y le perforó el corazón, ocasionándole la muerte por hemorragia minutos después.
Cuando el oficial cayó herido de muerte, los dos acusados huyeron con dirección este y abordaron un bus de la ruta 101, en el cual luego fueron arrestados cerca del Mercado Periférico.
Al momento de ser capturados, ambos acusados estaban sentados uno junto al otro en los asientos traseros de la ruta 101, placas M 1580, y Díaz Flores tiró por las ventanas del bus ocho cartuchos nueve milímetros y dos monedas de cinco córdobas.
Al momento de ser detenido, los policías le encontraron a Díaz Flores la pistola Makarov con siete cartuchos de nueve milímetros sobre una mochila azul, que el acusado ocultaba debajo del asiento en que iba sentado.
Dentro de esa mochila también estaba el bolso que los acusados habían robado a los hermanos Arellano García.
La Fiscalía presentó en contra de los acusados un total de ocho testigos, entre ellos personas que los reconocen como los sujetos que asaltaron el microbús de los hermanos Arellano y que dispararon en contra del policía Zeledón Zavala.
El oficial Gerald Francisco Zeledón Zavala recibió un homenaje póstumo por parte de la Policía Nacional, este domingo en las oficinas de Plaza El Sol.
Para el padre del agente fallecido, Francisco Zeledón Ayala, la muerte de su hijo es una muestra de la inseguridad que crece no sólo en Managua, sino en todo el país. “No sólo para ellos (los policías) sino la ciudadanía, en los buses, en las calles, en la esquina, donde sea está la inseguridad en Managua, a nivel nacional, andamos con la vida vendida más que todo”.
En medio del dolor, al padre del agente fallecido le queda la satisfacción de que éste perdió la vida en cumplimiento del deber. “No pensó en huir o qué sé yo, sino que enfrentó la situación”, sostuvo Zeledón Ayala, tras referir que “queremos el castigo mayor que se pueda”.
Aunque Zeledón Ayala reconoce la labor de la Policía en sus intentos por frenar la delincuencia, estimó que “debe haber más delincuentes que oficiales en la calle”.
Zeledón Ayala también reconoció que el trabajo elegido por su hijo era de constante peligro.
“Si no era ese motivo, puede ser una manifestación, un resguardo de algo, siempre estaba latente esa situación”, sostuvo Zeledón Ayala.
Tras recordar que hace unos meses en los programas televisivos se mostraban imágenes en las que se apreciaba cómo la cónyuge de una persona que la Policía había acudido a capturar lo abofeteaba varias veces, “porque él estaba cumpliendo con su deber”. Recordó que la mañana del sábado vio salir a su vástago rumbo al trabajo, quien se despidió de él, pero ya no lo vio más con vida.
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