No sólo del privilegio de estar en libertad goza Óscar Espinoza Martínez, conocido como el “Chacal del Reparto Schick” por asesinar atrozmente a dos niños y una mujer hace casi 11 años, sino que también recibe trato preferencial cuando visita la cárcel Modelo de Tipitapa, donde estuvo recluido hasta hace semanas.
Comenzaba la tarde del 24 de diciembre y en la entrada del Sistema Penitenciario, cerca de seis guardas de seguridad esperaban con expectativas la llegada del ex convicto Espinoza Martínez, quien arribaría con su familia y cajas repletas de comida y bebidas para celebrar la Navidad con sus ex compañeros de la cárcel.
Los efectivos de seguridad se movían de un lugar a otro, inquietos por la impuntualidad de Espinoza Martínez, quien había sido autorizado para ingresar al Sistema Penitenciario a las 2:00 de la tarde.
“No nos podemos mover de aquí hasta que venga él (Espinoza Martínez)”, dijo uno de los uniformados, quien impidió al equipo de LA PRENSA entrar a la cárcel para cubrir la llegada del ex presidiario que en 1998 degolló a sus dos hijastros de 11 y 5 años y a la empleada doméstica que cuidaba a los pequeños.
- Apenas 20 minutos habían pasado cuando el ex convicto Óscar Espinoza Martínez, quien llegó a celebrar la Navidad con sus ex compañeros de cárcel, fue expulsado del Sistema Penitenciario al parecer por no quitarse la gorra y entregar el celular.
Ese hombre no cambia, sigue siendo el mismo prepotente, comentó uno de los efectivos de seguridad de la cárcel de Tipitapa, minutos después que las camionetas con alimentos y bebidas abandonaran la cárcel.
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“Dice el jefe que hagan sus entrevistas aquí afuera”, expresó el guarda tras consultar varias veces si permitía que LA PRENSA presenciara la entrega del supuesto donativo que Espinoza Martínez llevaría a sus ex compañeros de cárcel.
Eran las 2:45 de la tarde cuando apareció, en la vía que conduce al Sistema Penitenciario, una camioneta de lujo Toyota Hilux, placas M0559793, color blanco. A bordo venía Espinoza Martínez, acompañado de seis familiares y, detrás, otra camioneta con varias cajas con alimentos y bebidas y otras dos personas a bordo.
Espinoza usaba una gorra con visera larga que le cubría parte del rostro. Cuando lo identificaron, los guardias se pusieron de pie y comunicaron vía radio al subdirector del Sistema Penitenciario, Orlando Gutiérrez, la llegada del ex presidiario y su familia, pero éstos se inquietaron al ver la presencia de LA PRENSA.
Tal como estipula el reglamento del Sistema Penitenciario, los efectivos de seguridad se aproximaron a la camioneta para solicitar a Espinoza y sus acompañantes que descendieran del vehículo para realizar la inspección obligatoria.
Pero Espinoza se negó a hacerlo. Los efectivos del SPN repetían que no podían dejarles entrar a la cárcel si no eran requisados afuera, pero al final los dejaron pasar el portón para hacerles la revisión adentro.
“No quieren bajar”, decía uno de los uniformados vía radio al jefe de turno de la Cárcel Modelo, por lo que cinco minutos después levantaron la aguja y Espinoza entró con su gente al perímetro de la cárcel, para ser revisados lejos de la presencia de los periodistas de LA PRENSA.
Como si se trataba de una visita familiar, todos los que acompañaban a Espinoza ingresaron a la cárcel Modelo, donde le decomisaron una caja con licor y otra botella de ron que llevaban en una bolsa.
Fuentes del Poder Judicial dijeron hace días a LA PRENSA que en la cárcel Óscar Espinoza Martínez se había convertido en predicador religioso y daba charlas a los otros reclusos.
Mientras eran requisados, llegó a recibirles el subdirector penitenciario, Orlando Gutiérrez, quien se negó a explicar a LA PRENSA por qué Espinoza había gozado del privilegio de ingresar al área de la cárcel sin ser revisado antes por los guardas de seguridad. Sin embargo, el ex reo tuvo que retirarse minutos después por no acatar otras disposiciones.
Espinoza salió de la cárcel hace una semana, pese a que sólo había pagado 11 años de los 30 de prisión a que fue condenado por asesinato atroz.
Sorprende también que en tan poco tiempo Martínez haya conseguido tanto dinero para llevar obsequios a los reos.
La puesta en libertad de Espinoza ha causado indignación entre los nicaragüenses debido a la atrocidad del crimen que cometió.
El ex convicto es al parecer hermano de un funcionario de la Corte Suprema de Justicia (CSJ).
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