Por Luis Núñez Salmerón, Mario José Moncada y Wendy Álvarez Hidalgo
Mientras la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) pronosticó para Nicaragua un decrecimiento de un 1.5 por ciento de la economía nacional en el 2009, el Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió que el próximo año la recuperación será lenta.
El director de la Sede Subregional de la CEPAL en México, Hugo Beteta, aseguró a LA PRENSA que con esa caída económica Nicaragua interrumpiría los “quince años de consecutivo crecimiento económico” registrados en años pasados.
Es decir que este año será la primera vez desde 1993, cuando el país empezaba el proceso de democratización tras el régimen sandinista de los años 80, que la economía nacional cerrará con un saldo rojo.
En 1993 el Producto Interno Bruto (PIB) nacional se contrajo 0.4 por ciento, según lo confirman datos del Banco Central de Nicaragua (BCN).
Beteta dijo que las proyecciones están basadas en “análisis internos” de la CEPAL, al ser consultado sobre las diferencias entre los cálculos del organismo que representa, con los hechos por el Gobierno y otras entidades.
Debido a la caída de la economía, el ingreso per cápita de los nicaragüenses supondrá un descenso del 2.8 por ciento, o sea bajará de 1,222.8 dólares a 1,095.3 dólares.
Beteta precisó que este año la economía nicaragüense se vio afectada por la crisis financiera internacional y, en particular, por la recesión en los Estados Unidos. Los principales canales de transmisión fueron la menor demanda externa, la disminución del flujo de remesas y los menores flujos de inversión extranjera directa (IED).
- LA CEPAL, un organismo de las Naciones Unidas, divulgó ayer su Balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe, donde precisa que las remesas familiares, que el año pasado sumaron 818 millones de dólares, caerán 5.7 por ciento en el 2009.
Hugo Beteta, director de la Sede regional de la CEPAL, recordó que Latinoamérica y El Caribe, y Centroamérica en particular, enfrentaron en el 2008 una crisis alimentaria y energética originadas en parte por el aumento de los precios, que combinadas generaron “presiones inflacionarias”.
“Ahora estamos en contacto con una baja inflación, lo cual ha permitido que los salarios no pierdan tanto su valor adquisitivo, pero sí en un contexto de creciente desempleo”, dijo el funcionario.
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También señaló que la contracción de la economía nacional este año estuvo alentada por factores internos, como “la caída del sector agropecuario”, originado por la sequía causada por el fenómeno de El Niño, así como “por las limitaciones de la inversión pública, por lo que el sector de la construcción se ha visto también resentido”.
FMI TAMBIÉN CON PROYECCIONES NEGATIVAS
Por su parte el jefe de la misión del FMI para Nicaragua, Luis Cubeddu, sostuvo que para este año el país cerraría en un menos uno por ciento.
Dijo no coincidir con la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), que estimó para este año una caída de menos 1.5 por ciento para el 2009 y un crecimiento de dos por ciento para el próximo año. “Muchas veces hay diferencias entre las dos instituciones, pero estamos en la misma dirección donde se plasman una recuperación en el 2010, nosotros vemos algo cercano del uno”, dijo Cubeddu.
En este sentido el presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), José Adán Aguerri, se mostró conservador alrededor de la recuperación de la economía el próximo año y estimó que el crecimiento para el próximo año se aproximará al uno por ciento y que para el 2011 se podría retomar un crecimiento del 3 por ciento, en dependencia de la recuperación de la economía internacional.
Agregó que el Fondo Monetario estima para este año una mínima inflación, por encima del uno por ciento, y para el próximo año la inflación podría aumentar al 3 por ciento.
“Hay un sentimiento no sólo en el FMI de que la crisis económica ha tocado fin, sin embargo la economía nicaragüense se tomará un tiempo en el 2011 tomará un crecimiento del 2-3 por ciento”.
FMI ESPERA CONSENSO EN SALARIO MÍNIMO
Por otro lado el jefe de misión del FMI aseguró que espera que haya consenso en las negociaciones del salario mínimo, cuya revisión arrancó ayer en el Ministerio del Trabajo (Mitrab).
“Existe una ley de salario mínimo donde los salarios se establecen un piso de aumento, ese piso está establecido sobre la base de la inflación acumulada y el Producto Interno Bruto real, existe un proceso de negociación y nosotros respetamos ese proceso”, apuntó.
En horas de la mañana de ayer se instaló la mesa negociadora del salario mínimo integrada por el Gobierno, sindicalistas y empresarios.
Mientras las Pymes presentaron una propuesta de ajuste salarial que oscila entre el cuatro y seis por ciento, los sindicalistas pidieron entre el 12 y 18.50 por ciento.
A diferencia de años pasados cuando el Frente Nacional de los Trabajadores (FNT) proponía un aumento que cubriera en su totalidad la canasta básica, que se calcula actualmente en 8,397 córdobas, ayer pidieron un ajuste de un 20 por ciento para el campo y un 18 por ciento para el resto de sectores.
En el caso del Congreso Permanente de los Trabajadores (CPT) planteó un incremento de un 18.50 para el campo y un 12 por ciento para el resto.
En el caso del Gobierno, que no presentó por ahora su propuesta, la ministra del Trabajo (Mitrab), Jeannette Chávez, recordó que la mayoría de los trabajadores del Estado goza de ingresos superiores a lo establecido como salario mínimo, que actualmente ronda los 2,400 córdobas.
Se espera que el próximo jueves la empresa privada presente su propuesta, que sería inferior a los dos dígitos, tal a como lo ha dicho en reiteradas ocasiones el presidente del Cosep, José Adán Aguerri.
El representante de la empresa privada en la mesa negociadora, Mario Zelaya, reiteró sobre las difíciles condiciones económicas que está atravesando el país y sobre todo en momento que el próximo año entrará en vigencia la reforma fiscal, que incrementa la carga impositiva a los trabajadores.
Por Ley, el ajuste salarial que regirá los próximos seis meses del año debe ser acordado en un plazo de 60 días, es decir, dos meses.
La ministra Chávez indicó que espera que “los grandes empresarios” no extiendan a tanto tiempo la fijación de la nueva tabla salarial mínimo.
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