AFP
Los hondureños abarrotan las tiendas de ropa y electrodomésticos, así como parques, calles y avenidas de la capital. Por un momento parecen haber olvidado la crisis económica y política que sacude al país desde hace seis meses para celebrar Navidad.
“Momentáneamente se va a olvidar toda la situación que hemos vivido tras el golpe. Vamos a hacer una pausa para atender la Navidad y olvidarnos de todos los problemas”, aseguró Juan José López, que vende revistas y lava carros en Tegucigalpa, a la AFP.
“La Navidad es para tener paz y armonía. Por eso en estos días finales de año debemos dejar a un lado todos los problemas”, agregó.
Para López, la situación interna de Honduras ha sido difícil en el plano político y económico.
“Yo diría que la crisis es precaria, con mucho desempleo, con ventas apenas regulares”, lamentó.
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La difícil situación económica se agudizó aún más con la suspensión de la asistencia financiera de la comunidad internacional, en represalia por el golpe de Estado del 28 de junio contra Manuel Zelaya, en el marco de una de las peores crisis de la historia reciente hondureña.
Buena parte de los países de la comunidad internacional desconoce al gobierno de facto de Roberto Micheletti y las elecciones celebradas el 29 de noviembre con las que éste pretendía pasar página del golpe contra Zelaya, refugiado desde el 21 de septiembre en la embajada de Brasil en Tegucigalpa.
El Congreso hondureño cerró cualquier posibilidad de un regreso de Zelaya al poder tras votar masivamente en contra de ello el 2 de diciembre.
“Es difícil celebrar la Navidad en medio de la crisis. Sin embargo no va a impedir que los hondureños tengamos alegría y celebremos en paz”, apuntó Manuel Morazán, que vende periódicos en el parque central de Tegucigalpa.
“Yo creo que en Honduras vamos a hacer una pausa para que reine la paz, vamos a hacer un alto”, subrayó Morazán, que tiene nueve hijos y seis nietos y vive en la colonia de Comayagüela, ciudad gemela de Tegucigalpa.
Para Morazán, el golpe de Estado dividió a la familia hondureña, que en octubre tuvo su mayor alegría cuando la selección de fútbol clasificó al Mundial de Sudáfrica 2010.
Pese a las carencias económicas, especialmente en los sectores más desposeídos, no faltará los platos tradicionales en la cena del 24 de diciembre.
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