Por Isabel Sánchez
LA HABANA/AFP
Cancilleres de nueve países de América Latina debaten hoy en Cuba acuerdos que firmarán los presidentes el domingo y lunes para reforzar la alianza política que lidera Venezuela (ALBA), pero pendientes de la suerte del derrocado presidente hondureño Manuel Zelaya.
La cumbre festejará el quinto aniversario de creada en La Habana la hoy llamada Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) por el presidente venezolano Hugo Chávez y el líder cubano Fidel Castro. Castro fue invitado a asistir, aunque no aparece en público desde que enfermó hace tres años y medio.
Al recibir a Chávez en el aeropuerto la noche del viernes, Raúl Castro, a quien su hermano cedió el mando, confirmó que Zelaya -que tiene en el ALBA a sus más fieles aliados- estará representado por su canciller también depuesta Patricia Rodas, esperada en la reunión de ministros la tarde del sábado.
A la reunión acudirán, además del anfitrión Raúl Castro, Chávez y Rodas, los gobernantes de Bolivia, Evo Morales y de Nicaragua, Daniel Ortega, mientras que Ecuador envió al canciller Fander Falconí. También asistirán representantes de Dominica, Antigua y Barbuda, y San Vicente y las Granadinas.
“El ALBA es la unión, es el paso previo a la liberación plena de nuestros pueblos”, dijo Chávez, quien este sábado tiene previsto reunirse con Fidel Castro y firmar acuerdos por más de 3.000 millones de dólares con Cuba para profundizar aún más la sociedad bilateral.
CONTRA EE.UU.
La cumbre será tribuna contra el gobierno de Estados Unidos, al que el ALBA critica por su papel en la crisis tras el golpe de Estado que derrocó a Zelaya el 28 de junio y por haber firmado un acuerdo con Colombia para utilizar siete bases militares en ese país.
“Esta realidad nos obliga a realizar una reflexión profunda. Los países del ALBA somos los más amenazados por tener una identidad propia. El golpe en Honduras es una nueva modalidad de atacar a gobiernos democráticos y construir procesos artificiales de elecciones para (…) para frenar los cambios”, dijo el vicencanciller venezolano Francisco Arias.
En su anterior cita en Cochabamba (Bolivia), el ALBA aprobó sanciones económicas contra el régimen de facto y presiona por el no reconocimiento internacional de las elecciones ganadas por Porfirio Lobo el 29 de noviembre.
La cumbre se realiza en medio de la incertidumbre que rodea a Zelaya, a quien el presidente dominicano Leonel Fernández dijo esperar en Santo Domingo para que el lunes dialogue con Lobo, luego de que el miércoles el gobierno de facto le impidiera dejar su refugio en la embajada de Brasil en Honduras para viajar a México, a menos que pidiera asilo.
Los cancilleres preparan la declaración que incluirá la postura sobre Honduras, Colombia, y la Conferencia de la ONU en Copenhague sobre el cambio climático, tema sobre el cual también fustigan a Estados Unidos.
Otro elemento que agita las aguas en La Habana es la declaración de la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, quien criticó el viernes a líderes latinoamericanos que -a su juicio- socavan la democracia, y a los que incrementan sus lazos con Irán Hay “líderes que son elegidos libre y legítimamente pero que luego de ser electos comienzan a socavar el orden constitucional y democrático, el sector privado, los derechos del pueblo de no ser hostigado y presionado”, dijo Clinton.
“Estados Unidos no tiene ninguna autoridad para hablar de terrorismo cuando son ellos los que practican terrorismo enviando tropas a otros países o asentando bases militares”, respondió Morales.
ACORDARÁN PROYECTOS SOCIALES
Más allá la agenda política, los presidentes acordarán proyectos en energía, educación, salud, tecnología, ciencia y otras áreas, y la creación de empresas que llaman “grannacionales”.
Abordarán también la adopción del sucre, una moneda cuya creación fue acordada en Cochabamba y que será primero virtual y luego “real como el euro para incrementar nuestro comercio y liberarnos de la dictadura del dólar”, dijo Chávez en La Habana.
Autoproclamada “antiimperialista”, el ALBA fue creada en contraposición del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) propugnada por países Latinoamericanos y Washington, bajo el sustento del petróleo venezolano y de las misiones de médicos y maestros cubanos.