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Los militares muertos en una emboscada de narcos en Walpasiksa fueron honrados de forma póstuma en Managua. LA PRENSA/G. MIRANDA

Emboscada de toda Walpasiksa

Los soldados de la Fuerza Naval que murieron el martes en Walpasiksa, Bilwi, fueron emboscados por 30 o 40 personas involucradas con el narcotráfico, confirmaron las autoridades.

Los soldados de la Fuerza Naval que murieron el martes en Walpasiksa, Bilwi, fueron emboscados por 30 o 40 personas involucradas con el narcotráfico, confirmaron las autoridades.

Ayer no había ni un hombre en la comunidad, solamente mujeres y niños.

Las autoridades del Ejército de Nicaragua están casi convencidas de que la comunidad entera, de unas 700 u 800 personas, está relacionada con el crimen organizado, razón por la que los hombres de Walpasiksa desaparecieron de un día para otro, tras la emboscada.

El día del ataque un total de 40 efectivos, incluyendo a miembros de la Fuerza Naval, el Destacamento Militar Norte y la Policía Nacional, investigaban una avioneta, de origen supuestamente colombiano, que se había desplomado con una carga de aproximadamente una tonelada de droga en Walpasiksa, Bilwi, en la Región Autónoma del Atlántico Norte (RAAN).

“Entramos a la comunidad y nos encontramos que estaba en toda el área de la costa un montón de gente apostada en esa zona”, afirmó el capitán de corbeta José Castillo Juárez, jefe de la Fuerza Naval en Bilwi.

ESCUDOS HUMANOS

El militar aseguró que, al ver esa situación, “la patrulla en las dos lanchas entró con un perfil bajo, sin ninguna hostilidad, y al irnos acercando a la costa las personas armadas estaban escudadas, como mampara tenían a los civiles porque sabían que nosotros no íbamos a disparar si hubiera una situación contra civiles”.

[doap_box title=”Golpe repentino” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]

El Ejército de Nicaragua no había sufrido ninguna emboscada desde la llamada época de pacificación, en los años noventa, razón por la que éste representa un golpe sorpresivo para la institución. Los altos mandos del Ejército coincidieron en que a partir de ahora se van a preparar ante acciones similares.

[/doap_box][doap_box title=”“Ahí te aviso cuándo llego”” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]

  • Los soldados de la Fuerza Naval fallecidos fueron honrados de forma póstuma con la Medalla de Reconocimiento al Valor en Primera Clase, además de recibir un ascenso de cargos.
El teniente de corbeta Joel Baltodano fue ascendido a teniente de fragata y al sargento tercero Roberto Carlos Somarriba lo ascendieron a sargento segundo.

Las condecoraciones de Baltodano, de 25 años de edad, las recibió su madre Miriam González, quien recordó lo que le dijo su hijo la última vez que hablaron. “Me dijo: ahí te aviso cuándo llego”, expresó la mamá, pero no alcanzó a cumplir.

María Cristina Rojas, madre de Somarriba, de 30 años, vio que unos militares se acercaban a su casa la noche del martes, en Chinandega. Pensó que entre ellos venía su hijo, pero sólo eran malas noticias.

Somarriba, de 30 años, dejó a cuatro hijos con edades de entre nueve meses y nueve años.

Las familias de ambos militares afirmaron que cada uno logró sus metas dentro del Ejército, ya que siempre soñaron con pertenecer a la Fuerza Naval.

Por cosas del destino, tanto Baltodano como Somarriba habían participado en operaciones de emergencia en la misma zona ante el paso del huracán Ida, en octubre pasado, para evitar que las personas fueran víctimas del ciclón.

CON COLABORACIÓN DE SAÚL MARTÍNEZ

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  • Los teloneros de Maná están listos

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Agregó el militar que a 30 metros de la costa, cuando las lanchas se disponían a atracar, los civiles se retiraron y “los armados comenzaron a abrir fuego contra las lanchas nuestras, se repelió el ataque, pero ellos estaban con ventaja”.

