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Nicaragua tiene un potencial en el lago Cocibolca para irrigar prácticamente toda la franja del Pacífico del país. Existe un proyecto desde hace décadas, pero falta implementarlo. LA PRENSA/ M. LORÍO

Nicaragua no está en cero

Nicaragua emite el 0.03 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, que provocan el cambio climático actual. El país ya es desde hace algunos años emisor de esos gases dañinos, pero está lejos del 25 por ciento que emite Estados Unidos.

Nicaragua emite el 0.03 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, que provocan el cambio climático actual. El país ya es desde hace algunos años emisor de esos gases dañinos, pero está lejos del 25 por ciento que emite Estados Unidos.

Nicaragua no es culpable del problema, pero tampoco puede quedarse de brazos cruzados ante la mayor amenaza de la humanidad, como ha reconocido la Organización de Naciones Unidas (ONU), debido a que sufre sus consecuencias.

El país todavía tiene suficientes recursos naturales para hacerle frente al cambio climático.

Por un lado, posee una disponibilidad de agua dulce de 38 mil litros por habitante cada día, según el Centro de Investigación para los Recursos Acuáticos (CIRA). Eso es bueno si se toma en cuenta que la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en países pobres como éste, las personas necesitan un promedio de dos mil litros diarios.

Los bosques todavía resisten como tesoro nacional, a pesar de que el 50 por ciento de los mismos se perdieron en los últimos 50 años, y el ritmo de deforestación actual es de 55 mil hectáreas por año, según el Inventario Nacional Forestal.

Además, hay una cantidad dispersa y no cuantificada de proyectos que se están implementando para mitigar los efectos del cambio climático, o al menos adaptarse a la nueva realidad de un medio ambiente más seco, cálido y violento.

Estos recursos son importantes porque Nicaragua, como país pequeño, no tiene mucho para ofrecer al mundo en la lucha contra el cambio climático, ya que sus selvas son muy pequeñas a nivel global, pues abarcan un área aproximada de 32 mil kilómetros cuadrados, diminuta a la par de los seis millones de kilómetros cuadrados de las selvas amazónicas.

Por esta razón, la Alianza Nacional de Cambio Climático, que aglutina a las ONG que se dedican al tema en el país, recomendó recientemente que cada habitante haga su propio esfuerzo por reducir sus emisiones de gases, consumir menos energía, ahorrar agua, entre otras medidas de consumo responsable.

Tal vez al mundo no le sirva de mucho, pero estas prácticas, los bosques y la cantidad de agua dulce disponible representan la mayor riqueza de la población nicaragüense frente a la amenaza global, además son los mejores escudos de protección ante el cambio climático.

[doap_box title=”El aporte necesario” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]

“Nicaragua puede ser un ejemplo de trabajar para un cambio hacia un modelo sostenible, que permita a los seres humanos desarrollarse sin por eso consumir o destruir el medio ambiente”, comentó el ex coordinador residente en el país de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Alfredo Missair, sobre el aporte que el país puede dar al mundo en materia de defensa ante el cambio climático.

[/doap_box][doap_box title=”Modelo agrícola debe evolucionar” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]

  • Cuando se habla de los efectos del cambio climático en Nicaragua, todos los caminos conducen al hambre, por lo que la seguridad alimentaria es un tema clave en la Estrategia Nacional de Cambio Climático.
Los campesinos y productores dependen de la lluvia como los seguidores de Moisés dependían del maná para sobrevivir. Si el agua no cae del cielo, no comen, no hay producción.

En parte esto se debe al desconocimiento de técnicas de riego, pero existe el riesgo de que, cuando ese conocimiento llegue, podría ser demasiado tarde, porque los ríos se están secando y los agricultores no tienen financiamiento para construir sistemas de riego complejos.

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) advirtió en octubre que Nicaragua debe dar un salto tecnológico importante si quiere continuar con su desarrollo milenario.

La Estrategia señala que la vulnerabilidad en un futuro no sólo depende del clima, sino también del tipo de desarrollo económico que se adopte.

La FAO recomendó realizar investigaciones para riego y utilizar nuevas variedades que sean resistentes a los fenómenos climáticos extremos.

Algunas acciones en diferentes cuencas del país ya están dando sus frutos, al sembrar degradando menos la tierra.

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Las prácticas de ganadería intensiva y pasto mejorado es una opción que ya se implementa en Nicaragua.
LA PRENSA/ M. LORÍO

La Reserva de Biosfera Bosawás demostró cómo un bosque puede proteger a un país entero cuando la vegetación contuvo la furia del huracán Félix en 2007, que impactó en la Región Autónoma del Atlántico Norte (RAAN) en categoría cuatro Saffir-Simpson.

A inicios de este año el Gran Lago de Nicaragua, o Cocibolca, empezó a abastecer de agua potable a Juigalpa, un municipio de más 60 mil habitantes. El 33 por ciento de sus pobladores tenían las tuberías secas desde 2005, cuando los ríos cercanos perdieron su caudal histórico y no volvieron a recuperarlo.

Diferentes especialistas nicaragüenses coinciden en que el lago no sólo podrá abastecer a los diez millones de nicaragüenses que se esperan en los próximos años, sino también a más de 25 millones de centroamericanos.

Aparte, el Cocibolca soportaría sin problemas la irrigación de 800 mil hectáreas de cultivos, gracias a sus ocho mil kilómetros cuadrados de extensión, según cálculos del Centro para la Investigación de los Recursos Acuáticos (CIRA).

Nicaragua atraviesa este año una de las sequías más severas de su historia, atribuida también al cambio climático porque su origen está en la aparición del fenómeno El Niño, que merma las lluvias y que cada vez es más frecuente, como producto del cambio, según la comunidad científica internacional.

