Carlos A. Sandí
TEGUCIGALPA / AFP
El líder del régimen interino de Honduras, Roberto Micheletti, aseguró hoy que la visita del enviado estadounidense Craig Kelly a Tegucigalpa, donde trató de desactivar la crisis política hondureña, obedeció a presiones externas, principalmente de España.
Kelly visitó Honduras entre martes y miércoles y se reunió con Micheletti, el presidente depuesto Manuel Zelaya y el mandatario electo Porfirio Lobo, en un intento por superar la crisis causada por el golpe de Estado del 28 de junio de 2009.
Kelly “fue muy generoso, vino por presiones internacionales, especialmente de España, no del pueblo sino del gobierno”, afirmó Micheletti, quien fustigó a España el mismo día que este país asumió la presidencia de la Unión Europea.
“Parece mentira (que España) no haya tenido un ápice de sentimiento hacia este país que ha sido tan respetuoso con ellos”, agregó el gobernante de facto en declaraciones a la emisora HRN.
España es uno de los miembros de la comunidad donante de Honduras que mantiene suspendidos sus desembolsos desde el golpe, lo mismo que Estados Unidos y otros países.
Kelly, el número dos de la diplomacia estadounidense para América Latina, llegó al país para hablar sobre el acuerdo de Tegucigalpa/San José, que representantes de Micheletti y Zelaya firmaron en octubre bajo el auspicio de Estados Unidos.
Dicho acuerdo planteaba formar un gobierno de “unidad nacional” y la restitución de Zelaya, que fue rechazada en diciembre por el Congreso, dominado por golpistas.
Se especulaba que Kelly pediría que Micheletti renuncie antes del 27 de enero, fecha en que Lobo deberá asumir el gobierno, pero según el canciller del régimen de facto, Carlos López, el enviado estadounidense no trató este tema en su reunión con el presidente de facto.
Micheletti, que ha logrado desafiar todas las presiones externas, reiteró este viernes que se mantendrá
en el poder hasta que asuma Lobo, y dijo que ningún país puede imponerse sobre las leyes hondureñas.
“No voy a abandonar el cargo. Soy respetuoso y el Congreso me eligió del 28 de junio al 27 de enero”, alegó Micheletti, cuyo régimen no es reconocido por ningún país.
“No hay forma, ni internacional ni nacional, que alguien me pida que me retire de un mando constitucional. Nadie puede venir a legislar, a no ser los diputados electos por los hondureños”, remarcó.
El golpe que depuso a Zelaya sumió a Honduras en una profunda crisis política y la aisló de la comunidad internacional, que mayoritariamente se niega a reconocer las elecciones de noviembre ganadas por Lobo, un derechista que respaldó el golpe.
Solamente Estados Unidos, Costa Rica, Panamá y Perú reconocieron los cuestionados comicios, en los que votó menos del 50% del electorado, según el Tribunal Supremo Electoral.