Por Carlos Salinas Maldonado
Si los habitantes del Caribe nicaragüense se enfrentan al Ejército, es porque éste representa una amenaza al que es un importante sustento de la escuálida economía de una región olvidada por el Estado. Roberto Orozco, investigador en temas de seguridad del Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas (IEEPP), asegura que muchos habitantes del Caribe y los pueblos indígenas de la zona se benefician con el auge del narcotráfico, que ha encontrado en las aldeas y regiones costeras “una pequeña base social” para sus operaciones.
La vinculación entre los narcos y los habitantes de la zona es de carácter esencialmente comercial: de acopio y reventa de droga. “El vínculo que hay entre las aldeas indígenas y las estructuras del narcotráfico internacional es una actividad económica y no creo que a corto plazo pueda ser sustituida por el Estado”, afirma Orozco.
La pobreza y el aumento del consumo (en el país hay 240 mil consumidores activos) han propiciado el fortalecimiento del mercado interno de la droga, lo que en palabras de Orozco significa que en Nicaragua ya hay pequeños carteles encargados de abastecer ese creciente mercado interno. Una realidad, según el experto, que las autoridades no quieren aceptar.
“En Nicaragua hay células estructuradas de nacionales que están trabajando directamente con los carteles de la droga transnacionales. El problema ya no es sólo el combate a las estructuras internacionales. El problema es que no se está dando atención a las estructuras nacionales”.
¿Se puede frenar este problema? Orozco afirma que sí, pero no será con políticas represivas del Ejército, como las denunciadas la semana pasada por habitantes de la RAAN. Y el ejemplo está a la vista, aunque suene exagerado: México.
“Lo que pasó en México fue precisamente lo que está pasando en Nicaragua: los grandes carteles mexicanos de la droga comenzaron siendo expendedores locales. La respuesta no es sólo militar: a la par del Ejército tiene que venir la respuesta del Estado a nivel económico y social”, asegura Orozco.
::: ¿Cuál es la situación real del narcotráfico en el país?
Lo que pasó con el ataque a la patrulla naval que iba a ver lo de la avioneta en Walpasiksa es apenas un síntoma del agravamiento del problema del narcotráfico a nivel nacional. El hecho de que narcotraficantes nacionales se hayan atrevido a atacar a una patrulla de una institución de este país significa que definitivamente están decididos a elevar la parada a las autoridades nacionales.
Al menos en la costa Caribe parece que ya no van a dejarse quitar ni el dinero ni las drogas. Esto no tiene que ver con un problema de seguridad, sino con uno que se arrastra históricamente: el problema real es que el narcotráfico ha venido a dar a la costa Caribe un desarrollo que el Estado no ha sido capaz de promover en las comunidades indígenas.
Al no tener estas poblaciones opciones, el narcotráfico encuentra un caldo de cultivo y comienza a financiar una pequeña base social: algunos pescadores de la zona fueron la estructura primaria de apoyo al narcotráfico en dos sentidos, en acopio de droga y reventa de la droga y suministro de combustible.
::: ¿Está el narcotráfico bien organizado en Nicaragua?
A estas alturas sí. A estas alturas ya podemos estar hablando de pequeños carteles nacionales de droga. Las autoridades no quieren aceptar que existen estructuras nacionales, pero en todos los operativos se capturan cada vez a más nacionales. Eso es un indicador que muestra que las estructuras nacionales del narcotráfico se están desarrollando.
::: ¿Cómo son esas estructuras?
[/doap_box][doap_box title=”La industria que crece” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]
El país ha dejado de ser una plataforma de tráfico para convertirse en el centro donde el narcotráfico internacional buscaba instaurar bases operativas y logísticas. Sólo en 2008 la Policía Nacional incautó 15,352 kilos de cocaína. En Managua, el narcomenudeo deja más de 170 mil dólares semanales en ganancias. Un negocio jugoso, que lleva al abismo al país.
[/doap_box][doap_box title=”Expendios de droga” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]
La primera plaza de venta de droga es Managua, que tiene alrededor 400 expendios identificados y la ciudad más importantes después de la capital es Bluefields, donde según cifras oficiales hay 192 expendios.
Managua mueve 170 mil dólares semanales de ganancias producto del narcomenudeo.
[/doap_box][doap_box title=”Las rutas del narcotráfico en Nicaragua” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]
El punto de entrada de la droga en la década de 1990 era Peñas Blancas, en la frontera sur, y los puntos de salida eran El Guasaule, El Espino y Las Manos, en la frontera norte con Honduras.
La Costa Caribe sigue representando el territorio idóneo para las operaciones a gran escala del narcotráfico internacional debido a la escasa presencia del Estado en la mayor parte de las dos regiones autónomas. La Costa fue la primera ruta internacional que se abrió en Nicaragua para el tráfico de drogas hacia el norte del continente.
Las nuevas rutas identificadas por la Policía Nacional son:
EN EL CARIBE
RUTA 1: La droga llega desde el Cabo Gracias a Dios, de donde sale hacia Honduras y de ahí a México.
