Navidad
“Honraré la Navidad en mi corazón y procuraré conservarla durante todo el año”.
Charles Dickens (1812-1870) ; escritor británico.
A 37 años de la tragedia
Hace 37 años el suscrito vivía detrás de Ciudad Jardín y me encontraba en una celebración por los alrededores del Arbolito. Recuerdo que como a eso de las 12:20 de medianoche se escuchó algo así como un sonido hueco (retumbo) y todo quedó a oscuras. Pasado el susto, todos los que salimos a la calle empezamos a coincidir en que algo grave había sucedido. Me despedí atemorizado y empecé a correr en dirección para mi casa que prácticamente estaba al otro extremo de Managua.
Lo primero que empecé a ver fue que no había calles, sino cerros de tierra y tablas que se habían formado por el derrumbe frontal de las casas y otros edificios. Aquello me parecía una pesadilla cuando un grupo de mujeres en kimono y ensangrentadas se me abalanzaron rogándome que las llevara al Hospital El Retiro, mas no sabían que éste también había colapsado.
Por haber cruzado Managua casi de lado a lado pude darme cuenta de la inmensidad de aquella tragedia ocurrida el 23 de diciembre de 1972, pero quiero referirme a un caso específico que lo considero trascendente.
A los pocos días del suceso se hacían llamadas para que todo el mundo se reintegrase a sus labores “al término de la distancia”. Yo me desempeñaba como auditor del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), cuyo edificio sufrió daños muy graves de consideración y formé parte de un equipo para rescatar e inventariar todos los bienes que se encontraban en el sótano donde llegaron ingenieros de varias partes del mundo, incluso Japón, para hacer una evaluación de los daños y lo que más llamó la atención fueron unas fracturas que se observaban en dos esquinas de la bases del edificio (hay terminología para describir este daño), pero conversando con los ingenieros, un japonés y otro de Alemania me confesaron que el edificio estaba en peligro de colapsar si no se le “descabezaba” por lo menos cuatros pisos tal como ocurrió con el edificio del Banco Central.
Puede ser que esa evaluación haya sido tomada en cuenta si se recuerda por los años que el edificio del INSS había quedado en pleno abandono hasta que un gobierno hizo a un lado las advertencias para ponerlo de nuevo en funcionamiento.
Miguel Altamirano
Circo sin pan
El mundo no puede poner sus ojos en Nicaragua, ellos tienen que resolver sus propios problemas y los nicas en el exterior cada día ocultan más su origen de procedencia. Ya no estamos siendo gobernados, sino saqueados y los encargados de los controles por miedo o por coimas se han sumado al saqueo.
Esta Navidad nuestros niños enviarán menos cartas al Niño Dios, los que tienen el poder les están dando circo sin pan, les hacen ver que ellos les cumplen más que San Nicolás. A los vertederos municipales ya no llega “buena basura” donde los niños encontraban su Navidad en una muñeca sin brazos o en un carrito plástico sin llantas luego de escarbar varias horas en las montañas de basura.
Nuestro increíble sistema de vida ha inspirado a muchos escritores que produjeron grandes clásicos como Rebelión en la granja, Nostradamus, Castigo Divino, Apocalipsis, Don Quijote, Cien años de soledad , Rubén Darío que siempre vio a Cristo flaco y enclenque recorriendo las calles de nuestras ciudades sin que nadie le regale un poco de comida ni siquiera en Navidad, La paciente impaciencia , agarramos un poco de Alicia en el país de las maravillas y por último Gabriel García Márquez, escribió como visionario El coronel no tiene quien le escriba . Peor que lo hagan ahora sabiendo que nunca ascenderá a General.
Sólo nuestra fe en Dios y la maravillosa magia de la Navidad pueden hacer posible que ya no seamos la vergüenza y se cumpla la profecía de “Nicaragua luz de las naciones”.
Señor nuestro, el mejor regalo es que toques el corazón de los gobernantes y a los que tienen el poder en todo el país para que se conviertan en humanos y que al llegar el Año Nuevo sólo recordemos los sufrimientos de este año como una triste pesadilla.
Cuando todo se pone oscuro es que está muy cerca el amanecer.
Leopoldo Villalta López
Deseos navideños
Através de este Diario El Consejo Nacional del Movimiento Fuerza Democrática Nicaragüense – Resistencia Nicaragüense (Movimiento FDN-RN), en ocasión de Navidad y Año Nuevo envía a todos los hombres y mujeres del campo y de la ciudad, luchadores por la libertad, la paz y democracia de Nicaragua, nuestras más sinceras felicitaciones de Navidad, deseándoles a la vez un venturoso y próspero Año Nuevo 2010.
Que esta Navidad y que el próximo Año Nuevo 2010 sean para Nicaragua y todos los nicaragüenses días mejores, en donde cada uno de nosotros vivamos con dignidad, en paz y libertad, que Dios, nuestro Señor Jesucristo y nuestra madre la Virgen María bendiga a este pueblo, el cual ha llevado la cruz a hombros en estos tres años de dictadura sandinista.
Que en esta Navidad y en año nuevo reine la paz de nuestro Señor Jesucristo en cada uno de nosotros, en cada familia demócrata, en cada líder demócrata .
Consejo Nacional. FDN-RN
Más que una tradición
La Navidad es mucho más que una tradición porque nos transporta a una gran verdad: somos muy importantes para Dios. Quizá alguno piense en el fracaso que es su vida, sin nada que presentar decentemente ante el mundo, y sin embargo, “el que todo lo ve”, nuestro Padre Dios, está llamándonos de continuo como a hijos (y eso somos). Y nos quiere a pesar de nuestras deserciones, que se ponen de mayor manifiesto cuando se acercan estas fechas.
Dios nos ama con toda la fuerza de su omnipotencia, es decir, todo lo puede respecto a nosotros. Falta que nosotros sepamos encontrar ese camino que Cristo esculpió durante su andadura terrena. Volver a Dios por el camino de Jesús, que nace, pequeño, en un pobre pesebre para enseñarnos que la grandeza luce mejor cuando se entierra la vanidad del mundo, cuando se apagan las voces del “yo”, cuando se sirve a los demás sin esperar nada a cambio.
Lisa Justiniano
Luces de Navidad
Estamos en Navidad y en los grandes almacenes ya empiezan a aparecer los adornos que nos recuerdan lo dichosos que somos consumiendo. Y olvidándonos de la crisis, compraremos todo tipo de regalos para familiares y amigos, pensando que así les haremos más felices.
Y sin cuestionarnos su valor educativo compraremos artilugios electrónicos y videojuegos a los pequeños, aunque sean muy caros y desconozcamos que incitan a la violencia. Lo importante es que sean de la última generación para que nuestros hijos no sean diferentes de sus amigos.
Y con el ajetreo que todo ello conlleva y con la parafernalia con que incitan ese consumo las superficies comerciales, conseguirán que nos olvidemos no sólo de la crisis, sino también de la corrupción, de los piratas somalíes, del hambre en el mundo, de las pateras y cayucos y hasta del cambio climático. Pero, ¿de verdad seremos más felices?.
Ruth Pardo Collado