Todavía se desconocen los efectos de la falta de lluvia en la agricultura nicaragüense, pero las autoridades y productores de los municipios del Norte, Occidente y Centro del país llevan dos meses advirtiendo de una probable hambruna a partir de diciembre o enero, porque no cumplieron con las metas de producción esperadas.

El Gobierno encontró una respuesta a este problema en el Cocibolca. Se trata de un viejo proyecto de utilizar sus aguas para irrigar los cultivos del Pacífico nicaragüense, desde Chinandega hasta Rivas.

El plan es irrigar 5,000 hectáreas antes del año 2015, con el objetivo de alcanzar una producción de 27,000 toneladas de alimentos.

Ya en 2015, el riego abarcaría 65,000 hectáreas de cultivos, que en teoría serían suficientes para producir 297,000 toneladas de alimentos.

Dentro de 15 años el área irrigada alcanzaría las 625,000 hectáreas, y la producción se elevaría a 3.1 millones de toneladas de alimentos por año.

La clave en esto será proteger la cuenca número 69, que es la del río San Juan. Nace en Jinotega, llega al lago de Managua o Xolotlán, incluye al Gran Lago de Nicaragua y conecta al mar Caribe con el propio río San Juan.

Desde mediados de esta década el país tiene un plan de protección de la cuenca 69, que incluye reforestación, cultivo de agua, entre otras medidas, pero sus avances se desconocen debido al embargo de información del Gobierno actual.

Tampoco es posible conocer los avances en otros proyectos pilotos de mitigación y adaptación, como los que se desarrollan en Occidente, ni el de ganadería intensiva con pasto mejorado en el Centro del país, para disminuir el daño que las vacas le hacen a la atmósfera a través de sus gases estomacales.

Lo que sí hizo público el Gobierno a mediados de 2009 fue que en dos años se habían reforestado 34,000 hectáreas como parte de la Jornada Nacional de Reforestación.

EL PLAN DE ADAPTACIÓN

Nicaragua tiene una estrategia nacional de cambio climático, que el Gobierno oficializó prácticamente en secreto. Sólo lo reconoció en días recientes, pero que se niega a publicarla desde agosto de 2008, a pesar de ser firmante del Protocolo de Kioto, un compromiso de los países para tomar acciones frente al fenómeno.

El documento de la estrategia solamente puede obtenerse de forma clandestina y cada hoja está marcada con una advertencia que dice “borrador”. Sin embargo, guarda recomendaciones que podrían salvar la vida o rescatar de la hambruna a los nicaragüenses en el futuro cercano.

AVANCES SIN CUANTIFICAR

Existen esfuerzos para reducir el impacto y adaptarse al cambio climático, como los del Prevda (Programa Regional de Reducción de la Vulnerabilidad y Degradación Ambiental), Centro Humboldt, Oxfam, Cruz Roja y otros organismos. Por eso se dice que Nicaragua no está en cero en la lucha ante el cambio climático, pero todavía no hay un trabajo en conjunto que permita cuantificar los avances.

De ahí que la estrategia nacional advierta de la necesidad de un programa de medidas de adaptación y mitigación para reducir la vulnerabilidad.

Algunos finqueros no abandonan la esperanza y han empezado a sembrar árboles junto a los ríos para recuperar los caudales que ahora están “muertos”, a pesar del invierno.
LA PRENSA/ M. LORÍO

La estrategia, que fue ampliamente consultada pero que es poco conocida, recomienda planificar el desarrollo por medio del ordenamiento territorial y la aplicación efectiva del Código de la Construcción.

Asimismo, insta a que el Gobierno debe incluir políticas apropiadas de evaluación del riesgo en obras de inversión pública, ya que una mala construcción puede resultar en pérdidas de vida, o al menos calles destruidas o puertos inundados.

La estrategia recuerda que es menos costoso adaptarse al cambio climático que quedarse de brazos cruzados.

Ésta es parte de la información que tiene el documento de la estrategia. Por esta razón, instituciones como el Centro Humboldt han insistido en que sea publicada, ya que se trata de un asunto de vida o muerte para los nicaragüenses.

La información es clave porque sólo “sobrevivirán” los que estén preparados.

Nacionales cambio climático Wilder Pérez archivo

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COMENTARIOS

  1. Betto
    Hace 14 años

    http://es.wikipedia.org/wiki/Mar_de_Aral
    A esto estamos empujando a nuestro lago! CUIDADO!

  2. miskito mayagna
    Hace 14 años

    La nicaragua, se puede salvar, esa estrategia de la cambio climatico, es secreta, hecha en la oficina de la marena, entpnces para que sirve, si es secreta, ahi esta el error, en tapar las cosas, EN OCULTAR, que hace la gobierna.

    La juana argeñal de la marena, dicen aqui que es siquiatra, y que hace ahi, nada, tapar despale, y mentir a la daniel, ahora, estrategia de la cambio climatico sin defensa de los bosques y reconocimiebto a bosques indigenas no sirve en tonces

    no dar apoya a lideres indigenas, que viven a costa de pueblos indigenas, ahi esta el primer paso, despues, aplicar el ley ambiental, castigar a abusador sea liberal o sandinista, ahora la marena a protegido tapada violacion a la ley si es sandinista, tambien la consejo ragional tapa ya que ellos mismos aprovechan las bosques caidos o no caidos, y quieren sacar tajada de las bosques indegenas

    apoya a pueblos indegenas sin falsos lideres que viven a costa de pobreza y tragedia, no mas ganado en la bosawas, cacao si, ganado no, la hambre cero mete ganado, y la finca dde fagot en la bosawas, entonces que hace la marena, nada y eso daña ayuda a la cambio climatico
    indigena

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