En Copenhague se está negociando un acuerdo global para detener la deforestación e incentivar la reforestación, reducir las emisiones de dióxido de carbono (principal causante del efecto invernadero) y con esto, eventualmente, revertir la contaminación ambiental.
Liderar estrategias alternativas de desarrollo amigables con el medio ambiente, y financiar proyectos de adaptación y mitigación en los países en vías de desarrollo para aliviar los catastróficos efectos causados por esta contaminación, es responsabilidad de los países más desarrollados.
Los daneses en el Bella Center están impartiendo cátedra sobre cómo se organiza una megaconferencia con 15,000 participantes de altura. Durante poco más de un par de semanas, la cumbre sobre el Cambio Climático se desarrolla con muchas expectativas en el hoy llamado Hopenhague.
Durante las negociaciones, el acceso es restringido a la prensa y sólo participan los representantes de los 193 países reconocidos por las Naciones Unidas. La reunión está siendo cubierta en vivo y directo por más de 5,000 periodistas profesionales con acceso a los resultados de las negociaciones de cada día.
Ayer el representante de China, Qintai Yu, resumió la dificultad que han tenido durante dos años de negociaciones para llegar a un acuerdo global satisfactorio sobre la forma de reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2). “Cuando uno se sienta en estas reuniones, se siente totalmente avasallado por la enorme gama de propuestas y de temas económicos, políticos y científicos. Es francamente imposible no confundirse con tanta información, diferentes puntos de vista y posiciones”.
Sin embargo, en la opinión del embajador Yu, la dificultad no se basa en este mare magnum de propuestas y contrapropuestas. Se basa en la sencilla diferencia de opinión entre los países desarrollados y lo países en vías de desarrollo acerca del espacio limitado que existe en la atmósfera para contener gases de invernadero.
NOÉ PALLAIS/ESPECIAL PARA LA PRENSA
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- Gentleman
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- Come And Get It
- Pom Poms
- Woo Hoo
- En El Amor Hay Que Perdonar
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- Still Into You
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COPENHAGUE/ AFP
La posibilidad de que la cumbre sobre el clima acabe con un estrepitoso fracaso debido a las divergencias entre países industrializados y en vías de desarrollo se hizo patente este lunes en Copenhague, a sólo cinco días del fin de la reunión.
Desde Nueva York, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, recordó que el tiempo se está agotando para alcanzar un acuerdo mundial ambicioso de lucha contra el cambio climático. “Llamo a todos los líderes mundiales (…) a redoblar los esfuerzos para encontrar lugar para el compromiso”, dijo a los periodistas pocas horas antes de partir hacia Dinamarca.
En Copenhague, los 53 países africanos, respaldados por las otras naciones en vías de desarrollo incluida China, bloquearon durante varias horas la negociación por considerar que los países ricos están desentendiéndose del Protocolo de Kioto.
Único instrumento internacional actualmente existente para luchar contra el calentamiento global, Kioto impone obligaciones a las naciones industrializadas al tiempo que protege a los países en vías de desarrollo.
La primera fase de objetivos del Protocolo de Kioto expira a finales de 2012 y la cumbre de Copenhague tiene como misión definir la acción internacional para después de esa fecha.
Los países en desarrollo defienden el mantenimiento de este tratado, con una segunda fase de compromisos a partir de enero de 2013, pero algunos países ricos prefieren elaborar un acuerdo totalmente nuevo, con bases diferentes.
Estados Unidos, que nunca ratificó Kioto, considera que el Protocolo es injusto porque no impone obligaciones a las grandes potencias en desarrollo, como China, India y Brasil, responsables de una gran parte de las emisiones de CO2 mundiales.
CHINA SE LAVA LAS MANOS
Por su parte, China rechazó toda responsabilidad si la cumbre termina con un fracaso.
“Sé que algunos dirán que es culpa de China si no hay acuerdo. Es una trampa de los países desarrollados. Que asuman sus propias posiciones sin utilizar a China como pretexto”, afirmó el viceministro de Relaciones Exteriores, He Yafei, en una entrevista al Financial Times en Copenhague.
Cerca de 120 jefe de Estado y de Gobierno, entre ellos el estadounidense Barack Obama, participarán en la reunión el jueves y el viernes. Pero el ministro británico de Medio Ambiente, Ed Miliband, advirtió que no se pueden aparcar todas las decisiones difíciles hasta su llegada.
“Los líderes mundiales tienen un papel muy importante. Pero, francamente, les corresponde también a los negociadores y a los ministros no dejarles todo por decidir, sino avanzar ahora”, advirtió.
Los ministros de Medio Ambiente empezaron a llegar a Copenhague el domingo. Un grupo restringido de unos 50 de ellos mantuvo una reunión informal ese mismo día para intentar desbloquear los puntos más conflictivos.
El grupo del G77, que incluye a unos 130 países no alineados y a China, denunció que el proceso de negociaciones en el seno de la cumbre se desarrolla de forma “antidemocrática” y “poco transparente”. El grupo dijo que se había dejado fuera del proceso a los otros 140 países, cuyos ministros aún no se encuentran en la ciudad.
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