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Joaquín Absalón pastora

Escenarios en la UCA

Preparo otro libro. Deseo llamarlo Evocación: Letras reunidas . En él se juntan las reminiscencias vinculadas con el destino político y cultural de Nicaragua. Láminas adoloridas entre páginas con resquicios para el reconocimiento. Minuteros lamidos de sangre en la clepsidra.

Llama la atención en la voraz travesía de los años, la función participativa del movimiento estudiantil de Nicaragua contra la opresión. Siempre se impone el temple de la juventud, la cual en el más dorado lomo de la existencia, afronta los riesgos.

Uno de los escenarios de ese arrojo lo prendió el movimiento estudiantil de la UCA en junio de 1968 en una etapa digna de reconocerse y recordarse.

Un joven universitario, Róger Cerda, encabezó el listado de firmas de la proclama bravía que se hizo contra la tiranía, proclama que también fue rubricada con las mismas dosis de responsabilidad por Alejandro Gutiérrez, Augusto Montealegre, Manuel Gutiérrez H, Luis A. Medal y Virgilio Gurdián. Habían decidido saltar como dirigencia política. El caos reinaba en la UCA, de la misma manera en que como lámpara de coraje, convirtió posteriormente a la Institución en el centro de las protestas justas, aunque lamentándose el desvío de la forma original que se deslindaba del uso de las máscaras con apariencia agresiva, de los morterazos, de los tranques. Exacerbaba —como ahora— la politiquería, el disfraz, la conversión instantánea de falsos estudiantes como el que recibió el premio de una diputación por haberse caracterizado como líder del berrinche, tipos que llegaban a matricularse con la meta de imponer caprichos. Hasta ciertas autoridades académicas incurrían en la reiterada felonía. Porque así es la historia en algunas de sus facetas, reincidente cuando se inclina a clonar la misma página, reacia a llenarnos de la grata novedad, escrita por la pluma directa de la reflexión.

De las almas madres salieron presidentes. Daniel Ortega, quien antes hizo el intento de darle un abrazo al ejercicio periodístico a través de la gestión de su amigo de otros tiempos, Carlos José Guadamuz, se matriculó en el primer año de la carrera de abogacía en el año 1966 y no para entregarse a ese oficio, sino para responder cuando debe especificar su profesión: Político revolucionario.

El movimiento que suscribió la proclama pretendió “divorciar definitivamente a la Universidad de intereses extraños a ella” y cuántos proliferan con otras carátulas, lo cual permite que el noble objetivo de la disolución a nivel de gesta estudiantil, no ha logrado hasta hoy su objetivo.

El resultado de esa proclama tuvo efectos negativos. La dirigencia académica de la UCA decidió arrojar definitivamente a sus autores. Dos jesuitas presidieron la lista de las autoridades que suscribieron la supresión, León Pallais, Rector, y Juan Bautista Arríen, Vicerrector. Ninguna leve sospecha cabía en la firmeza somocista de Pallais, pero, y en Arríen (?)

Un año después (1969) dos estudiantes se juntaron para encabezar un mitin en Las Colinas: Carlos Agüero, sobrino del pactista y Róger Cerda. Se armó un mortal tiroteo. Los participantes salieron con vida. Carlos asaltó un taxi y se fue por veredas. Cerda al identificarse fue capturado. El radioperiódico “La Verdad” hizo la denuncia sobre una existencia que se encontraba en peligro en la cárcel. A esa campaña se unieron otros medios. Éstos siempre han estado en la primera fila de la historia —aquí y allá—. Pero esa posición no ha sido reconocida. En la plena y reprochable ingratitud se les ve con el ojo gris de la displicencia.

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COMENTARIOS

  1. Aristófanes Evergadura
    Hace 14 años

    Don Joaquín, sus ideas son buenas pero esfuercese por escribir mas directo, con menos rimbombancia y menos palabras rebuscadas, por ejem, clepsidra, use reloj. De todas maneras gracias por deleitarnos con la historia moderna del movimiento estudiantil. Sería bueno saber quien fue el graciado que en llamarada de tuza consigió la diputación. La tesis pudiera ser que la tiranía fue sensible a las protestas intelctuales y siempre las quiso neutralizar con ¿fuertes ofrecimientos?.

  2. Romeo Alfa
    Hace 14 años

    Escribir lo mismo de siempre no es aportar nada al intelecto nacional para mejorar el pais y la sociedad en general. Propongan ideas, propuestas, planteamiento y un proyecto de nación para mejorar los indices de desarrollo humanos, no lo que el viento se llevo, seguir contando historias que ya se a agotado la tinta y el papel, busquemos de desarrollrnos en todos los ambitos de la vida nacional esto es más interesante para el Nicaraguense.

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