REDACCIÓN CENTRAL
El teatro retoma el protagonismo y vuelve a sus orígenes, a los espacios simbólicos y sagrados de la vida cotidiana de la calle.
Ésta es la intención principal del quinto Encuentro Centroamericano de Actores y Actrices Centroamericanos, a realizarse del 3 al 25 de enero del 2010 en la ciudad de Panamá, donde las avenidas, los lugares abiertos y espacios públicos serán el ambiente perfecto que reunirá a los amantes de las artes.
El evento denominado Teatro de Calle y en Espacios Alternativos reunirá a los más talentosos artistas de la región, siendo en este sentido una de las más importantes actividades que realiza el gremio en el istmo.
El teatro de calle, el que se presenta en los parques y espacios públicos como en los países de Europa, México y Suramérica, han incrementado su propio desarrollo económico por su atractivo turístico, generando fuentes de empleo y además mostrando en el panorama mundial la identidad cultural de cada país.
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En esta actividad participan 20 intérpretes procedentes de Guatemala, Belice, Honduras, El Salvador, Costa Rica, Panamá y de igual manera Nicaragua, con el fin de aportar un granito de arena al hermanamiento centroamericano por medio del teatro.
La representación nicaragüense estará conformada por Adolfo Torres Alfaro, Mónica Ocampo y Marvin Corrales, todos educadores y creadores del arte teatral independiente, quienes viajarán así como la mayoría de los participantes con su propio sacrificio y sin el apoyo de ninguna institución pública o privada, con el fin de hacer partícipes a sus países en eventos que valgan la pena, que desarrollen el humanismo y la solidaridad, y también con el propósito de compartir sus experiencias profesionales con los demás artistas y el pueblo panameño.
El encuentro es una actividad anual organizada por la red centroamericana de actores llamada Proyecto Lagartija y en esta edición es la encargada de seleccionar y becar a los 20 actores y actrices de la región.
Para Xochitl Avalos, encargada de la producción del encuentro en Panamá, plantea que “el teatro tiene que salir de los espacios elitistas y regresar al lugar donde nació, la calle, los mensajes que recibimos de los espacios públicos es que son peligrosos, que debemos de tener miedo de las personas que están cerca y el teatro de calle hace que compartamos pacíficamente un evento artístico”.
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