En el intercambio de fuego murió el jefe de la misión, el teniente de corbeta Joel Eliécer Baltodano González.

Horas después perdió la vida el sargento tercero Roberto Carlos Somarriba Rojas, quien había logrado llegar con vida al hospital de Bilwi, pero no resistió la operación para salvarle la vida.

Además de los fallecidos, el Ejército y la Policía tuvieron varios heridos en sus filas, la tarde del lunes en Walpasiksa.
LA PRENSA/G. MRANDA

Los marineros Bismark Tórrez Cerna y Wilder Mejía Morales resultaron heridos, junto con el soldado Luis Toledo y el subcomisionado de la Policía Rodolfo Contreras, además del suboficial mayor Félix Tinkin.

El ataque ocurrió a las 4:00 p.m. del martes, a 64.8 kilómetros al sur de Bilwi.

Se sospecha que también murió uno de los atacantes y ayer fue detenido un hombre con un kilogramo de droga.

El Ejército cree que el piloto de la avioneta podría morir en cualquier momento, debido a que supuestamente se rompió diferentes huesos cuando se desplomó la aeronave, pero sus dos compañeros estarían saludables. Hay sospechas de que los tres sean colombianos.

El jefe de la Fuerza Naval, capitán de navío Róger González Díaz, descartó que la emboscada haya sido posible por acciones de agentes infiltrados en el Ejército de Nicaragua.

González atribuyó el éxito de la emboscada a que la avioneta estaba siendo buscada desde el fin de semana, y por el desarrollado sistema de comunicación que tienen los narcotraficantes.

“No hay infiltrados, ellos ven los movimientos e informan. La cantidad de teléfonos satelitales (en la costa Caribe) es como la de los celulares en Managua”, afirmó el jefe de la Fuerza Naval.

Lo que nunca antes se había visto es que toda una comunidad haya estado dispuesta a matar a miembros del Ejército y la Policía, a cambio de de droga, especialmente después de que les fueron confiscadas tres toneladas en noviembre pasado.

NARCOTRAFICANTES “PAGAN MUY BIEN”

González atribuyó esto a la forma en que trabaja el crimen organizado, así como a las necesidades económicas de comunidades como ésta, ya que los narcotraficantes pagan “muy bien”.

Aunque no pudo ser confirmado, miembros del Ejército estimaron que un poblador podría ganar hasta 100 dólares por kilogramo de cocaína, la droga más común traficada por la Costa Caribe nicaragüense.

Por su parte, el general del Ejército, Omar Halleslevens, consideró que a lo anterior se pueden sumar otras razones.

“No hay una razón por la que los comunitarios decidieran esto, puede ser la necesidad, solidaridad o el temor de que lleguemos a hacer fechorías, pero somos respetuosos de los derechos humanos”, comentó el general.

Halleslevens aseguró que pasaron el caso a la Policía, pero que ambas instituciones están rastreando a los atacantes por mar y tierra. “No nos van a hacer desmayar”, aseguró.

Según el reporte del Ejército de Nicaragua, la avioneta cayó en el cementerio de Walpasiksa, probablemente el viernes.

La avioneta aparentemente fue quemada después del accidente, como es costumbre, para borrar pistas que les complique la vida a los narcotraficantes.

A pesar de todo, la droga aparentemente no se perdió.

El Ejército cree que la misma fue repartida entre los mismos pobladores, razón por la que todos estaban interesados en atacar a la unidad de investigación, o al menos proteger a los narcotraficantes de los cuerpos de protección de la ley.

No es la primera vez en el año que Walpasiksa es relacionada con el narcotráfico.

En mayo pasado se descubrió que el poblado servía de base para abastecer de combustible este tipo de actividades.

Posteriormente ahí mismo fueron decomisadas tres toneladas de droga.

El Ejército reconoció que es probable que la misma situación se repita en otras comunidades de la Costa Caribe, pero Halleslevens dijo que se trata de colaboradores individuales.

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