14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Zona de Strikes

Quizá hubo aspectos en la vida de Alexis Argüello que no fueron de nuestro agrado. A lo mejor hay algo en Denis Martínez que nos impide apreciarlo como se lo merece.

Quizá hubo aspectos en la vida de Alexis Argüello que no fueron de nuestro agrado. A lo mejor hay algo en Denis Martínez que nos impide apreciarlo como se lo merece.

Sin embargo, probablemente en lo que todos coincidimos, es en que nadie, como esta pareja de compatriotas, ha hecho más por situar a Nicaragua en la geografía deportiva mundial. Alexis y Denis son nuestro mayor orgullo. Ellos están en otro nivel.

Argüello desarrolló una brillante carrera pugilística que le llevó a obtener tres coronas mundiales, pero su impacto trascendió aún más, al cubrir su magistral desempeño en la tarima brava, con un correcto comportamiento fuera de los encordados, que le hizo ganarse la distinción de “Caballero del Ring”.

Martínez alcanzó la excelencia con una bola entre sus manos. Desarrolló al máximo sus habilidades y se sostuvo por más de dos décadas en el mejor beisbol del mundo, para salir convertido en el lanzador latino más ganador de la historia con 245 triunfos, forjó Juego Perfecto y una trayectoria admirable.

Ellos, además de perennizarse en el tiempo, han sido constructores de una historia que nos llena de orgullo como la poesía de Darío o la valentía de Sandino, pero tenemos una enorme deuda con ambos.

A una instalación rústica, calurosa, lúgubre y nauseabunda, mal llamada gimnasio, se le conoce como Alexis Argüello. Y a un enorme cascarón vacío, con más grietas que las que se advierten, y que algunos expertos han considerado bomba de tiempo, se le conoce como Estadio Nacional Denis Martínez.

No sé si alguna vez Alexis sintió orgullo porque ese gimnasio —si es que se le puede llamar así— llevara su nombre. Y lo mismo Denis con el estadio, que es una instalación vieja y descuidada, y que además constituye un peligro para sus visitantes como lo han advertido diversos estudios.

Necesitamos un estadio y un gimnasio de verdad. Denis y Alexis merecen un mejor reconocimiento. Pero además, nosotros también lo merecemos. Es cierto que hay necesidades mayores como hospitales y escuelas, pero un equipo de gestión bien organizado, honrado y con visión, puede llevar a cabo el proyecto sin afectar áreas sensibles.

Dejemos de vernos como pobres que nos conformamos con cualquier tontera. Tenemos que cambiar la manera de pensar.

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí