Por Carlos Salinas Maldonado
y Martha Solano Martínez
80 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país –de unos 6.3 mil millones de dólares– lo representa el gasto en consumo
40 por ciento de todas las ventas del comercio nicaragüense se realizan en diciembre.
654 mil familias dependen de las remesas
495,585 son los asegurados registrados por el INSS a diciembre de 2008.
30,754 millones de córdobas pagó en salarios el sector formal en todo 2008.
5,194 fue el salario promedio mensual el año pasado.
19,421 empleadores cotizaban en el INSS en 2008.
56 por ciento de los asegurados son hombres y 44 por ciento son mujeres.
Fuente: datos recopilados por Mauricio Peralta.
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Realizar un plan de gastos que sea respetado
Controlar compras impulsivas y usar el dinero con inteligencia para evitar arrancar el nuevo año con deudas o sobregirado.
Los gastos excesivos se pueden evitar comparando precios de los regalos o artículos que están previstos en los gastos.
Una parte del aguinaldo se puede usar para el pago de deudas, lo que da descanso a su bolsillo y a su cabeza.
Llevar al mercado o centro comercial sólo el dinero necesario. Esto evitará gastar más de la cuenta y correr riesgos en una época que aumenta el robo.
Comprar artículos de utilidad si tiene la costumbre de entregar regalos.
Planear con anticipación las comidas de fin de año. Una lista de compras específicas para las cenas es una buena opción.
Puede prescindir del uso de tarjetas de crédito en esta temporada o usarlas de forma racional.
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“Para lo único que les sirve el aguinaldo a personas con salario mínimo es para comer mejor en diciembre”. La frase es del economista Mauricio Peralta y bien puede describir la realidad de una economía pequeña y golpeada por la crisis económica y política, donde de 2,2 millones de personas empleadas sólo 500 mil cotizan en el Seguro Social. Esas crisis han hecho que el desempleo en Nicaragua, según algunos economistas, llegue al 10 por ciento por el cierre de zonas francas y la baja en el sector de exportaciones. A eso se debe sumar el retiro de la ayuda exterior y la disminución en hasta un 6.3 por ciento de las remesas, de las que dependen en Nicaragua 3.2 millones de personas.
Así es que la inyección de 2,800 millones de córdobas (unos 140 millones de dólares) en aguinaldo significa un respiro para el comercio nicaragüense, cuyas ventas podrían registrar una caída del 5 por ciento hasta diciembre en comparación al año pasado. “El 40 por ciento de todas las ventas del comercio de Nicaragua se realizan en diciembre, los comerciantes saben que van a recibir el 50 por ciento de los ingresos recibidos en todo el año”, asegura Peralta.
Eso significa la creación de empleos temporales en los comercios, principalmente para jóvenes y una mayor demanda y oferta de productos y servicios en el mercado nacional. Es decir, una economía con uno de sus pulmones respirando a ritmo normal.
¿En qué gastan los nicaragüenses ese dinero que llega en diciembre? Peralta asegura que en la mayoría de los casos esos fondos ni siquiera calientan por algunos días los bolsillos o las cuentas de ahorro. Los nicas, proclives al gasto, aprovechan una temporada colmada de publicidad y rebajas. Y la mayor parte de la plata se va en comida, o en palabra de Peralta, en comer mejor en diciembre. Eso explica, según el economista, lo lleno que se ven las zonas de comida rápida de los centros comerciales, pero también los restaurantes y bares.
El consumo difiere dependiendo del nivel de ingresos de las personas. Alguien que está un poco por encima del salario mínimo “se puede comprar algo de vestimenta, pero de ropa usada por el bajo costo. O gastan en ciertos arreglos para las casas: pintar, arreglar el techo o en mejoras menores”, dice. La clase media es más proclive a comprar juguetes para los niños o cambiar electrodomésticos viejos. Otros de mayores ingresos hacen turismo interno o viajan fuera del país. Hay quienes aprovechan el aguinaldo para pagar el “enganche” de un carro o de una casa.
Pero también hay gente que planifica mejor sus gastos, tomando en cuenta la incertidumbre de la economía en tiempos de crisis y la reciente reforma fiscal impulsada por el Gobierno y aprobada hace dos semanas por la Asamblea Nacional. La economista y socióloga Damaris Cortés Pereira asegura que el gasto en el contexto actual “no mantiene su frecuencia natural porque la gente está con la expectativa de qué va a pasar”.
“No es que la gente esté ahorrando, porque no hay capacidad de ahorro, simplemente el gasto se pospone para momentos más necesarios, como el inicio del año escolar”, asegura Cortés.
Aún así, la llegada del aguinaldo juega un papel clave en la economía nica. “Equilibra e impulsa la economía de un país pobre como Nicaragua. Estimula a la clase media, que en este país vive de apariencias”, dice Cortés.
Esta economista plantea que el país pasa por lo que ella llama el “efecto sustitución”, que no es más que comprar cosas de menor precio a las que se compraban hace un año o simplemente reducir el gasto. “La gente está gastando menos y bajando el nivel de calidad de los productos que compra”, lo que explica, según Cortés, el auge que han tenido las tiendas de ropa usada o “pacas”, que abundan en Managua. “Puede haber un rezago en el gasto, que va a salir a cuenta gotas, lo que podría generar desaceleración o un decrecimiento a partir de enero”, afirma.
Pero mientras tanto, hartos de un año negativo, los nicaragüenses gastan lo que pueden en diciembre… para alivio de los comerciantes. “Saben que son los quince días que van a vivir mejor”, en palabras de Mauricio Peralta.