Cientos de migrantes africanos que vivían hacinados en esta abandonada fábrica de aceite de Rosarno, en el sur de Italia, comenzaron a abandonar la localidad, tras los violentos sucesos en los que resultaron heridas varias decenas de personas. Una verdadera cacería de inmigrantes se desató en Rosarno, donde se registraron desde el jueves protestas de los indocumentados en respuesta a ataques de la población local. Los africanos llegan a la zona para trabajar de forma temporal en el cultivo de mandarina y son usualmente explotados.
LA PRENSA/AP/ADRIANA SAPONE
Explotados y expulsados
Cientos de migrantes africanos que vivían hacinados en esta abandonada fábrica de aceite de Rosarno, en el sur de Italia, comenzaron a abandonar la localidad, tras los violentos sucesos en los que resultaron heridas varias decenas de personas. Una verdadera cacería de inmigrantes se desató en Rosarno, donde se registraron desde el jueves protestas de los indocumentados en respuesta a ataques de la población local. Los africanos llegan a la zona para trabajar de forma temporal en el cultivo de mandarina y son usualmente explotados.