Berlín/EFE
La canciller alemana, Angela Merkel, admitió hoy cierto nerviosismo ante la entrada en la fase final de la Cumbre Climática de Copenhague, en la que defenderá medidas que no permitan un calentamiento de la atmósfera de más de dos grados centígrados para evitar una catástrofe medioambiental.
“No quiero ocultar que me siento algo nerviosa ante la duda de si lo conseguiremos todo”, dijo Merkel ante la prensa tras recibir al presidente de Indonesia, Susuli Bambang Yudhoyono, y a los primeros ministros de media docena de Estados insulares como Kiribati, Vanuatu y Samoa en Berlín.
La canciller alemana, doctora en ciencias físicas, subrayó que “somos conscientes de que se acaba el tiempo. Por eso hay que tomarse las cosas en serio”.
La política alemana subrayó que la limitación a dos grados de la subida de las temperaturas es un baremo decisivo para marcar las metas de reducciones de emisiones de los países industrializados y emergentes mas allá de 2020.
Merkel, que estará presente en Copenhague los dos últimos días de la conferencia, destacó que la cumbre debe abrir el camino para que lo más tarde el año próximo se cierre un tratado internacional vinculante para la protección del clima.