Arlen Cerda
ENVIADA ESPECIAL / BILWI, RAAN
La ciudad de Bilwi, cabecera departamental de la Región Autónoma del Atlántico Norte (RAAN) estaría paralizada desde hoy por ciudadanos miskitos que exigen al Ejército de Nicaragua y a la Policía Nacional que cesen las agresiones en contra de la comunidad miskita de Walpasiksa, donde el 7 de diciembre cayó una avioneta narco que desató un enfrentamiento entre la Fuerza Naval y algunos comunitarios, dejando varios muertos y heridos.
Pero mientras crece esta tensión también se refresca el recuerdo de la masacre miskita de los años ochenta dirigida por el primer gobierno del Frente Sandinista, conocida como Navidad Roja. Y los miskitos que hablan de esa masacre dicen sentirse en desventaja porque esta vez no están armados como lo estuvieron antes. Aunque también ya se escuchan amenazas de rearme.
Ayer por la tarde, cientos de miskitos -en su mayoría simpatizantes del partido indígena regional Yatama, pero también de otras tendencias políticas o independientes- marcharon por las calles y llegaron hasta la terminal área Rigoberto Cabezas, donde la coordinadora regional de Yatama y ex alcaldesa de la ciudad, Nancy Elizabeth Henríquez, confirmó que regresarían hoy para impedir la salida de los vuelos, que ya no lograron ayer.
Además, Henríquez anunció que se tomarán el retén vehicular ubicado en la salida de Bilwi, en protesta contra lo que calificó como un ataque indiscriminado contra los ciudadanos miskitos de parte de los militares. Hasta esta hora no se han reportado incidentes.
OTRA AMENAZA DE REARME
También ayer en la Radio Miskut, un grupo de disidentes de Yatama liderados por Osorno Coleman, divulgaron un pronunciamiento en el que pidieron al Gobierno de Daniel Ortega que “ordene de inmediato poner un alto a la represión que practican los miembros del Ejército de Nicaragua en contra de las comunidades indígenas del litoral sur”.
Los disidentes advirtieron que de lo contrario defenderán a su pueblo hasta las últimas consecuencias y Coleman explicó que eso va desde la protesta callejera hasta el llamado a tomar las armas. Lo mismo ha dicho el partido Yatama, que lidera el diputado miskito y aliado al Frente Sandinista, Brooklyn Rivera.
La disidencia coincidió con Rivera, en que no hay oposición en la lucha al narcotráfico, pero sí defienden que la esa lucha no puede pasar por encima de los derechos humanos de los indígenas, de los cuales hay detenidos que ni siquiera están siendo juzgados en su lengua materna.
ESPERAN REGRESO DE DELEGACIÓN ENVIADA A WALPASIKSA
El Gobernador Regional Reynaldo Francis confirmó a LA PRENSA que una delegación encabezada por un delegado de esta autoridad e integrada por autoridades civiles, de defensa de los derechos humanos, religiosas y militares viajó ayer a Walpasiksa.
La delegación partió cerca del mediodía en una lancha rápida desde Lamlaya e iba integrada por miembros de la Procuraduría de Derechos Humanos, del Centro de Derechos Humanos, Ciudadanos y Autónomicos (Cedheca), del Ejército y la alcaldesa de Prinzapolka, Lidia Coleman, entre otras personas. Se supo que Coleman viajó con alimentos para la población de mujeres y niños que permanece refugiada en la Iglesia Morava.
La delegación viajó con el objetivo de investigar las actuaciones de la Policía Nacional y el Ejército de Nicaragua en diferentes operativos antidrogas en los que habrían violado los derechos humanos de los miskitos de esa comunidad.
El miskito Azarías López Cristóbal, de la comunidad de Kounwatla, vecina de Walpasiksa, en el municipio de Prinzapolka, aseguró que él ha estado al tanto de los hechos en la comunidad y dijo que los militares se han apoderado de las casas de los comunitarios, sus animales domésticos y alimentos, mientras la población padece hambre en el improvisado refugio moravo.
Además, denunció que el Ejército inició el ataque en Walpasiksa, donde mató al joven Leonel Paiva, de 22 años, y fue este hecho el que desató el enfrentamiento en el que murieron dos militares. Igualmente, dijo que han matado y torturado a otros hombres jóvenes, entre ellos un grupo juvenil deportivo, entre el que mataron a golpes y culatazos a Rubén Obando Honel, también de 22 años, e hirieron a Ceferino Thompson.
Sin embargo, el Ejército sostiene que ese grupo con el que se enfrentaron el pasado 10 de diciembre se trata de un grupo aliado a los narcotraficantes que incluso dio positivo en pruebas sobre el consumo de narcóticos y según la institución castrense también iban armados y se les enfrentaron.
López Cristóbal demandó que la Policía y el Ejército muestre las pruebas de las armas y la droga que dice que llevaban los muchachos y mostró la copia de una denuncia interpuesta sobre estos hechos ante la Procuraduría de Derechos Humanos.
El regreso de la delegación que viajó a Walpasiksa se suspendió ayer por el mal tiempo en el mar, pero hoy se espera su regreso en Bilwi.
En la delegación también está la abogada Lottie Cunningham, que el lunes por la noche presentó al Consejo Regional un informe sobre diversas violaciones a los derechos humanos que incluyen maltratos físicos y ocupación de viviendas.