La Cruz Roja Nicaragüense afinó ayer su estrategia interna ante el cambio climático, aprovechando el auge que tiene el tema a nivel internacional, por la reunión mundial sobre el tema en Copenhague, Dinamarca.
Más de 15 representantes de las filiales de la Cruz Roja Nicaragüense en todo el país se reunieron este jueves en Managua para mejorar sus conocimientos sobre el cambio climático y compartir propuestas de cómo se puede enfrentar el fenómeno a nivel local.
Coni Silva, coordinadora del Proyecto de Cambio Climático de la Cruz Roja, afirmó que si bien Nicaragua no puede dar aportes trascendentes para el mundo, a nivel local sí se necesita tomar acciones de mitigación a las consecuencias y adaptación a la nueva realidad que ofrece un clima más cálido.
“Estamos de cara a responder a las exigencias de un clima cambiante y la proliferación de los eventos extremos”, comentó Silva.
Cabe recordar que los huracanes que impactaron en Nicaragua se multiplicaron en las últimas décadas, además, las sequías son más frecuentes gracias al fenómeno de El Niño, y el país es visto como uno de los más afectados por el cambio climático en los últimos años.
Entre las actividades que hace la Cruz Roja Nicaragüense de cara al cambio climático están las referidas a la gestión del riesgo.
En este sentido, sus integrantes participan en actividades de reforestación, sistemas de alerta temprana ante inundaciones y campañas de educación.
Las campañas educativas se están desarrollando especialmente en las universidades y en 16 comunidades de Nueva Segovia, 11 están en Macuelizo y nueve en Santa María. Se trata de dos de los municipios más pobres y secos del país.
“La Cruz Roja no solamente es la ambulancia y el servicio nacional de sangre, también tenemos proyectos de semillas, de cuido a las madres (primerizas), prevención de VIH-Sida, cambio climático y otros”, comentó Clemente Balmaceda, presidente de la Cruz Roja Nicaragüense.
La institución aprovechó el taller para anunciar su posición ante la reunión de Copenhague, donde se dan cita 192 países del mundo para tratar sobre el cambio climático.
El cambio climático supone el calentamiento paulatino de la Tierra, gracias al aporte del dióxido de carbono que el hombre brinda a la atmósfera, a través de las industria, los vehículos y otras actividades humanas.
Un planeta más caliente provoca que los huracanes y las sequías sean más frecuentes, que las poblaciones costeras sufran por el crecimiento del nivel de los mares, cuyas aguas aumentan gracias al deshielo de los glaciares y a que la energía solar no rebota al espacio, sino que se queda “atrapada” en la atmósfera.
Todo esto no llamó la atención de los líderes del mundo, hasta que éstos se dieron cuenta de que el deterioro del medio ambiente afectaba sus economías.
Tal como se esperaba, las discusiones en Copenhague, acerca de qué países deben asumir responsabilidades, cómo deben hacerlo y cuánto dinero deben invertir, parecen no llegar a un punto satisfactorio para todos.
Por lo pronto, países como Nicaragua insisten en que sean los más industrializados los que asuman la responsabilidad porque contaminan más.
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