La actividad del reciclaje en Nicaragua podría cambiar el próximo año, si unos 200 líderes que se dedican al negocio en todo el país logran sus objetivos de promover una ley que regule la ocupación.
Al menos ésta es la meta que los líderes del reciclaje se propusieron a lo inmediato, luego de conformar un comité que los representará a nivel nacional a partir de esta semana.
La necesidad de la ley se debe a que el reciclaje ni siquiera es reconocido como una actividad laboral informal, como los vendedores ambulantes o vivanderas, de modo que los que se dedican a esto no tienen derecho a prestaciones sociales.
Otra preocupación de los recolectores es su salud, ya que sus formas de vida los hace estar expuestos a todo tipo de enfermedades, especialmente porque instituciones como los hospitales acostumbran a tirar sus desechos con el resto de desperdicios.
En algunas alcaldías municipales los trabajadores de las áreas de recolección de basura suelen pasar exámenes médicos cada seis meses, además de trabajar únicamente mediodía.
Los recolectores independientes trabajan cada día hasta donde el cuerpo resista, ya que no tienen un salario fijo, sino que dependen de lo que logren recolectar y vender. Además, no suelen pasar revisiones médicas.
Según Kamilo Lara, presidente del Foro Nacional de Reciclaje (Fonare), la sociedad no suele reconocer el trabajo de los recolectores, porque a veces los confunden con delincuentes, pero ayudan a mantener limpia la ciudad y contribuyen con la salud pública al hacer desaparecer la basura.
Este comentario no incluye a los recolectores que, lejos de aprovechar los desperdicios, los riegan por las calles.
Aún así, Lara mencionó que sería una buena costumbre que las personas separaran la basura orgánica de la inorgánica antes de tirarla, para contribuir con la salud de los recolectores.
A los recicladores también les preocupa tener financiamiento, para ser pequeños empresarios.
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