RUTA 2: La droga llega desde Colombia a los Cayos Miskitos, atraviesa la rivera del Río Coco y sale a Honduras.
RUTA 3: La droga llega de Colombia, pasa por Corn Island y sale a México.
EN EL PACÍFICO
RUTA 1: La droga llega desde Colombia a Tola (departamento de Rivas), desde donde sale rumbo a México.
RUTA 2: La droga llega desde Colombia, pasa por Chinandega y sale a México.
RUTA 3: La droga llega desde Colombia, pasa por Salinas Grandes y sale a México.
RUTA 4: La droga llega desde Colombia, pasa por San Rafael del Sur (departamento de Managua) y sale a México.
RUTA 5: La droga llega desde Colombia, pasa por Ometepe y sale a México.
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Son estructuras de apoyo logístico, pequeños carteles que dan seguridad y que acopian y almacenan droga para la reventa o para la venta en el mercado interno.
::: ¿De qué carteles dependen?
El Cartel de Sinaloa, Los Zeta, los carteles mexicanos fundamentalmente en el Pacífico y los colombianos, el cartel del valle, en las zonas del Caribe. Lo interesante es que en Nicaragua hay células estructuradas de nacionales que están trabajando directamente con los carteles de la droga transnacionales. El problema ya no es sólo el combate a las estructuras internacionales. El problema es que no se está dando atención a las estructuras nacionales. En Rivas, por ejemplo, hay tres grandes células que se dedican a asaltar a los narcotraficantes y a meter el producto asaltado a un mercado interno del consumo de droga. Son carteles embrionarios que si no les ponés atención aquí vas a tener un cartel desarrollado —si no es que ya existe— metido hasta el copete en el asunto del traslado, la venta y el mercadeo de la droga.
::: ¿Cómo es ese mercado interno del que habla?
Tiene una base fundamental de consumidores. La última encuesta que se realizó de consumo de drogas a través del Consejo Nacional de Lucha Contra las Drogas señala que al menos el 4.5 por ciento de la población nacional es consumidora de droga. Estamos hablando de 240 mil consumidores de drogas en este país. La población más afectada está entre los 14 años y los 25. Comienzan con marihuana, alcohol y terminan con cocaína y hasta con pegamento. La plaza principal es Managua, por la gran cantidad de pobladores y de expendios ilegales de droga. Sólo en Managua el mercado ilegal de venta de droga genera en ganancias 170 mil córdobas semanales.
::: Informes preparados por el IEEPP muestran que los narcotraficantes están comprando grandes terrenos en el país. ¿Cómo se está ampliando el narcotráfico en Nicaragua?
Ese trabajo de extensión viene desde el 2000. No sólo es compra de fincas, está el uso de las costas, la inversión de capital ilícito producto de la droga. Aquí tenés que los expendedores locales están comprando terrenos en los asentamientos. De las ganancias producto de la venta de drogas hay un pequeño lavado de dólares. La expansión del narcotráfico en Nicaragua se da en primer lugar por una labor de trabajo de exploración de los narcotraficantes locales que comienzan a detectar puntos claves en la Costa, donde el Estado no tiene control, y comienzan a comprar y crean bases de seguridad logística para tránsito y almacenamiento.
::: ¿Cuáles son los principales puntos de entrada de la droga en el país?
En el caso del Caribe están San Juan del Norte, Punta Gorda, Monkey Point, Bluefields, Corn Island, Cayos Perlas, Cayos Miskitos, Prinzapolka, Wawa bar, Sandy Bay, Cabo Gracias a Dios.
::: La mayoría son zonas indígenas. ¿Hay alguna vinculación entre los indígenas del Caribe y el narcotráfico?
La vinculación es la del acopio y la reventa. Hay un libro que se llama Etnicidad y nación escrito por Miguel González y dos escritores extranjeros que recopila toda la historia de la autonomía en la costa Caribe y le dedica un capítulo especial al asunto del narcotráfico. Miguel González recoge en el libro una frase de los indígenas de las aldeas recónditas: “La droga es una bendición de Dios”. ¿Por qué? Porque el vínculo que hay entre las aldeas indígenas y las estructuras del narcotráfico internacional es una actividad económica y no creo que a corto plazo pueda ser sustituida por el Estado.
::: ¿Cree que el narcotráfico puede influir en los movimientos independentistas de la zona?
Podría estar detrás de algunos movimientos independentistas. Dentro del Consejo de Ancianos los más viejitos y radicales, los que todavía mantienen un sentimiento antipacífico, son los que persisten en ese movimiento independentista; no así las nuevas generaciones, que han visto en la alianza con el Estado central una oportunidad de crecimiento y desarrollo. Lo que pasa es que ellos están demandando y demandando y aquí el Estado se hace de oídos sordos.
::: ¿Cómo se entiende entonces que sea la misma población de la zona la que se enfrenta al Ejército, como vimos la semana pasada en Bilwi?
Porque son los beneficiados. Vos ya no sos un indígena que busca sus medicinas y comida en la selva o que tenías una casa de tambos, madera y techo de paja. El narcotráfico te comienza a dar recursos para comprar: las casas de tambo se convirtieron en casas de concreto y hierro. La excusa fue que comenzaron a construirlas por los huracanes, pero antes no tenían poder adquisitivo para hacerlo. En la zona no hay producción de energía, entonces comenzaron a meter paneles solares. Después teléfonos satelitales, teléfonos celulares. Hay un cambio en el nivel de vida de cero a máximo. Hay pequeñas islas donde ves que el desarrollo ha sido sostenible y ha venido a partir del dinero del narcotráfico.
::: Es decir que en el Caribe la estructura económica la está manteniendo el narcotráfico.
Al menos informalmente. Te voy a dar un ejemplo: estuve en Bluefields donde una amiga que tiene un supermercado. A las siete de la noche llegó una indígena de Rama Key, una viejita encorvada. Comenzó a comprar grandes cantidades de arroz y de aceite, una monstruosidad que se necesitaron tres camiones para llevárselos al puerto. La viejita sólo se metió la mano y sacó un rollo de papel, sólo billetes de cien dólares. Además, el comercio formal está abriendo sucursales en Bluefields cuando antes no era un mercado atractivo. De repente tenés a empresas comerciales nacionales y bancos. ¿Por qué? Porque hay una economía informal subterránea que está haciendo financiada por el narcotráfico.
::: ¿Cómo una anciana indígena, como el ejemplo que acaba de poner, logra tanta plata?
Sencillo: cuando pasa eso es que cayó droga en las comunidades. No es que los narcotraficantes llegan a dejar la droga, sino que a la comunidad le llegó un saco de droga traído por el mar y ellos la acopian. Es como un acopio de pesca, pero en lugar de pescado o langostas es cocaína. La almacenan y le dan seguridad hasta que llega el narcotraficante colombiano y comienza a comprarla. A los narcotraficantes no les importa volver a invertir en el mismo kilo porque saben que en el Norte le sacan el triple.
::: ¿Cómo logra un narcotraficante colombiano entrar libremente al país, llegar a una comunidad y saber a quién pagarle por la droga?
Eso se establece a través de contacto ilegal. Se acopia la droga y llega una persona preguntando, éste te lleva a otro y así establecés contacto. Una vez establecido, el narcotraficante dice: “Cada vez que paso eso yo me voy a entender con vos. Vos vas a ser la persona que me va a ayudar a acopiar todo lo que se pierda”. Entonces vos te vas donde tus amigos y les decís que hay que estar atentos, incluso montás guardias en las costas.
::: ¿Qué tan eficiente está siendo la Policía para contrarrestar el aumento del narcotráfico en el país?
La eficiencia está en el combate a las estructuras internacionales. Sí tienen muy buenos sistemas de inteligencia y detección. Ha habido mayor efectividad en la detección de la droga.
::: Pero está fallando en parar esa expansión del narcotráfico.
Eso ya no es tanto la Policía y el Ejército, sino el Estado que no se ha metido a tratar directamente el narcotráfico interno y las bases de narcotraficantes nacionales. No sé si sea por un problema presupuestario o de capacidad institucional. El Estado no ha entendido que si no invierte mayores recursos o los hace más efectivos a través de programas que tiendan a resultados y que invierta en esos resultados, la situación se puede tornar peligrosa. Te pongo un ejemplo: a mediados del año pasado la Policía agarró en Rivas a una célula de sicarios extranjeros. Era un mexicano, cuatro hondureños y tres nicaragüenses. Tenían armas de guerra, máscaras, chalecos antibalas y una lista de personas en Rivas que estaban asaltando a los narcotraficantes. Si esa gente no es capturada, en todos estos meses hubieras tenido una pequeña guerra que el Estado no hubiera tenido capacidad para detener.
::: ¿Cómo evitar que las cosas lleguen a un estado de caos como en México, con las matanzas que vemos todos los días allá?
Ya se dio la matanza en Walpasiksa. Y no es la matanza entre narcotraficantes, es una matanza de éstos con las instituciones armadas legalmente establecidas. Lo que a mí me preocupa es que ellos están dispuestos a no dejarse. Es como elevar la parada. Y no los han capturado porque ellos dominan bien el terreno, tienen base de apoyo social y dinero. Lo que el Ejército tiene son las armas, las lanchas, el operativo, la represión.
::: ¿Cómo aprender del ejemplo de México?
Estamos a tiempo, porque lo que pasó en México fue precisamente lo que está pasando en Nicaragua. Los grandes carteles mexicanos de la droga comenzaron siendo expendedores locales de droga, que una vez que establecieron los contactos con los colombianos a mediados de los noventa hicieron un convenio para que ellos se encargaran del traslado de la droga y los colombianos de la producción. Cuando crecieron económicamente tuvieron la capacidad para enfrentar al Estado. Cuando se convierte en un problema internacional, a México le salió el tiro por la culata, porque el problema ya estaba fuera de control. Eso es lo que hay que evitar en Nicaragua. Que esos ataques que se dan en la Costa no se repitan. Y la respuesta no es sólo militar: a la par del Ejército tiene que venir la respuesta del Estado a nivel económico, social, de salud.